Los suplementos alimenticios desempeñan un papel muy importante en la salud y el bienestar a lo largo de todas las etapas de la vida. Desde la infancia hasta la vejez, nuestras necesidades nutricionales varían y pueden no ser completamente cubiertas únicamente por la dieta. Es por ello que los complementos alimenticios pueden ser una buena opción para complementar nuestra alimentación y asegurar que recibamos los nutrientes esenciales que nuestro cuerpo necesita. Sin embargo, es importante recordar que los suplementos no deben sustituir una dieta balanceada y variada, sino complementarla.
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La farmacéutica Marta Garrido, farmacéutica de Atida I Mifarma nos explica qué suplementos son necesarios según nuestra edad y cuáles son sus beneficios.
En general, en esta etapa estamos sometidos a estrés físico y mental, ya sea por los estudios, el deporte, la incorporación al mundo laboral, por la preparación del cuerpo para la maternidad… Dependiendo de las necesidades individuales suplementaremos de una forma u otra, con complejos vitamínicos u otros micronutrientes como el magnesio, hierro o ácido fólico.
Sus beneficios
Siempre dependerá del objetivo que tengas al tomar suplementos, puesto que unos pueden estar enfocados en la piel, otros en el sistema inmune o en el rendimiento físico y mental. Pongamos unos ejemplos:
Los multivitamínicos ayudan al correcto funcionamiento físico y mental en esas épocas de mayor estrés, sobre todo haciendo hincapié en las vitaminas del grupo B.
Para mantener la piel y el pelo saludable, elegiremos las vitaminas A, D, E y el zinc.
Para el funcionamiento reproductivo, destacan el inositol y el ácido fólico.
Para fortalecer el sistema inmunitario y hacer frente a esas épocas en las que hay tendencia a enfermar, como en el invierno, la equinácea, la jalea real, así como vitamina A, C y D son la mejor opción.
El buen estado general de tu organismo puede conseguirse a través del magnesio o los famosos probióticos, que participan en numerosas funciones de nuestro cuerpo. También es frecuente, sobre todo en las mujeres, la falta de hierro.
El cuerpo de la mujer necesita más vitaminas y minerales, pero lo esencial es el ácido fólico. Desde que se planifica un embarazo, es recomendable tomarlo, ya que favorece su desarrollo normal e incrementa el nivel de folato materno que es un factor de riesgo de defectos del tubo neural en el feto en desarrollo.
Los beneficios se consiguen con una ingesta diaria de unos 400 µg durante al menos un mes antes de la concepción y hasta tres meses después de esta. Además, el ácido fólico y la vitamina B12 contribuyen al proceso de división celular.
Por otro lado, la vitamina D se debe tener en cuenta en este momento de la vida, ya que contribuye a la absorción y utilización normal de calcio y al proceso de división celular. El yodo contribuye a la función cognitiva normal y se aconseja durante la etapa del embarazo ya que contribuye al crecimiento normal del niño.
Y por último, el zinc, selenio y hierro. El zinc tiene propiedades antioxidantes que intervienen en los procesos de fertilidad y reproducción normales. Por su parte, el selenio contribuye una función tiroidea adecuada y un suministro adecuado de hormonas tiroideas al feto. Y el hierro reduce el cansancio o la fatiga que aumenta en esta fase de la vida de la mujer.
Los suplementos alimenticios pueden ayudar a regular los niveles hormonales al proporcionar los nutrientes esenciales que el cuerpo necesita. Se ha demostrado que estos suplementos, que a menudo contienen vitaminas y minerales, tienen efectos beneficiosos en la función hormonal. Combinados con una dieta equilibrada, podemos mejorar la ovulación y la calidad de los óvulos.
Antes de elegir cualquier suplemento vitamínico, es importante evaluar las necesidades nutricionales del cuerpo y en esta etapa de la mujer previa a la menopausia, los nutrientes más importantes son:
Calcio y vitamina D: necesarios para mantener la salud ósea y prevenir la osteoporosis.
