Si te preocupas excesivamente por eventos futuros y te sientes, además, incapaz de controlarlos, puede ser que tengas ansiedad anticipatoria. “Si algo define la ansiedad es precisamente la sensación de preocupación constante, en este caso es una preocupación por eventos futuros que estamos precipitando en nuestra mente sin tener la certeza de que vayan a ocurrir realmente”, nos cuenta Marc Rodríguez, Psicólogo Especialista en Inteligencia Emocional (@rodriemocion), que añade que esta preocupación constante puede afectar la calidad de vida de la persona y llevar a síntomas físicos como dolores de cabeza, problemas de sueño y tensión muscular.
El experto nos cuenta que puede ser desencadenada por una variedad de situaciones, como una entrevista de trabajo, un examen importante o una reunión social. “La persona puede sentirse agobiada por pensamientos negativos y preocupaciones sobre lo que podría salir mal en el futuro, avanzando las “terribles” consecuencias de la situación temida. Estos pensamientos pueden ser irracionales y exagerados, pero la persona puede sentir que no puede controlarlos”, nos detalla. Y en estas semanas navideñas puede dispararse.
"Pensar en los menús para las cenas y comidas familiares, comprar los regalos, asistir a las funciones escolares de los niños, decorar el árbol, organizarse para cenas y comidas de empresa y con los amigos… La lista de eventos asociados a la Navidad y concentrados en apenas quince o veinte días puede llegar a ser interminable, dependiendo del entorno social de cada persona. Todo ello añadido a las obligaciones diarias habituales puede ser un desencadenante de ansiedad para algunas personas, sobre todo para las más planificadoras, para quienes desean tenerlo todo siempre bajo control y para los que tengan tendencia a sufrir de estrés o ansiedad. Hablamos aquí, no obstante, de un tipo de ansiedad muy común, pero que se puede disparar durante en estas fechas, la ansiedad anticipatoria", explican desde Clínicas Origen.
Lee también: ¿Sabes qué es la ansiedad anticipatoria?
Señales que pueden alertar de que tienes este problema
Según el psicólogo, las señales no difieren mucho de las que podríamos tener frente a cualquier tipo de ansiedad, la más relevante y destacable son las preocupaciones excesivas por situaciones futuras o situaciones de incertidumbre. Las personas con ansiedad anticipatoria suelen preocuparse constantemente por cosas que pueden o no suceder. Estas preocupaciones pueden ser muy intensas y pueden interferir en su vida diaria.
Centrarnos en el cuerpo también nos puede dar mucha información, los síntomas físicos más frecuentes son:
- Tensión muscular.
- Palpitaciones.
- Sudoración.
- Temblores.
- Dificultad para respirar.
- Náuseas.
- Mareos.
A nivel psicológico también podemos tener una gran cantidad de información con base en las conductas que realiza una persona con ansiedad anticipatoria, algunas señales más específicas y menos evidentes podrían ser:
- Evitar situaciones o eventos que te provoquen ansiedad. Por ejemplo, una persona con ansiedad anticipatoria ante los exámenes puede evitar ir a clase o estudiar. (conductas de evitación/evasión)
- Tener pensamientos catastróficos o catastrofistas sobre el futuro. Una persona con ansiedad anticipatoria ante una entrevista de trabajo puede pensar que no va a conseguir el trabajo, que va a fracasar o que va a hacer el ridículo.
- Tener dificultades para relajarse o concentrarse. Las preocupaciones constantes pueden dificultar que una persona con ansiedad tenga paz y tranquilidad.
- Tener problemas para dormir. Es imposible dormir si tenemos pensamientos que nos activan y nos hacen estar alerta de un peligro constante e inminente.
Lee también: 8 claves para entender cómo funciona el cerebro y vencer la ansiedad, según la neurociencia
Personas con más riesgo de padecerla
Marc Rodríguez nos confirma que existen personas con un mayor riesgo de padecer ansiedad anticipatoria. Hay diversos factores que modulan esta probabilidad de aparición, pero los más habituales son:
- Historia familiar de ansiedad. Las personas que tienen familiares con ansiedad tienen más probabilidades de desarrollar la afección.
- Experiencias traumáticas pasadas. Los eventos traumáticos, como un accidente, un desastre natural o un abuso, pueden aumentar el riesgo de ansiedad anticipatoria.
