En los últimos tiempos es habitual encontrarnos con tendencias en redes sociales que se vuelven populares, se viralizan. Una de ellas es lo que se ha venido a llamar sadfishing que se refiere a una tendencia en la que una persona comparte deliberadamente a través de este medio sus problemas emocionales o “penas” o personales de manera exagerada o dramática para ganar atención, simpatía o interacción en línea. Así nos lo explica Marc Rodríguez, Psicólogo Especialista en Inteligencia Emocional (@rodriemocion), que apunta que el nombre proviene de la combinación de las palabras sad (triste) y fishing (pesca), ya que implica "pescar" simpatía o atención a través de la expresión pública de tristeza o angustia en internet.
“El sadfishing puede tomar muchas formas, desde publicar fotos o videos de uno mismo llorando o con expresiones de tristeza, hasta compartir historias personales sobre problemas emocionales o traumas”, nos cuenta el psicólogo, que confirma que es típico de este comportamiento, por ejemplo, seguir estas pautas:
- Publicar una foto de uno mismo llorando con un texto que dice "Hoy estoy teniendo un día muy malo".
- Compartir una historia sobre una ruptura sentimental con un texto que dice "Me siento tan solo y perdido".
“Si bien algunas personas recurren al sadfishing como una forma de buscar apoyo y empatía genuina en tiempos difíciles, también ha generado cierta controversia, ya que puede ser percibido como manipulador o excesivo cuando se utiliza de manera inapropiada o repetitiva. Por eso hay que tener mucho cuidado con ello”, anticipa el experto.
Lee también: Por qué es importante ser nosotros mismos (y no tanto nuestra mejor versión)
¿Una tendencia tóxica?
Le planteamos al psicólogo si estamos ante una tendencia que puede llegar a convertirse en tóxica. “Definitivamente. El sadfishing puede llegar a convertirse en una tendencia tóxica”, nos cuenta. Y añade los motivos por los que así lo considera.
- Explotación de la empatía. Cuando las personas utilizan repetidamente el sadfishing de manera exagerada para obtener atención y simpatía, pueden estar explotando la empatía de sus seguidores de forma manipulativa. Eso implica que las cosas sean menos “auténticas” y la empatía, como todo, en su exceso y mal usada puede ser un arma de doble filo.
- Búsqueda de validación constante. Quienes recurren al sadfishing de manera habitual pueden volverse dependientes de la validación y atención online para sentirse bien consigo mismos. Esto puede tener un impacto negativo en su autoestima y bienestar emocional a largo plazo y en el mensaje que transmiten al mundo.
- Difusión de negatividad: Cuando la tristeza y la negatividad son constantemente compartidas en línea, esto puede crear un ambiente en el que normaliza el estar siempre mal y se produce el contagio emocional.
- La cultura de la victimización. Puede aparecer una tendencia a victimizarse, incluso cuando no se ha sufrido un daño real. Esto puede hacer que las personas sean más propensas a creer las historias de sadfishing, incluso si son falsas.
“Para evitar que se convierta en una tendencia tóxica, es importante fomentar la autenticidad y la empatía en las interacciones online. Esto implica compartir nuestros sentimientos de manera honesta sin exagerar, ser conscientes del impacto que nuestras publicaciones pueden tener en otros y buscar apoyo real cuando sea necesario, en lugar de depender en exceso de la atención en línea. Los problemas se deben tratar en consulta, no a través de las redes sociales”, nos comenta.
Lee también: Buscar ayuda en las redes sociales no ayuda ante la depresión
En las redes, no todo es ‘de color de rosa’
¿Por qué que hay personas que comparten este contenido triste en redes sociales, donde todo realmente parece que es 'de color de rosa'? “Existen diversas razones por las cuales algunas personas comparten contenido triste o problemas personales en redes sociales, incluso cuando la mayoría de las publicaciones parecen mostrar una realidad positiva”, nos cuenta Marc Rodríguez, que añade que las más habituales suelen ser:
- Búsqueda de apoyo. Las redes sociales pueden ofrecer una plataforma donde las personas buscan apoyo emocional y consejos de sus amigos o seguidores en momentos difíciles. Compartir problemas puede ser una forma de pedir ayuda o consejo. No necesariamente es algo negativo.
