El narcisismo puede llegar a convertirse en un claro enemigo de las relaciones saludables. "El narcisismo constituye una dimensión de la personalidad que hace referencia al aprecio por uno mismo. Un desarrollo equilibrado de esa faceta resulta deseable, pues no se puede amar a otros si no existe una base sólida de respeto y aprecio de las propias características y necesidades", anticipa Ana Isabel Sanz, directora del Instituto Psiquiátrico Ipsias, psiquiatra y psicoterapeuta especializada en trastornos afectivos y ansiedad, que nos cuenta que el problema empieza cuando ese interés por el mundo propio se impone a cualquier otra relación y llega literalmente a convertirse en una imposibilidad para amar o establecer cualquier vínculo afectivo sano con otras personas. "El sujeto narcisista, más que aportar en una relación busca en ella alimento para satisfacer sus inabarcables demandas de amor a sí mismo; acaba convirtiéndose en un dictador y a la vez un parásito emocional", afirma.
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Claves para detectar a una pareja narcisista
La pregunta clave es, claro está, cómo puedo detectar si mi pareja es narcisista. ¿Cuáles son las señales que nos alertan de ello? “A medida que vas conociendo a la persona que te atrae, el narcisismo será probablemente un estímulo atrayente en los inicios. Habitualmente, en el contacto más superficial las personas con elevado narcisismo son brillantes, seductoras, hábiles en su desempeño social y también expertas en hacer sentir inicialmente al otro que es alguien especial”, nos explica.
La experta comenta que a medida que la relación se hace más cercana, aparece una realidad bien diferente y desagradable. Así, la persona que empieza a descubrir amorosamente a un sujeto con un narcisismo desmedido encuentra:
- Alguien que antepone a cualquier otra cuestión sus deseos y necesidades, ignorando por completo lo que su pareja puede desear. Esta actitud es resultado de la carencia de empatía, es decir, de la incapacidad de ponerse en el lugar del otro.
- Un sujeto envidioso y competitivo, que no soporta que al otro le vaya bien en cualquier aspecto de la vida. De cara a la relación con la pareja esto puede detectarse en descalificaciones frecuentes, incluso comentarios y comportamientos tendentes a humillar.
- Una persona excesivamente sensible a las críticas, que vive como descalificaciones y nunca como intercambios constructivos. Ante esa actitud, su respuesta suele ser la de atacar al que le ha cuestionado, este ataque puede llegar a ser vejatorio y convertirse en auténtico maltrato verbal y físico.
- A un individuo que necesita continuas muestras de que es especial físicamente o en su forma de ser. Con facilidad sentirá que no recibe el amor que merece y se quejará de ello incluso con crueldad.
- Ese mismo ser tendrá fluctuaciones anímicas fuertes derivadas de la frustración por no sentirse reconocido por su pareja o por otras personas.
- A un ser que tiende a explotar y manipular al otro, en función de que se siente especial y, por tanto, digno de ser tratado de forma excepcional.
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¿Cómo son los narcisistas en pareja?
La psiquiatra nos cuenta que las personas narcisistas, cuanto menos flexibles sean, generan relaciones complejas, intensas y frecuentemente dañinas. Sus excesivas y distorsionadas demandas de atención al otro se traducen en roces, quejas, discusiones, celos injustificados… que no son fáciles de gestionar, pues la persona narcisista no suele escuchar las razones del otro, que quedan eclipsadas por sus propias (y desmedidas) necesidades e inseguridades. “Cabe subrayar que la aparente seguridad y prepotencia del sujeto narcisista ocultan profundas heridas en la estabilidad personal que tratan de ser superadas mediante una coraza de superioridad que, además de no curar el problema de base, se nutre de ‘aplastar’ la valía de los demás y de ‘rendir’ y ‘dominar’ al que está al lado, una dinámica que pudre cualquier relación y la convierte casi siempre en fuente de humillación y destrucción de la confianza en sí misma de la pareja”, nos explica.
Así, detalla que el individuo narcisista experimenta sentimientos contradictorios hacia la persona a la que dirige su interés (supuestamente a la que “ama”) y ello se traduce en momentos de arrebatos de pasión que se transmutan en estallidos de odio con igual intensidad.
Y apunta un dato importante: narcisismo y armonía en la pareja son conceptos radicalmente contrapuestos. “La ‘voracidad’ de la pareja narcisista se canaliza con frecuencia en estallidos de celos ante la mínima duda de que un tercero despierta cierto interés en la persona amada. Esa misma obsesión por recibir muestras más que de amor de pleitesía, convierte la relación en una sucesión de actos de manipulación y de explotación. En los casos más desequilibrados esta dinámica es la antesala de vejaciones y malos tratos de toda índole”, nos detalla.
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Así afecta una pareja narcisista a nuestra relación
Una de las preguntas clave que le hacemos a la psiquiatra es de qué forma puede afectar el hecho de que nuestra pareja sea narcisista a nuestra relación. Y parte de una idea: no todas las personas narcisistas lo son en la misma medida. “Incluso en los casos más leves, el narcisismo excesivo de uno de los miembros de la pareja supone casi siempre conflictos frecuentes marcados por la necesidad de control y las demandas desmedidas y unilaterales de muestras de afecto. En los casos más severos, esa tendencia acaba envenenando radicalmente la relación y transformando el supuesto amor en posesión y en los cimientos de un vínculo tóxico que necesita minar la confianza de la parte no narcisista de la pareja para alimentar la patología narcisista del otro miembro”, detalla.
Así, en las parejas más desequilibradas, esto se traducirá en la anulación de uno de los dos, con generación de dinámicas de maltrato psicológico o también físico. Añade un matiz: “No nos engañemos ni simplifiquemos, narcisistas pueden ser tanto las mujeres como los hombres. El cáncer narcisista en la pareja afecta tanto a las parejas heterosexuales como a las homosexuales”.
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¿Qué puedes hacer si detectas que tu pareja es narcisista?
Teniendo todo esto en cuenta, llega el momento de actuar, una vez que detectamos el problema de narcisismo en nuestra pareja. Así, la experta argumenta que si una persona detecta a tiempo un nivel muy marcado de narcisismo en el sujeto que le atrae, posiblemente la medida más sana es que se aleje, porque ciertos rasgos de la personalidad no cambian ni mejoran. “Es más, las personas patológicamente narcisistas rara vez reconocerán que ellas tienen dificultades que han de modificar y que para ello necesitan ayuda especializada”, afirma.
¿Y en casos de narcisismo menos severos o parejas ya consolidadas que se desea mantener? “Lo primero es que la persona más sana de la relación se dé cuenta de los mecanismos distorsionados de su pareja (manipulación, tendencia al control y a la culpabilización, a la confrontación…) y trate de no dejarse arrastrar por esas dinámicas, manifestando sin miedo aquello que piensa en momentos adecuados y con las formas que puedan ser menos hirientes. A ello le puede ayudar el comprender que bajo esas pautas existe una profunda inseguridad personal en la pareja y que será positivo todo lo que alivie esa falta de confianza personal sin dar la razón a las distorsiones que expresa el sujeto narcisista, por mucho que se le quiera. "Más allá de las actitudes hacia la pareja, sería conveniente un trabajo de terapia personal que permita entender los motivos por los que una persona tiende a elegir como pareja a otras con ese perfil narcisista. Lo que descubra le ayudará tanto a enfocar conflictos en la relación presente como en vínculos amorosos futuros", concluye la experta.