Seguramente, habrás escuchado hablar del cortisol y no tendrás dudas de que es la hormona que se asocia al estrés. Pero, ¿por qué? Esta sustancia pertenece a la familia de los glucocorticoides y se produce en las glándulas suprarrenales, que están ubicadas encima de los riñones. Es conocida como la hormona del estrés, ya que su liberación aumenta en situaciones de tensión, ansiedad o peligro. El cortisol no es bueno ni es malo. De hecho, es esencial para varias funciones del cuerpo. Sin embargo, los problemas surgen cuando los niveles de cortisol son crónicamente elevados, lo que puede tener efectos negativos en la salud.
Cuando el cuerpo está bajo estrés constante y los niveles de cortisol se mantienen altos durante períodos prolongados, se produce una inflamación crónica que puede condicionar la salud del individuo. ¿Cómo sé si estoy segregando demasiado cortisol? Lo sospecharás si estás siempre alerta, si te persiguen los pensamientos negativos, si tienes problemas con el peso, fatiga, irritabilidad, si te cuesta tomar decisiones... todas estas señales pueden indicar que el estrés está controlando tu vida y, como consecuencia, que hay demasiado cortisol.
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¿Cómo bajar el cortisol? ¿Hay que bajar el cortisol?
No, lo que hay que hacer es tener unos niveles balanceados. Eliminando el estrés y teniendo una mayor confianza en uno mismo se puede conseguir. Así lo indica Rafa Cordón, autor del libro BIOCOMUNICACIÓN: Si tu cuerpo dice ¡VAMOS! tu mente dice Voy. Este experto ha creado el método VERAS, cinco herramientas que cada uno puede llevar a su terreno, para recuperar el control y mantener unos niveles adecuados de cortisol.
“En un momento de tensión, por ejemplo, antes de una competición o de impartir una conferencia, se observa un aumento de cortisol y se comienza a disparar una reacción de estrés. Si observas las señales en tu cuerpo y actúas, podrás recuperar la calma y la confianza, etc", nos cuenta. Todos podemos buscar un"mayor nivel de autoconfianza mediante una corporalidad expansiva y abierta, el control consciente de la respiración, o el uso de la voz, entre otras acciones”, destaca el experto, que explica en qué consiste este método VERAS:
- Visualización: positiva vs. negativa; el 90% de los pensamientos negativos nunca suceden, la visualización positiva es una decisión personal.
- Expansión: apertura vs. cierre; asociada a corporalidad (tronco, brazos, mirada, sonrisa, voz ….)
- Respiración: profunda vs. superficial. Respiramos unas 20.000 veces al día y lo hacemos de forma inconsciente, pero tomar el control cuando lo necesitamos nos ayudará a reducir el estrés y a entrar en un estado de serenidad para ver los problemas con mayor claridad.
- Armonía: equilibrio vs. caos. Uno de los elementos más importantes para reforzar nuestra confianza es buscar armonía entre nuestras palabras y la expresión de nuestro cuerpo.
- Serenidad: calma vs. agitación. Cuando nuestra mente está agitada por algo que nos altera, tomar el control sobre nuestra expresión corporal nos ayudará a enviar señales de calma a nuestra mente para entrar en un espacio de serenidad, que nos ayudará a tomar mejores decisiones.
El autor, asegura que “las palabras nunca viajan solas, no tienen sólo un significado semántico, sino que siempre aparecen en un contexto capaz de modificarlo, y que nuestra propia corporalidad modifica el sentido y el impacto de las palabras”.
- Leer: Así funcionan las hormonas del estrés: el cortisol y la adrenalina
Tu cuerpo envía señales a tu mente
Y es que, como sostiene, “existen distintos estudios que demuestran cómo desde posturas encogidas, cerradas y con miradas bajas atraemos pensamientos, incluso palabras de valoración propia más negativas; mientras que, si erguimos la espalda y levantamos la cabeza mirando al frente, los pensamientos y palabras que aparecen tendrán un carácter más positivo y nos llenarán de energía”. En este sentido, afirma “lo que hacemos en la vida está determinado por la manera en que nos comunicamos con nosotros mismos, y en esto, el cuerpo tiene mucho que decir”.
Como ejemplo, un estudio realizado por la Universidad de Stanford llevado a cabo durante ocho años sobre el progreso profesional, tanto en hombres como en mujeres, concluyó que las personas de más éxito fueron aquellas mujeres que sabían interpretar el contexto y tomaban una actitud y gestualidad o bien dominante y de poder, o bien cercana y empática, según el momento. "Es una habilidad camaleónica que rompe con el estereotipo de liderazgo vinculado a fuerza, velocidad, agresividad o imposición, perpetuado durante miles de años. Este estudio demostró que las mujeres con esa capacidad camaleónica consiguen un 50% más de ascensos que los hombres y tres veces más que aquellas con conducta de estereotipo masculino y baja autorregulación”, asevera.
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¿De qué otras maneras podemos reducir el cortisol y el estrés malo?
Tenemos otras herramientas, siempre a nuestro alcance, para equilibrar los niveles de cortisol, tener mejor salud y mejor estado de ánimo.
- Ejercicio regular: la actividad física moderada puede ayudar a regular los niveles de cortisol.
- Meditación y técnicas de relajación: la práctica regular de la meditación, yoga u otras técnicas de relajación puede ayudar a reducir el estrés y, por lo tanto, los niveles de cortisol.
- Descanso adecuado: asegúrate de dormir lo suficiente y de tener un buen descanso nocturno.
- Dieta equilibrada: una dieta saludable y equilibrada también puede contribuir a mantener los niveles de cortisol en rango.
- Manejo de las emociones y del estrés: identificar y abordar las fuentes de estrés en tu vida puede ayudar a mantener niveles de cortisol más saludables.
- Pedir ayuda: cuando notemos que las situaciones nos sobrepasan y no somos capaces de gestionar por nuestra cuenta, es hora de pedir apoyo, que puede ser a amigos, familia o, incluso, a un profesional de la salud mental.
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