- Una razón es que las redes sociales pueden crear una presión para parecer que se tiene una vida perfecta. Las personas pueden sentirse presionadas para compartir solo las cosas buenas de sus vidas, lo que puede llevar a ocultar sus problemas o sentimientos negativos.
- Alivio emocional. Expresar emociones a través de las redes sociales puede proporcionar un alivio emocional momentáneo. Compartir lo que se siente puede ser una manera de liberar parte de la carga emocional. Con la contraparte que a través de una pantalla puede ser complicado sentir ese apoyo realmente.
- Algunas personas buscan validación y reconocimiento por lo que están experimentando. Los comentarios y la compasión de los seguidores pueden brindarles una sensación de importancia y protagonismo.
- Conciencia y activismo. Algunas personas utilizan las redes sociales para crear conciencia sobre problemas importantes, como la salud mental, el acoso escolar o la violencia de género, al compartir sus propias experiencias personales.
- También es posible que algunas personas compartan contenido triste en las redes sociales como una forma de manipulación o autopromoción. Pueden usar su tristeza para llamar la atención o ganarse la simpatía de los demás.
En última instancia, las razones detrás de compartir contenido triste en redes sociales pueden variar ampliamente de una persona a otra, es importante tener en cuenta que no siempre es fácil saber si alguien está compartiendo contenido triste en las redes sociales por una razón legítima o si está practicando el sadfishing.
¿Cómo puede llegar a dañarnos?
En opinión del psicólogo, compartir contenido triste o problemas personales en redes sociales no necesariamente nos dañará, pero puede tener ciertos efectos negativos potenciales si no se maneja adecuadamente. Además, a menudo subestimamos el impacto que puede tener para la persona que está frente a la pantalla.
A nivel personal (de la persona que lo practica)
- Sentimientos de culpa o vergüenza. Si la persona se siente atrapada en una mentira, puede sentir culpa o vergüenza por lo que ha hecho y acabar creyéndose su propia mentira
- Problemas de salud mental. Puede agravar los problemas de salud mental existentes, como la depresión o la ansiedad, haciendo que la aprobación social y la exposición aumenten el compromiso con el trastorno.
- Problemas de relaciones. El sadfishing puede dañar las relaciones con los demás, ya que puede hacer que los demás se sientan manipulados o explotados.
- Exposición excesiva. Compartir en exceso problemas personales puede llevar a una sobreexposición emocional en línea, lo que puede hacer que te sientas vulnerable o agotado emocionalmente.
- Dependencia emocional en las redes sociales. Si dependes demasiado de la validación en línea, podrías experimentar un impacto negativo en tu bienestar emocional si no obtienes la respuesta que esperas por parte de los seguidores.
Para los demás, el sadfishing puede tener las siguientes consecuencias negativas:
- Sensación de manipulación o explotación. Cuando alguien se siente manipulado o explotado por el sadfishing, puede sentir frustración, enfado o incluso rechazo.
- Problemas de salud mental. Puede desencadenar o agravar los problemas de salud mental existentes, como la depresión o la ansiedad.
- Problemas de seguridad. En algunos casos, se ha utilizado para explotar a los demás, por ejemplo, para obtener información personal o para extorsionarlos.
En resumen, compartir contenido triste en redes sociales puede ser una herramienta útil para buscar apoyo y conexión, pero es importante hacerlo de manera equilibrada y consciente para evitar posibles impactos negativos en la salud mental y emocional. Los problemas reales de salud mental y emocionales deberían tratarse con especialistas formados para ello.