Los fans de la saga Harry Potter conocen bien a Dobby, ese pequeño elfo, uno de los personajes más queridos de todo el universo mágico, lleno de grandes poderes, aunque parece que no cumpliera con los cánones tradicionales de belleza y tampoco con un alto nivel de inteligencia emocional, ya que de manera continua interpreta con el sentimiento de culpa absolutamente todo lo que toca, de la misma forma que se autocastiga como herramienta para cumplir su penitencia por su mala conducta. Tanto es así, que ya se habla incluso en psicología del llamado ‘efecto Dobby’, tal y como nos confirma Pilar Guerra Escudero, psicóloga clínica y coach ejecutivo.
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“Existen en el mundo muchos individuos que al igual que Dobby, viven sintiéndose culpables por todo. La culpa, definida como una emoción desagradable a consecuencia de atribuirse toda la responsabilidad de los hechos que acontecen alrededor de uno mismo, alimenta un sentimiento de tener que hacerse cargo de todo, de tomar una auto responsabilidad del cien por cien, como una especie de delirio de grandeza por considerar que somos el autor de todos los males del universo”, nos cuenta la psicóloga, con quien hemos hablado en profundidad sobre este aspecto.
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Un sentimiento presente desde la infancia
Así, partiendo de que el llamado efecto Dobby va unido a la culpa, no podemos perder de vista que, desde la infancia hasta la edad adulta, todos hemos experimentado esta emoción en algún momento, ya sea por acciones cometidas o por omisiones que se consideraban necesarias. “La culpa despierta sentimientos desagradables como tristeza, remordimiento, lamentación, angustia, impotencia y frustración”, nos confirma.
Así se manifiesta el ‘efecto Dobby’
Ahora bien, Pilar Guerra nos cuenta que cuando hay situaciones en las que la reparación del daño no es posible, se da lugar a lo que en el mundo de la psicología reciente se conoce como efecto Dobby. “Se manifiesta cuando una persona reconoce que ha causado daño o herido a alguien, no encuentra una manera de repararlo y entonces comienza a autocastigarse”, nos explica la experta, que añade que este autocastigo basado en la culpabilidad puede manifestarse de manera consciente o inconsciente. “Conscientemente, la persona que se siente culpable puede aislarse, auto juzgarse continuamente y generar pensamientos negativos sobre sí misma. Inconscientemente, puede desarrollar una profunda inseguridad y problemas de autoestima”, nos cuenta.
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Cómo evitar este efecto
Le preguntamos a la psicóloga cómo debemos actuar para tratar de evitar dicho efecto. “Para evitar el efecto Dobby el primer paso es poner las cosas en perspectiva y trabajar con los esquemas de pensamiento. Se trabaja para poder llegar a identificar, entender y contextualizar estos pensamientos y lograr de esta manera una perspectiva más saludable”, sugiere.
Y añade que es destacable que los niños también pueden experimentar sentimientos de culpa, como sentirse culpables por tomar o romper un juguete que no es suyo, por ejemplo. Y esto puede estar influenciado por el estilo parental. “Los padres, al criticar y dañar constantemente la autoestima de los niños, pueden contribuir a la construcción de sentimientos de culpa. Si solo se resaltan constantemente los errores y se crea una expectativa de perfección, esto genera niños inseguros y culpables de no cumplir con esas expectativas”, explica.
En definitiva, para superar los sentimientos de culpa y el autocastigo, es esencial poner las cosas en perspectiva y comprender el evento y la propia responsabilidad en el asunto. “En casos de un impacto emocional significativo, buscar ayuda profesional es recomendado”, concluye Pilar Guerra.