Vitamina B12: ayuda a mantener un sistema nervioso saludable y aumenta la producción de células rojas en la sangre.
Ácido fólico: previene defectos de nacimiento y apoya la salud cerebral y cardiovascular.
Cómo equilibran las hormonas
De manera muy positiva. A esta edad todavía es más necesario invertir en una dieta saludable y en suplementos que nos garanticen un bienestar óptimo. La masa muscular comienza a disminuir, el metabolismo se vuelve más lento y aumenta el riesgo de padecer enfermedades crónicas, como el cáncer, la diabetes o problemas en el corazón.
En esta época de la vida, los suplementos más recomendados son el omega-3 por su capacidad hipolipemiante, disminuyendo los triglicéridos; el descenso significativo, aunque moderado, de la presión sanguínea y la reducción de la agregación plaquetaria. La coenzima Q10, que inhibe la oxidación del colesterol LDL, siendo beneficioso para la aterosclerosis. Además, es uno de los nutrientes principales del tejido cardíaco, favorece su oxigenación y combate los radicales libres, por lo que puede contribuir al tratamiento y prevención de problemas cardíacos. Y por último, recomendaremos la levadura de arroz rojo, ya que contiene un compuesto llamado monacolina K, que tiene la misma estructura química que la lovastatina, una de las estatinas más usadas, aunque con algunas diferencias en biodisponibilidad.
Los cambios hormonales de la menopausia tienden a incrementar las probabilidades de aumento de peso en la zona alrededor del abdomen. La masa muscular normalmente disminuye con la edad, mientras que la grasa aumenta. Lo ideal es mantener un estilo de vida saludable y practicar ejercicio regularmente. Suplementos a base de extractos naturales y fibras, como el extracto de algarrobo y azafrán, pueden ayudar a controlar el apetito de manera natural, así como reducir el antojo de alimentos dulces.
En esta etapa la salud ósea así como la neural son fundamentales. Por lo tanto, la vitamina B12 es un nutriente que ayuda a mantener la salud de las neuronas y la sangre. Es recomendable que las personas mayores de 60 años consuman la mayor parte de la vitamina B12 de alimentos fortificados o suplementos dietéticos porque, en la mayoría de los casos, su cuerpo puede absorber la vitamina B12 de estas fuentes. Por otro lado, el calcio es fundamental para la salud ósea y evitar la osteoporosis. La vitamina D ayudará a la correcta absorción del calcio y la K2 de dirigirla a los huesos, impidiendo que se deposite en las arterias.
Sus beneficios
Para esta dolencia, los suplementos deben incluir activos como la glucosamina y el condroitín sulfato, con efecto antiinflamatorio y calmante. También protegen la articulación y su degradación. Por ejemplo, el colágeno tipo II es la principal proteína estructural del cartílago y otro antiinflamatorio sería la cúrcuma. De esta forma y con este tipo de suplementos se mejorará la salud articular y con ello la calidad de vida en esta etapa.
En esta época no varían demasiado de la anterior, ya que las dolencias suelen ser similares. No obstante, la vitamina D es fundamental ya que muchos ancianos, por falta de movilidad, es habitual que tengan un déficit en esta vitamina, por lo que tienen problemas de osteoporosis y problemas relacionados con los huesos. También suelen tener déficit de calcio por lo que la suplementación es fundamental. La demencia también es muy común a esta edad por lo que es recomendable tomar vitamina B12.
La vitamina C contribuye al sistema inmunológico e incluso las proteínas para personas con problemas de deglución son muy recomendables.
Atención a los pacientes polimedicados
Si estás tomando medicamentos, siempre se debe consultar previamente con el médico de cabecera, ya que algunos de estos suplementos pueden provocar efectos secundarios no deseados o incluso complicaciones médicas. Si hay antecedentes de alergias alimentarias o sensibilidad a ciertos ingredientes, también se recomienda prestar atención a la etiqueta.
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