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En las clasificaciones de las producciones más populares en las plataformas de streaming, como en el reciente informe de visualizaciones de Netflix, cada vez es más habitual encontrar documentales que relatan la vida de reconocidas personalidades. Antes solían ser películas basadas en la vida de los famosos, pero ahora, ellos mismos, los auténticos, son los que ocupan el papel principal delante de la cámara, narrando con sus propias palabras los episodios más felices o, en la mayoría de los casos, los más trágicos de sus vidas.
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La creciente proliferación de biopics que estamos viviendo tiene su lógica: no solo se traslada nuestra devoción por leer su vida en papel a la pantalla (un medio mucho más cómodo de consumir) y resulta mucho más veraz que un realitie familiar, sino que también sus relatos, contados en primera persona, nos revelan una cantidad significativa de información personal que genera un torrente de noticias que nos mantiene cautivos. Además, más allá de lo que ellos mismos comparten, de manera paralela surgen nuevas fuentes y testimonios que siempre tienen más cosas que añadir a sus narrativas a raíz de estos documentales, lo cual nos motiva a permanecer alerta y analizar cada capítulo de sus vidas al detalle.
Si repasamos los famosos que se han sumado a la tendencia de participar en estos documentales, distinguimos a muchos de los nombres más reconocidos del mundo del star system y de la cultura: Robbie Williams, Taylor Swift, Tamara Falcó, Meghan Markle y Harry, Los Beckham, Selena Gomez o Pamela Anderson han sido tan solo algunos de los más recientes. Incluso hay quienes han participado en un mismo documental que sus enemigos para narrar sus historias en primera persona, como es el caso de Los Bling Bling desvalijan Hollywood (2022), un asombroso documental de tres capítulos donde Nick Prugo desvela todas las tácticas que empleó, junto a Rachel Lee, para robar en las casas más prestigiosas de esta exclusiva zona de Los Ángeles. No solo sorprende cómo él lo cuenta sin mostrar apenas culpa, sino que además incluso una de las mujeres que sufrió un robo de ellos en su propia casa, Audrina Patridge, acepta participar en la historia y se sienta delante de cámara para contar cómo vivió el episodio que, dice, fue el peor de su vida.
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Humanizando al personaje: por qué nos encantan los 'biopics'
Está claro que motivos para aceptar un contrato de esta índole, donde arriesgan que todo salga a la luz, hay varios. Algunos buscan desmentir especulaciones, otros reafirmarlas, y casi todos el dinero. Sin embargo, ¿te has planteado alguna vez cuáles son las razones por las que a nosotros nos encanta ser sus espectadores?, ¿por qué nos gusta tanto conocer su vida y ver cómo son ellos mismos los que la relatan? Recurrimos a la psicóloga sanitaria Natalia Romero (@psico_nat), para aclararlo: "Los documentales biográficos ofrecen una visión más íntima y personal y esto genera mucha más conexión con la persona. También, el hecho de que se muestren precisamente como personas, y no 'personajes', nos conecta más, nos lleva a pensar que la historia es real". Es decir, con esos biopics sentimos que acortamos distancias, comprobamos que, muchas veces, ellos también viven las mismas experiencias a las que nosotros nos enfrentamos cada día.
En una gran parte de estas biografías cinematográficas vemos cómo muchos de los artistas y personalidades que más admiramos alcanzaron la fama con esfuerzo y sin apenas tener ayudas económicas estables. También comprobamos que muchos se cuestionan las mismas preguntas que nosotros, y deben hacer frente a la ansiedad o depresión en algunos momentos de su vida. "Solemos ver a los famosos como exóticos e inalcanzables, y al conocer su vulnerabilidad en los documentales, los humanizamos y los ponemos a nuestro mismo nivel. Esto puede resultar muy inspirador, el hecho de ver cómo un humano sin superpoderes logró ciertos éxitos, te abre un mundo de posibilidades y te motiva a intentarlo. Conocer la historia personal de los famosos también fomenta mayor empatía hacia ellos, y al mismo tiempo, tener más curiosidad", concede la experta.
© NetflixEste chute de realidad en un mundo que atrubimos a la superficilidad puede llegar a generarnos adicción. De hecho, del mismo modo que nos inspira a alcanzar metas que tenemos en nuestras agendas, el consumo constante de este tipo de contenido tiene una cara B, y puede tener un impacto emocional negativo. Es posible que, sin el distanciamiento consciente necesario, comencemos a idealizar y compararnos con ellos, especialmente si se trata de celebridades que parecen tener una vida llena de lujos y éxitos, es fácil idealizarlas. Así lo detalla la psicóloga: "Todo lo que consumimos puede afectar a nuestra forma de ver el mundo y relacionarnos con los demás, ya sea una historia real o ficticia. La exposición constante a las vidas glamurosas y aparentemente perfectas de las celebridades en los documentales podría contribuir a la formación de expectativas poco realistas sobre la vida, el éxito y las relaciones". ¿Y como consecuencia? Efectos secundarios de los que no siempre nos damos cuenta, pero que pueden afectar de manera negativa a nuestra salud mental.
- Así son las personas que tienen falta de empatía
© Netflix"El impacto dependerá de la cantidad de consumo, la susceptibilidad individual y la capacidad de discernir entre la representación mediática y la realidad", comenta Natalia Romero, que además detalla las repercusiones que puede acarrerar su visionado descontrolado: "Puede llevar a la insatisfacción y la comparación constante con las vidas de los demás, dañando la autoestima de manera significativa. Es importante consumir este tipo de contenido de manera crítica y equilibrada, recordando que la vida de las celebridades a menudo está cuidadosamente curada para la audiencia".