- Personalidad. Las personas que son naturalmente ansiosas o pesimistas tienen más probabilidades de desarrollar ansiedad anticipatoria. (personalidades más neuróticas)
- Estrés. El estrés, ya sea por trabajo, escuela, relaciones o otros factores, puede desencadenar o empeorar la ansiedad anticipatoria.
Además, a modo estadístico, existen otros factores que precipitan esta situación, lo son:
- Mujeres. Tienen dos veces más probabilidades de padecer ansiedad que los hombres.
- Jóvenes adultos. La ansiedad anticipatoria es más común en los jóvenes adultos que en los adultos mayores (entre 16 y 35 años)
- Personas con otros trastornos de ansiedad. Las personas con otros trastornos de ansiedad, como el trastorno de ansiedad generalizada o el trastorno de ansiedad social, tienen más probabilidades de desarrollar ansiedad anticipatoria.
Lee también: Te damos las claves para diferenciar el estrés de la ansiedad
Cómo mantener a raya la ansiedad anticipatoria
En opinión del psicólogo, la dificultad para mantener a raya la ansiedad anticipatoria depende de una serie de factores, como la gravedad de la ansiedad, la presencia de otros trastornos de ansiedad, los factores de riesgo personales y la disponibilidad de apoyo social (siendo este último cada vez más importante según estudios recientes).
“En general, es más difícil controlar la ansiedad anticipatoria si la ansiedad es grave o si se acompaña de otros trastornos de ansiedad. Es fundamental recordar que la ansiedad anticipatoria es un problema que se puede tratar. Con la ayuda de un terapeuta, las personas pueden aprender a identificar los factores que contribuyen a su ansiedad y desarrollar estrategias para afrontarla”, nos comenta.
Así, entre los pequeños consejos para para controlar esa ansiedad, el profesional siempre recomienda los siguientes:
- Identificar los desencadenantes. ¿Qué cosas nos hacen sentir ansiosos? Una vez que sepamos qué la desencadena, podemos empezar a desarrollar estrategias para afrontarlo.
- Practicar la relajación. Técnicas como la respiración profunda, la meditación y el yoga pueden ayudarnos a relajarnos y reducir la ansiedad.
- Buscar apoyo social. Hablar con amigos, familiares o un terapeuta puede ayudarnos a sentirnos menos solos y más apoyados.
Lee también: Paso a paso: consejos útiles para vencer la ansiedad
Estrategias para prevenir este problema
“Existen muchas estrategias, pero considero que al final lo básico es lo más esencial y debemos siempre empezar abordando estas estrategias”, nos comenta.
- Mantener un estilo de vida saludable. Esto incluye comer una dieta equilibrada, hacer ejercicio regularmente y dormir lo suficiente.
- Aprender a manejar el estrés. Las técnicas de relajación, como la respiración profunda y la meditación, pueden ayudar a reducir el estrés y la ansiedad en gran medida.
- Desarrollar un sentido de control sobre tu vida. Esto puede hacerse estableciendo metas y objetivos realistas y tomando medidas para alcanzarlos, saber sin hacer es como no saber.
- Buscar apoyo social. Hablar con amigos, familiares o un terapeuta puede ayudarnos a sentirnos menos solos y con más compañía.
Además, el experto comenta que solo en casos indicados y diagnosticados como primer recurso para frenar el impacto severo inicial, se recomiendan los medicamentos. “En algunos casos, los medicamentos pueden ser útiles para tratar la ansiedad anticipatoria. Los medicamentos más comunes para la ansiedad son los antidepresivos y los ansiolíticos. Es importante tener en cuenta que no existe una solución única para todos cuando se trata de prevenir o afrontar la ansiedad anticipatoria”, concluye.
Lee también: 7 plantas medicinales para sobrellevar el estrés navideño
Consejos para combatir la ansiedad anticipatoria en Navidad
En el caso que nos ocupa, el de la navidad, se trataría entonces de buscar el equilibrio entre exigencias externas y bienestar interno, para lo que desde Origen proponen:
- Planificar las compras, tanto de regalos como de decoración o en relación a los menús navideños.
- Decidir a qué citas sociales queremos acudir y a cuáles no.
- Si acudimos, tener claro que se puede limitar en el tiempo la presencia.
- Disminuir las exigencias, permitirse vivir las situaciones como vayan viviendo y disfrutarlas