Hasta un 20% (1 de cada 5) personas adultas, padecen reflujo gastroesofágico. Pero hoy queremos hablar de un problema médico relacionado al que se denomina reflujo silencioso, también conocido como reflujo gastro-laringo o gastro-faríngeo. Se trata de una variante del reflujo gastroesofágico típico, en la que los contenidos gástricos regresan hacia la garganta sin provocar síntomas clásicos como acidez. Así nos lo explica el Dr. Cristian Sierra Bernal, especialista en Aparato Digestivo en Madrid y miembro de Top Doctors. “El término ‘silencioso’ se utiliza porque sus manifestaciones pueden pasar desapercibidas, presentándose sin la típica sensación de ardor o acidez”, nos aclara el experto, que apunta que este tipo de reflujo puede manifestarse con tos persistente, ronquera, dolor de garganta crónico, sensación de globo en la garganta y cambios en la calidad de la voz, sin necesariamente presentar, como decíamos, acidez estomacal. También en numerosas ocasiones te provocan por la noche un despertar brusco con sensación de ahogo sin poder respirar bien.
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Un enemigo de nuestra voz
Se habla de este problema como un gran enemigo para la voz, y es que el reflujo silencioso puede afectar las cuerdas vocales y las estructuras de la laringe, causando irritación crónica. Esto, tal y como nos explica el doctor Sierra Bernal, puede derivar en disfonía (alteraciones de la voz), carraspera y tos crónica, siendo un desafío diagnosticar el origen digestivo de estos problemas vocales.
“El reflujo silencioso se manifiesta con síntomas de garganta como alteraciones en la voz, pero sin tener los síntomas típicos del reflujo como es el ardor detrás del esternón. Es el gran enemigo de la voz porque produce ronquera sin saber el motivo”, añade por su parte el doctor Ramón Díaz Conradi, especialista en Cirugía general y coloproctología y miembro de Top Doctors.
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Por qué se produce
¿Cuáles son las causas que están detrás de este problema de salud? “Las causas son diversas e incluyen debilidad del esfínter esofágico inferior, mal funcionamiento del vaciado gástrico, y alteraciones en la motilidad esofágica. Factores como la obesidad, el tabaquismo y la ingesta de alimentos desencadenantes también contribuyen”, nos explica el especialista en aparato digestivo. Por su parte, el doctor Díaz Conradi añade que la principal causa que está detrás de este problema es tener una hernia hiatal, pero influyen también varias causas como obesidad, tabaco, alcohol comidas copiosas y tumbarse justo después de comer o cenar.
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¿Cómo se llega al diagnóstico de este problema de salud?
El diagnóstico requiere evaluación clínica y pruebas específicas como la pH-metría esofágica, la manometría esofágica y la gastroscopias y laringoscopía. Estas herramientas ayudan a identificar el reflujo y sus efectos en las estructuras vecinas.
Así debe tratarse
¿Cuál es el tratamiento que se debe seguir una vez que se confirma el diagnóstico? “El tratamiento en principio debe ser médico e incluso a altas dosis de inhibidores de la bomba de protones gástrica como el Omeprazol. Solo si después de un cierto tiempo falla el tratamiento médico habría que optar por la opción quirúrgica”, cuenta el doctor Díaz.
Además, como apunta el doctor Sierra, el tratamiento puede incluir cambios en el estilo de vida, como ajustes en la dieta y la postura al dormir. “Además, se utilizan medicamentos antiácidos y protectores esofágicos. En casos más severos, la intervención quirúrgica puede ser considerada”, apunta el especialista en aparato digestivo, que matiza que las posibles complicaciones de este problema de salud pueden incluir daño estructural a la laringe y las cuerdas vocales, formación de úlceras, y en casos raros, cambios precancerosos que debemos vigilar de cerca.
Por todo ello, el seguimiento idealmente debe ser realizado por un médico especialista en aparato digestivo, quien trabajará en colaboración con otorrinolaringólogos en casos que afecten la voz y la garganta. Un equipo multidisciplinario asegura un enfoque integral y eficaz.