Estornudos, picor en los ojos… Seguro que hay personas en tu entorno que llevan ya semanas con esos síntomas. Todos los años tenemos la sensación de que la temporada de alergias se adelanta cada vez más, ¿estamos en lo cierto? El doctor Pedro Ojeda, director de la Clínica de Asma y Alergia Dres. Ojeda de Madrid desmiente de entrada esta creencia. “No estamos en lo cierto. Si revisamos los recuentos de pólenes en la página de la Sociedad Española de Alergología, podemos ver que los pólenes típicos de la primavera (gramíneas, olivo, encinas) todavía no han polinizado”, nos cuenta el especialista, que añade un matiz importante sobre lo que está sucediendo.
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“Lo que está ocurriendo este año es que las cupresáceas (arizónicas, cipreses, juníperos, etc.), que polinizan típicamente en los meses de invierno, están teniendo una polinización muy intensa, incluso se adelantó un poco a su inicio habitual (mediados de diciembre) produciendo un pico considerable a mediados de noviembre y desde principios de enero y sobre todo entre finales de enero y mediados de febrero han producido picos muy altos de polinización (por encima de los 1.000 granos /metro cúbico; normalmente, una persona alérgica empieza a tener síntomas a partir de 100 granos/metro cúbico)”, nos detalla.
Así, aunque haya personas con sintomatología, no se pueden achacar, por el momento, a las alergias de la primavera, en opinión del especialista. “Las alergias típicamente primaverales de momento no se están adelantando tanto; puede ser que se adelanten unos 15 días con respecto al inicio de su polinización habitual (primeros de mayo) y eso dependerá del tiempo que haga en el mes de abril”, nos explica.
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Cambios en las temperaturas
Una de las dudas que nos surge es si las desviaciones de las temperaturas con respecto a las habituales de esta época pueden influir también en dichos procesos alérgicos, debido a la polinización más temprana de determinadas especies. “Los cambios en las temperaturas pueden hacer que la polinización de algunas plantas se adelante, entre 2-3 semanas, pero sobre todo lo que pueden producir es una mayor intensidad en la polinización de especies ya crecidas, como árboles y arbustos; sin embargo, cuando las temperaturas de primavera son muy altas, se puede acortar la estación de polinización de las gramíneas (las plantas que crecen en los campos en primavera) ya que se secan antes de lo previsto y dejan de polinizar antes”, nos aclara el doctor.
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Plantas que polinizan en estas fechas
En esta época del año, el doctor nos explica que polinizan típicamente las cupresáceas (arizónicas y cipreses, en grande urbes y juníperos, enebros y sabinas, en zonas de monte); también es típica de esta época la polinización de los fresnos (familia de los olivos), pero sólo se notan en zonas donde haya fresnos.
Síntomas claros de alergia
El doctor Ojeda nos detalla que los síntomas típicos de una alergia ambiental se pueden englobar en dos:
- Nasooculares (picor/escozor de los ojos, lagrimeo, enrojecimiento de los ojos; estornudos repetidos, congestión nasal, picor nasal, moco líquido nasal).
- Y/o respiratorios en forma de asma: dificultad para respirar, sensación de opresión en el pecho, tos seca repetida y silbidos en el pecho.
“A diferencia de un resfriado, estos síntomas aparecen y desaparecen en cuestión de minutos u horas, en función de la exposición ambiental que tengamos, si llueve o no, etc., mientras que los síntomas de un catarro son más persistentes e independientes de si estamos al aire libre o no o de la climatología”, nos cuenta.
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¿Y si nunca he tenido alergia?
Nos planteamos también si las alergias pueden aparecer en cualquier momento, es decir, una persona que nunca ha tenido puede padecerlas de repente. El doctor confirma que así es: “Las alergias ambientales pueden aparecer en cualquier momento de la vida y, aunque su inicio es más habitual en la infancia y la adolescencia, no es infrecuente atender a personas cada vez más mayores, incluso de 60 y 70 años que debutan con alergias ambientales. Cuanto mayor sea la carga genética de riesgo alérgico que un individuo hereda más facilidad tendrá para desarrollar alergias y, por lo general, antes aparecerán”, argumenta el especialista.
