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Todo lo que necesitas saber sobre los metales pesados que nos pueden enfermar

El plomo, el mercurio, el cadmio y el arsénico son algunos de los más comunes, y, junto con otras sustancias químicas, pueden encontrarse en la alimentación, el agua, la ropa, dispositivos tecnológicos y en el entorno que nos rodea


Actualizado 30 de enero de 2024 - 18:59 CET

La presencia de metales pesados en el organismo es común en la mayoría de la población, pudiendo generar enfermedades graves como las renales, cardiovasculares, neurológicas y óseas, según una investigación realizada por Biosalud Day Hospital. Se estima que entre el 50% y el 70% de la población general presenta intoxicación por metales pesados, y este porcentaje se incrementa en aquellos que experimentan síntomas persistentes de cansancio, dolor e inflamación.

De hecho, un estudio multicéntrico dirigido por el Hospital del Mar y publicado en enero revela que aproximadamente el 70% de la población de Barcelona presenta metales pesados como plomo, plata, arsénico, cadmio, mercurio, antimonio, estroncio, talio y seis oligoelementos esenciales. En contraste, una investigación previa del 2020, liderada por la Universidad de Granada, encontró concentraciones de metales pesados en el 51% de la población.

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¿Cómo se produce la intoxicación por metales pesados?

La intoxicación por metales pesados ocurre cuando una persona se expone a niveles elevados de ciertos metales en su cuerpo, ya sea a través de la inhalación, ingestión o absorción cutánea. El plomo, el mercurio, el cadmio y el arsénico son algunos de los más comunes, y, junto con otras sustancias químicas, pueden encontrarse en la alimentación, el agua, la ropa, dispositivos tecnológicos y en el entorno que nos rodea, según explica el doctor Mariano Bueno, director de Biosalud Day Hospital.

El Ministerio para la Transición Ecológica advierte en su página web que la peligrosidad de los metales pesados radica en su incapacidad para degradarse, ya sea química o biológicamente, y en su tendencia a bioacumularse y biomagnificarse. Este último término implica que se acumulan en los organismos vivos a concentraciones superiores a las presentes en alimentos o el medio ambiente, y estas concentraciones aumentan a medida que ascendemos en la cadena trófica, provocando diversos efectos tóxicos. Dichos metales pesados se encuentran en los alimentos que consumimos o en productos que utilizamos:

  • Mercurio: se encuentra en pescados azules y mariscos, especialmente en aquellos de gran tamaño y depredadores. Además, puede estar presente en el agua contaminada, suelo y aire debido a actividades industriales.
  • Níquel: se encuentra comúnmente en objetos de uso diario, como joyería de níquel, hebillas, cremalleras y utensilios de metal. También puede encontrarse en productos de tabaco y, en menor medida, en algunos alimentos.
  • Aluminio: presente en utensilios de cocina, especialmente si están dañados o rayados. También se encuentra en alimentos y bebidas envasados, así como en cosméticos y productos de cuidado personal.
  • Estaño: se halla en envases de alimentos, especialmente en latas y recipientes. También puede estar presente en productos electrónicos y soldaduras, así como en agua contaminada.
  • Plata: se encuentra en joyería y utensilios de plata. La exposición ocupacional puede ocurrir en industrias de fotografía y electrónica. Además, algunos productos de cuidado personal y medicamentos también pueden contener plata.
  • Plomo: puede encontrarse en tuberías antiguas, polvo contaminado, fuentes de agua y suelo. También se puede contaminar alimentos y bebidas a través de utensilios o envases de plomo.
  • Cadmio: puede hallarse en mariscos, cereales y verduras de hojas verdes debido a la contaminación del suelo y agua. Además, el tabaco es una fuente significativa de exposición al cadmio. Tan solo en este mismo mes de enero, se han publicado decenas de estudios que relacionan su presencia en diferentes poblaciones, a veces acompañado de otros metales como el plomo, el arsénico y el mercurio, con el riesgo de fracturas en no fumadores (Suecia), elevación de hormonas paratiroideas (China), enfermedad renal en pacientes diabéticos (China), cáncer de próstata (Corea del Sur), fallecimiento en pacientes con EPOC (Estados Unidos), depresión (China), enfermedades cardiovasculares (India), enfermedades renales (Italia), adelanto de la menarquía y, por tanto, mayor riesgo renal y cardiovascular (Corea); y pérdida auditiva (China), entre otros.
  • Arsénico: se encuentra en el agua potable, el arroz y productos derivados de mariscos. La exposición puede ocurrir a través de la contaminación del suelo y el agua.

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¿Cuáles son los síntomas de la intoxicación por metales pesados?

"Los síntomas derivados de la intoxicación por metales pesados varían según el metal específico y la cantidad presente en el organismo", explica el doctor Mariano Bueno. Sin embargo, hay algunos efectos comunes:

  • Problemas neurológicos
  • Daño renal
  • Trastornos gastrointestinales
  • Daño hepático
  • Hipertensión arterial
  • Enfermedades cardiovasculares
  • Deterioro óseo (fracturas u osteoporosis)
  • Problemas dermatológicos (incluyendo cáncer)
  • Efectos perjudiciales para los fetos, como malformaciones congénitas y falta de desarrollo.

Además, las características sociodemográficas y físicas, como el sexo, la edad, la clase social y los cambios de peso, pueden influir en las concentraciones de algunas sustancias químicas.

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¿Cómo se realiza el diagnóstico y el tratamiento de la intoxicación por metales pesados?

En cuanto a la detección de metales pesados, el doctor Mariano Bueno destaca que se puede realizar mediante un sencillo test del cabello. Para eliminar estos metales del organismo, existen diversas técnicas, siendo la más efectiva la llamada Inuspheresis.

Esta técnica de alta tecnología implica un doble filtrado del plasma sanguíneo, eliminando así una gran parte de los metales pesados responsables de diversas patologías y síntomas. El procedimiento, que utiliza un circuito de circulación extracorpórea para depurar la sangre, extrae y elimina los tóxicos y componentes patógenos sin afectar a electrolitos u otros componentes necesarios.

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