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mujer zapatillas© Getty Images

Los cinco problemas que puedes evitar si eliges bien tus zapatillas de deporte

El objetivo, según los especialistas, es tratar de prevenir la aparición de lesiones. Es importante contar con asesoramiento especializado


Actualizado 9 de febrero de 2024 - 13:44 CET

No siempre le damos la importancia que requiere a la elección del calzado que utilizamos para hacer deporte. Es más, en ocasiones nos dejamos llevar más por un motivo meramente estético que funcional. Por eso, hay que revertir esta tendencia, pues una elección incorrecta de nuestro calzado deportivo puede causar patologías nada deseables en nuestro tren inferior.

Así lo alertan desde el Ilustre Colegio Oficial de Podología de la Comunitat Valenciana, cuyos expertos nos aclaran cuáles son los cinco problemas más habituales que podemos llegar a sufrir si no acertamos a la hora de hacer la elección de nuestro calzado deportivo o de las correcciones en el caso de que sean necesarias. Así, ellos destacan estos cinco: las sobrecargas musculares, fascitis, roturas óseas por estrés en los huesos de los pies, dolor de cuello o dolor lumbar, entre otros.

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La postura del pie en el ciclo de marcha

“También hemos de saber que el pie cambia su posición conforme el ciclo de la marcha. Por ejemplo, en la fase de choque de talón supina, al iniciar la fase de despegue prona de forma progresiva y armónica. Por tanto, el pie realiza movimientos de supinación y pronación en cada paso”, detalla Jorge Escoto, podólogo y miembro de la junta directiva del ICOPCV..

Desde el ICOPCV se ha insistido en que lo importante es conocer los grados de pronación y supinación para poder optar por el tratamiento oportuno e individualizado en cada pie, si fuera necesario. Por este motivo, una elección inadecuada del elemento correctivo que se incorpore condicionará si el peso del cuerpo cae en exceso hacia afuera o fuerza hacia adentro.

Los podólogos también han resaltado que las personas que cuentan con un tipo de pisada neutra son los menos propensos a sufrir lesiones. ¿El motivo? El peso del cuerpo está mejor distribuido a lo largo del pie sin sobrecargar las articulaciones. Sin embargo, los pies que tienden a ir hacia afuera, tienen mayor predisposición a fracturas óseas y esguinces de tobillo. Sobre todo, las fracturas por estrés en el cuarto y quinto metatarsiano, incluso, en grados más extremos una fractura del peroné.

Por lo que se refiere a la situación de los pies en los que el talón tiende a ir hacia adentro, desde el ICOPCV se ha afirmado que es un poco más compleja ya que al girarse las rodillas hacia dentro, las rótulas se van hacia afuera, la pelvis se adelanta y aumenta la curvatura a nivel lumbar. Lo que supone una alteración de todo el sistema musculo esquelético, desde el pie hasta el cuello, porque el cuerpo tiende a compensar el desequilibrio. En estos casos son más propensos a dolores en las lumbares o el cuello.

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Contar con asesoramiento cualificado

Hay que contar, además, con el asesoramiento de personal cualificado para este cometido. Cada vez es más frecuente que en algunos establecimientos deportivos de realizar estudios biomecánicos, de la pisada o de análisis del pie, por personal que no requiera de la cualificación necesaria.

“En este tipo de espacios, las personas que atienden o no tienen ninguna formación o a lo mejor han realizado algún posgrado en biomecánica, ortopodología o similar, que es insuficiente para diagnosticar y asesorar adecuadamente sobre qué necesidades tienen sus miembros inferiores. Lo más común es que hablen sobre si eres supinador o pronador, y es peligros porque hay otros tipos de pisada, como la neutra, y el error en el diagnóstico puede ser detonador para múltiples dolencias en los deportistas”, apunta Jorge Escoto.

“Los profesionales de la Podología para asesorar en la elección de una zapatilla no sólo nos fijamos en la pisada, sino que tenemos en cuenta otros factores como el peso del corredor, el impacto del talón en la marcha, la posición del medio pie y al antepié, se realizará una exploración acostado y sentado en la camilla, se analizará el balance articular, balance muscular y se realizará un exploración neurológica. Además, con el paciente de pie en estática sobre un podoscopio, una plataforma de presiones (estudio baropodométrico) o ambas, obtendremos valores de gran utilidad y, por supuesto, se realizará un estudio en movimiento andando, pisando la plataforma o corriendo sobre una cinta, entre otras muchas más”, ha explicado Jorge Escoto.