Tratamiento de las alergias
Teniendo todo esto claro, toca ponerse en acción cuando se confirma la alergia y aparecen los síntomas. ¿Cuál es el tratamiento que se debe seguir para tratar de minimizarlos? “El tratamiento consta de dos vertientes complementarias: en primer lugar, aliviar los síntomas. Esto se consigue con medidas de desalergenización, es decir, implementar medidas encaminadas a reducir la exposición a los pólenes (por ejemplo, permanecer dentro de viviendas, edificios, etc.; usar mascarillas FFP2 y gafas de sol si se va a permanecer al aire libre). A los pacientes alérgicos a pólenes les puede resultar muy útil seguir los recuentos de pólenes en la página www.polenes.com o bien mediante los servicios de información que realizan las comunidades autónomas (p. ej., red PalinoCAM)”, nos comenta.
Y el doctor hace referencia al empleo de medicamentos que ayuden a controlar los síntomas, como toma de antihistamínicos orales, o bien formulaciones de antihistamínicos y/o corticoides tópicos en forma de sprays nasales, o bien colirios de antihistamínicos. “En función de la intensidad y frecuencia de los síntomas, esta medicación se puede tomar pautada, es decir, todos los días, a las dosis que indique el médico, durante la estación de polinización de las plantas a las que se es alérgico, o a demanda, es decir, cuando se presentan síntomas”, detalla.
Mientras, en el caso del asma, el doctor Ojeda cuenta que lo más apropiado es indicar un tratamiento preventivo para el asma en forma de inhaladores de corticoides o de corticoides y broncodilatadores de acción prolongada, de forma continuada durante la época de polinización y un inhalador de rescate, a base de un broncodilatador de acción corta, para ayudar a aliviar síntomas agudos de asma.
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Inmunoterapia para combatir las alergias
Hay más alternativas para tratar de controlar las alergias. Así, el doctor explica que el segundo punto clave del tratamiento de una alergia a los pólenes se basa en la indicación de las vacunas de alergia, técnicamente conocidas como inmunoterapia con alérgenos. "Este es un tratamiento de entre 3 y 5 años de duración, mediante el cual se administran dosis repetidas de un extracto purificado del polen o los pólenes a los que el individuo es alérgico y relevantes en su sintomatología. En función del esquema de dosis seleccionado por el alergólogo, estas pautas pueden ser en forma semanal durante unas cuantas semanas antes de la época de polinización o bien una dosis mensual mantenida a lo largo del año, durante el tiempo que dure el ciclo de inmunoterapia”, detalla el doctor. El objetivo principal de la inmunoterapia es reeducar la respuesta del sistema inmunitario del individuo alérgico para inducir respuestas de tolerancia inmunológica y disminuir, e incluso anular por completo, la respuesta de tipo alérgico.
“Como comento más arriba, tanto la medicación como la inmunoterapia son tratamientos complementarios; es decir, no es que uno sea mejor que lo otro, sino que lo mejor es combinar ambos, de tal forma que, inicialmente controlamos los síntomas con la medicación a la vez que empezamos la modulación del sistema inmunitario con las vacunas de alergia. Con el tiempo, el paciente notará una disminución de la intensidad y frecuencia de los síntomas, una menor necesidad de uso de medicación, e incluso no llegar a necesitar medicación, para controlar sus síntomas y una notable mejoría de la calidad de vida en la gran mayoría de los pacientes tratados de esta manera”, explica.
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Complicaciones de una alergia estacional
¿Cuáles son las posibles complicaciones de una alergia estacional? El doctor nos explica que la complicación fundamental de la rinitis alérgica insuficientemente tratada es la sinusitis; se trata de una afección en la que se inflama la mucosa de los senos paranasales, pudiendo llegar a haber sobreinfección bacteriana, y se manifiesta con congestión nasal, sensación de moco faríngeo que, además, es espeso, a veces amarillento o marronáceo, y dolor o presión en ambos lados de la nariz o la zona frontal.
“Una evolución posible de la rinitis alérgica es hacia el asma; esto suele ocurrir cuando la rinitis es de cierta intensidad y sólo se maneja con medicación sintomática y, además, hay antecedentes familiares de asma. En estos casos, no debería dudarse en emplear vacunas de alergia”, nos cuenta.
Y en cuanto al asma, la complicación principal de ésta es una crisis de asma grave que motive el ingreso hospitalario. “En ocasiones, las crisis pueden ser tan graves que generen un cuadro de insuficiencia respiratoria grave y motive el ingreso en la UCI para soporte avanzado. Por ello, es importante insistir a toda persona que padezca asma que tenga una buena adherencia al tratamiento preventivo que le indique su alergólogo y, en estos casos, considerar muy seriamente el uso de las vacunas de alergia puesto que se ha demostrado sobradamente con numerosos estudios clínicos que éstas pueden mejorar notablemente la evolución del asma en la mayor parte de los pacientes tratados e incluso conseguir la remisión del asma en una buena parte de ellos”, concluye.