Si bien hay enfermedades que causan problemas de memoria, estos no siempre están asociados a una patología. En ocasiones, puede deberse a la falta de atención. Y si no estamos 'presentes' cuando se trata de retener la información que leemos, escuchamos o alguien nos da, difícilmente la podremos recordar. Por ello, uno de los mejores hábitos para no tener tantos olvidos es trabajar la atención plena. Pero también existen métodos y ejercicios que nos pueden ayudar a memorizar. Uno es el método 123.
- Test para saber si tienes pérdida de memoria
En qué consiste el método 123
Este método consiste en llevar a cabo tres sencillos pasos para retener la información: aprender, revisar y repetir. Esta forma de mejorar la memoria es útil, sobre todo, cuando estamos estudiando y vamos a examinarnos o si estamos preparando una presentación.
Para llevar a cabo este método se necesitan tres días. El primero lo dedicaremos a leer, tomar notas, hacer esquemas y todo lo que necesitemos para familiarizarnos con aquello que estamos estudiando. En el segundo día, revisaremos ese material que hemos aprendido. El tercero, lo destinaremos a repetir esa revisión de los conocimientos adquiridos para que nuestro cerebro consolide y recuerde lo aprendido. Después descansaremos dos días y al sexto podemos volver a revisar el contenido, aunque nuestro cerebro ya habrá establecido las conexiones necesarias para mantenerlo en la memoria.
Este método funciona si somos muy rigurosos y nos organizamos bien. Funcionará mejor si, además, llevamos una vida saludable y practicamos estos consejos que nos da Leandro Palomo, Responsable de Salud y Seguridad de Thyssenkrupp Home Solutions, para preservar la salud del cerebro.
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Mantener una actividad física diaria
Esto mejora la circulación sanguínea en todo el cuerpo, incluido el cerebro. Se recomienda realizar al menos 30 minutos diarios de actividad vigorosa, como caminar rápidamente, nadar, andar en bicicleta, además de incluir ejercicios de flexibilidad y fuerza, como tai chi, yoga, gimnasia o pilates.
Asegurar un buen y suficiente descanso
Durante el sueño, el cerebro procesa la memoria a corto plazo y almacena información a largo plazo. Un sueño reparador, durante las horas necesarias para cada persona, es esencial para mantener la memoria en buen estado.
Adoptar una alimentación adecuada
Una dieta saludable beneficia tanto al corazón como al cerebro. Incluir pescado, legumbres, frutas, verduras, cereales integrales, nueces y aceite de oliva garantiza el aporte de nutrientes esenciales. Además, es crucial evitar la obesidad y controlar condiciones como la diabetes, el colesterol y la hipertensión.
- La planta que mejora la memoria según Harvard (está en tu cocina)
Cumplir con los tratamientos médicos
A pesar de que algunos medicamentos pueden afectar la memoria, otros son indispensables para controlar condiciones como la depresión, el colesterol, la presión arterial, etc. En caso de efectos secundarios negativos, el médico puede ajustar dosis o cambiar la composición del tratamiento.
Mantenerse mentalmente activo
Es posible y recomendable aprender y adquirir nuevos conocimientos en cualquier etapa de la vida. Cambiar itinerarios, actividades y rutinas, así como cultivar la lectura, contribuye a fortalecer el cerebro y a retardar el deterioro de la memoria, el lenguaje y la percepción.
Practicar la atención plena
A veces, olvidamos cosas recién mencionadas porque no prestamos atención, estábamos distraídos o realizábamos múltiples tareas. Utilizar técnicas como repetir nombres, asociar ideas, subrayar durante la lectura o tomar notas puede ayudar a mejorar la retención.
Cultivar una vida social activa
Estar con amigos o familiares es beneficioso para la mente y ayuda a prevenir la depresión y el estrés, factores que influyen en la pérdida de memoria. Es fundamental construir una sólida red social, no necesariamente extensa, pero sí de calidad, especialmente para aquellos que viven solos. Aunque muchos mayores no pueden ver a sus familiares en persona, es crucial mantener el contacto mediante videollamadas.
Mantener la organización
Colocar una pizarra en la cocina para anotar rápidamente lo que no se quiere olvidar, establecer lugares fijos para objetos importantes como llaves, teléfono y gafas, así como utilizar pastilleros semanales para recordar la toma de medicamentos, son prácticas que ayudan a evitar olvidos, ya que las acciones rutinarias son más propensas a ello.
Limitar o evitar el consumo de alcohol
El alcohol y otras drogas pueden dificultar la retención de información. Se recomienda beber con moderación o, en algunos casos, abstenerse, especialmente teniendo en cuenta posibles interferencias con ciertos medicamentos.