Según datos de la Federación Internacional de Diabetes (FID), la diabetes afecta ya a casi el 15% de la población española (uno de cada siete adultos) y es la segunda tasa más alta de Europa. Es importante tener bien presentes estos datos sobre todo cuando los expertos confirman que casi un tercio de las personas que viven con diabetes no están diagnosticadas.
Por eso es tan importante seguir haciendo una llamada de atención en días como hoy, 14 de noviembre, cuando se conmemora el Día Mundial de la enfermedad. Y es que cuando este problema de salud no está bien controlado, son muchas las complicaciones que pueden aparecer vinculadas a esta dolencia.
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Un buen control de la enfermedad
Lo que es un hecho es que para las personas diabéticas, es fundamental llevar un buen control de su enfermedad. Es básico que, una vez diagnosticado este problema de salud, reciban toda la información necesaria con el objetivo de mejorar su calidad de vida y, de forma paralela, reducir las complicaciones y hospitalizaciones provocadas por la diabetes.
Con el objetivo de resolver las dudas más habituales vinculadas con la enfermedad, hemos tenido la ocasión de hablar con el doctor Georgios Kyriakos, endocrino en el Centro Médico Sanitas Murcia.
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1. ¿Cómo se puede detectar la diabetes?
Los síntomas de la diabetes pueden incluir sed excesiva, micción frecuente, fatiga, pérdida de peso sin razón aparente, visión borrosa, aumento del apetito, etc. Sin embargo, es importante recordar que la diabetes tipo 2 a menudo no causa síntomas evidentes en sus etapas iniciales, por lo que es fundamental hacerse pruebas de detección si alguien presenta factores de riesgo, como antecedentes familiares o sobrepeso/obesidad.
Para detectar la diabetes, se suelen utilizar pruebas analíticas, como el análisis de hemoglobina A1c o una prueba de glucosa en ayunas o una sobrecarga oral de glucosa.
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2. ¿Qué diferencias hay entre la diabetes tipo 1, la tipo 2 y la diabetes gestacional?
La diabetes tipo 1, la diabetes tipo 2 y la diabetes gestacional tienen diferencias en su origen, manejo y población afectada.
- La diabetes tipo 1 es una enfermedad autoinmune en la que el sistema inmunológico ataca y destruye las células productoras de insulina en el páncreas. Se suele diagnosticar en la infancia o adolescencia, aunque puede ocurrir a cualquier edad. Las personas con diabetes tipo 1 necesitan inyecciones diarias de insulina o una bomba de insulina para controlar sus niveles de glucosa en sangre.
- La diabetes tipo 2 suele desarrollarse en adultos, aunque cada vez afecta a más jóvenes debido al aumento de la obesidad y la inactividad física. En la diabetes tipo 2, el cuerpo no utiliza la insulina de manera efectiva y puede no producir suficiente insulina. Se maneja con cambios en el estilo de vida, como dieta saludable y ejercicio, en combinación con medicamentos antidiabéticos orales y/o inyectables y/o con inyecciones de insulina.
- La diabetes gestacional ocurre durante el embarazo cuando el cuerpo no puede producir suficiente insulina adicional para satisfacer las necesidades. Por lo general, desaparece después del parto. El control de la diabetes gestacional se logra mediante cambios en la dieta y, en algunos casos, insulina. Un manejo adecuado es crucial para la salud de la madre y el bebé.
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3. ¿Es una enfermedad que se puede prevenir?
La diabetes tipo 2 y la diabetes gestacional son en gran medida prevenibles o pueden retrasarse significativamente mediante la adopción de un estilo de vida saludable. Algunos consejos sobre cómo prevenir la diabetes tipo 2 y la diabetes gestacional serían:
- Mantener un peso saludable: La obesidad es uno de los principales factores de riesgo para la diabetes tipo 2. Perder peso y mantener un peso saludable puede reducir el riesgo.
- Comer saludablemente: Consumir una dieta equilibrada basada en la dieta mediterránea rica en frutas, verduras, granos enteros, proteínas magras y grasas saludables. Limitar el consumo de alimentos procesados, azúcares agregados y grasas saturadas.
- Hacer ejercicio regularmente: La actividad física regular ayuda a mantener niveles de glucosa en sangre estables y reduce el riesgo de diabetes tipo 2. Hay que tratar de hacer al menos 150 minutos de ejercicio moderado a la semana.
- Limitar el consumo de alcohol: Bebe con moderación. El consumo excesivo de alcohol puede aumentar el riesgo de diabetes.
