Estas semanas finales del año van ligadas a grandes atracones de comida. Quien más quien menos se pasa en algún momento con los dulces, las comidas más grasas, las cantidades… Pero como indica la doctora Marisa Navarro, autora del libro La alimentación emocional, lo normal es que sean en casos muy esporádicos. El problema radica cuando es algo repetitivo, que sucede no solo en estas fechas festivas, pues entonces estamos ante lo que se denomina el síndrome del atracón.
Para ti que te gusta
Este contenido es exclusivo para la comunidad de lectores de ¡HOLA!
Para disfrutar de 8 contenidos gratis cada mes debes navegar registrado.
Este contenido es solo para suscriptores.
Suscríbete ahora para seguir leyendo.Este contenido es solo para suscriptores.
Suscríbete ahora para seguir leyendo.TIENES ACCESO A 8 CONTENIDOS DE
Recuerda navegar siempre con tu sesión iniciada.
Quienes lo padecen se dan atracones de comida de forma regular, mínimo una vez por semana, y suelen hacerlo en soledad o bien a escondidas. De forma general, estamos ante personas que comen grandes cantidades de alimentos en muy poco espacio de tiempo y, además, con el sentimiento de que no pueden parar de comer, que no pueden controlar lo que les está sucediendo. “Después de estos episodios la persona se siente muy culpable, avergonzada y se propone que no va a volver a ocurrir, pero pasado un periodo corto de tiempo se repite el atracón, sin que crean que puedan evitarlo; es una fuerza enorme que les lleva a volver a repetir la situación”, explica la doctora.
Lee también: Así se manifiesta el trastorno de atracón por ansiedad
Diferencias con otros Trastornos de la Conducta Alimentaria
Puede que nos planteemos ciertas similitudes con otros Trastornos de la Conducta Alimenticia, como puede ser la bulimia. La diferencia radica en que las personas que padecen el síndrome del atracón no suelen tener episodios de castigo, con restricción de la comida, o provocarse vómitos, purgarse o hacer ejercicio hasta caer extenuada para compensar el exceso de comida, simplemente después del mencionado descontrol vuelven a comer de manera normal. “Así hasta el próximo episodio de atracón, que no tardará mucho en producirse”, puntualiza la doctora, que añade que esta época navideña es especialmente compleja para estas personas. “Es una época en la que cualquiera cae en los atracones, por lo que hay que estar especialmente atentos”, recomienda la doctora Navarro.
Lee también: Señales que alertan de un posible trastorno de la conducta alimentaria
Un problema difícil de detectar
Uno de los problemas radica en la dificultad para llegar al diagnóstico. Y es que en la mayor parte de las ocasiones, las personas afectadas por este síndrome sienten que no controlan y que creen que no pueden evitarlos, por lo que procuran darse esos atracones a escondidas. Así, se lo ocultan a todo el que les rodea, y es ahí donde está la dificultad para detectarlo, incluso la familia más allegada no se percata de lo que está sucediendo.
Además, estos excesos suelen ser de comida en general o de lo que se tenga a mano, pero en muchas ocasiones son atracones de algún alimento que le gusta mucho a la persona resultándole muy apetecible. “Son capaces de ir a comprarlo en grandes cantidades o prepararlo para darse un atracón”, matiza Marisa Navarro. Esta forma de comer tiene mucho de conducta compulsiva. Les resulta muy difícil parar de comer, controlar esa situación que los desborda y creen que no pueden manejar.
Según indica la doctora Marisa Navarro, “la acción del atracón viene precedida siempre por unos pensamientos, que no tienen por qué tener relación con la alimentación, pero que nos están provocando sentimientos de ansiedad y angustia, y estos nos llevan a una actuación de desbordamiento que es el atracón”. Lo cierto es que este atracón calma momentáneamente la ansiedad, llena los posibles vacíos emocionales que se puedan tener, sacian las carencias que sentimos, aunque hay que tener en cuenta que solo es puntualmente. De esta forma, se crean unos circuitos neuronales entre la sensación de angustia y ansiedad y la búsqueda de la calma a través del atracón de comida, y se repite cada vez que se desbordan esas emociones.
La doctora nos explica que, después de cada episodio, la persona siente vergüenza, asco, sentimientos de culpabilidad, de desvalorización y muy baja autoestima, estos sentimientos les suelen acompañar hasta el próximo episodio. Por este motivo, el síndrome del atracón necesita tratamiento psicoterapéutico al tener principalmente un componente emocional y, en algunos casos, también se hace necesario el tratamiento farmacológico.