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Disruptores endocrinos en plásticos o cosméticos: ¿causantes de obesidad o diabetes?

Estas sustancias pueden alterar nuestro metabolismo y causar estas enfermedades. Además, también se les ha asociado con un mayor riesgo de desarrollar algunos tipos de cáncer


Actualizado 14 de noviembre de 2023 - 16:50 CET

¿Has pensado alguna vez que uno de los motivos por los que hay más obesidad o diabetes podría ser la exposición a plásticos o cosméticos? Obviamente, no es la única razón. Pero los expertos sí apuntan a ellos como un factor más de algunos de los problemas que aquejan a nuestra sociedad. Los culpables tienen un nombre casi impronunciable: disruptores endocrinos y hay que evitarlos en la medida de lo posible. Y es que estas sustancias, según las palabras del Ángel Nadal, catedrático de Fisiología en la Universidad Miguel Hernández de Elche en Alicante, plantean una seria amenaza para la salud humana al aumentar la probabilidad de enfermedades como la obesidad, la diabetes y ciertos tipos de cánceres hormonodependientes. De este riesgo se habló durante la ponencia 'Identifying the effects of endocrine disruptors on human health' en el 64º Congreso de la Sociedad Española de Endocrinología y Nutrición (SEEN), que se celebró recientemente en Barcelona. De hecho, este fenómeno, que afecta la función hormonal y puede tener consecuencias a lo largo de toda la vida, suscita una gran preocupación entre los especialistas.

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¿Qué son los disruptores endocrinos y dónde se encuentran?

Los disruptores endocrinos son compuestos químicos exógenos, ya sean naturales o artificiales, presentes en diversos objetos cotidianos como plásticos, detergentes y cosméticos. Según el catedrático, estos compuestos tienen el potencial de agravar enfermedades preexistentes y aumentar su prevalencia al modificar los niveles hormonales o alterar la acción de estas hormonas en tejidos específicos.

La exposición generalizada a más de 500 compuestos identificados por la Unión Europea destaca la urgencia de comprender y abordar este problema de salud pública.

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Cómo evitar la exposición a los disruptores endocrinos

Nadal subraya la importancia de evitar la exposición a disruptores endocrinos, especialmente durante el embarazo y la infancia, momentos críticos en el desarrollo humano. Para minimizar el riesgo, sugiere evitar alimentos envasados en plástico, especialmente los grasos en contacto directo con el material, y eludir el calentamiento de recipientes plásticos con comida. También recomienda no utilizar contenedores de plástico agrietados durante períodos prolongados, optar por alimentos orgánicos y ventilar la casa diariamente para eliminar los disruptores volátiles presentes en el aire.

En última instancia, el catedrático recuerda la necesidad de que las autoridades europeas y nacionales implementen normativas que prohíban ciertos compuestos presentes en alimentos y bebidas, actuando como disruptores endocrinos.

Sin embargo, a pesar de los esfuerzos de sociedades científicas, la complejidad de la tarea se acentúa dada la vasta cantidad de más de 100,000 compuestos químicos en el mercado, con la constante introducción de nuevos cada año.

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¿Por qué aumentan de peso o pueden producir obesidad?

Las razones por las que estas sustancias pueden provocar obesidad o diabetes están en cómo alteran nuestro metabolismo cuando entramos en contacto con ellas. Y es que estos disruptores endocrinos son sustancias químicas que pueden interferir con el sistema endocrino del cuerpo, compuesto por las glándulas que producen y liberan hormonas. Estos compuestos pueden afectar la función hormonal al imitar, bloquear o alterar la producción de hormonas naturales, lo cual puede tener consecuencias negativas para la regulación del metabolismo.

En el caso específico de la obesidad y la diabetes, la exposición a disruptores endocrinos se ha asociado con cambios en la función metabólica y la acumulación de tejido adiposo. Además, ciertos compuestos pueden influir en la diferenciación de las células grasas y en la señalización hormonal relacionada con el apetito y la saciedad, lo que podría contribuir al desarrollo de la obesidad.

Asimismo, "algunos disruptores endocrinos pueden afectar a las células beta, un tipo de célula que interviene en la liberación de insulina. Al influir ella, se altera la producción de esta hormona, clave en la regulación del azúcar en sangre. También pueden destruir estas células, lo que aumenta el riesgo de diabetes".

Hay que insistir, subraya Nadal, "que no por comer una lata de atún o maquillarnos vamos a ser obesos o vamos a tener diabetes. Sino que estas sustancias, lo que hacen, es aumentar nuestra predisposición debido a que cambian los genes y te hacen más proclives. Cambia los genes y te hace más proclive. Debido a que la prevalencia de estas dos enfermedades es tan grande, es necesario adoptar todas las medidas necesarias para reducir todo aquello que nos predisponga", concluye el catedrático.

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