- No fumar: El tabaquismo está relacionado con un mayor riesgo de diabetes tipo 2, así que es mejor dejar de fumar.
- Controlar la presión arterial y colesterol: Mantén una presión arterial y niveles de colesterol saludables.
- Controlar el estrés: El estrés crónico puede aumentar el riesgo de diabetes. Practicar técnicas de manejo del estrés, como la meditación y la relajación, puede ser beneficioso.
- Realizar controles médicos regulares: Visita a tu médico regularmente y habla sobre tus factores de riesgo. La detección temprana es esencial.
En relación con la diabetes tipo 1, actualmente existen exámenes de detección para identificar anticuerpos presentes en la diabetes años antes de que aparezcan los síntomas. Incluso mucho antes de que se produzcan niveles anormales de azúcar en sangre. La predicción, al igual que la detección precoz de los pacientes será de gran utilidad en los futuros ensayos clínicos que buscan frenar la evolución de la Diabetes tipo 1 en fase inicial de luna de miel. O para la aplicación futura de fármacos como Teplizumab, el primer fármaco aprobado en Estados Unidos para retrasar el debut en estadios iniciales.
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4. ¿Hay factores de riesgo o estilos de vida que pueden favorecer la aparición de esta enfermedad?
Existen varios factores de riesgo y estilos de vida que pueden aumentar la probabilidad de desarrollar diabetes, en particular la diabetes tipo 2. Estos factores pueden influir en la resistencia a la insulina y el funcionamiento del páncreas.
- Obesidad: El exceso de peso corporal, en particular alrededor del abdomen, es uno de los principales factores de riesgo para la diabetes tipo 2. Mantener un peso saludable es crucial.
- Inactividad física: La falta de ejercicio regular puede contribuir a la resistencia a la insulina y al riesgo de diabetes. Intente incorporar actividad física a su rutina diaria.
- Dieta poco saludable: Consumir en exceso alimentos procesados, ricos en azúcares añadidos y grasas saturadas, puede aumentar el riesgo de diabetes. Se debe optar por una alimentación equilibrada y evite los excesos.
- Antecedentes familiares: Tener familiares con diabetes tipo 2, puede aumentar el riesgo debido a la predisposición genética.
- Edad: El riesgo de diabetes tipo 2 aumenta con la edad, especialmente a partir de los 45 años.
- Síndrome metabólico: Este síndrome incluye factores como hipertensión arterial, niveles altos de triglicéridos, niveles bajos de colesterol HDL y obesidad abdominal. Las personas con síndrome metabólico tienen un mayor riesgo de diabetes tipo 2.
- Síndrome de ovario poliquístico: Esta afección en las mujeres está asociada con un mayor riesgo de diabetes.
- Diabetes gestacional: Las mujeres que han tenido diabetes gestacional en embarazos anteriores tienen un mayor riesgo de desarrollar diabetes tipo 2.
- Etnia: Algunas poblaciones, como las personas de origen africano, asiático, latino o indígena, tienen un mayor riesgo de diabetes tipo 2.
- Tabaquismo: Fumar aumenta el riesgo de diabetes y sus complicaciones.
5. ¿Cuál debe ser el tratamiento en el caso de que se confirme el diagnóstico?
El tratamiento de la diabetes es un proceso individualizado que requiere una estrecha colaboración con un equipo médico. Una vez confirmado el diagnóstico de diabetes, el tratamiento dependerá del tipo de diabetes.
En el caso de la diabetes tipo 1, una enfermedad autoinmune, el enfoque principal es reemplazar la insulina que el cuerpo ya no produce. Esto se logra mediante inyecciones diarias de insulina o el uso de una bomba de insulina.
Por otro lado, en el caso de la diabetes tipo 2, el tratamiento es una combinación de cambios en el estilo de vida y tratamientos antidiabéticos. Adoptar una dieta saludable, hacer ejercicio regularmente y perder peso si es necesario pueden ayudar. Los tratamientos antidiabéticos tienen como objetivo mejorar la sensibilidad a la insulina o reducir la producción de glucosa por parte del hígado o aumentar la secreción de insulina por parte del páncreas o aumentar la secreción de glucosa en la orina. Además, que algunos antidiabéticos favorecen la pérdida de peso. En caso de que estos tratamientos no sean eficaces, se pueden utilizar inyecciones de insulina. Mantener la presión arterial y los niveles de colesterol bajo control es esencial para prevenir complicaciones relacionadas con la diabetes.
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6. ¿Cómo debe ser la dieta de una persona diabética?
El enfoque nutricional en la persona con diabetes es la base de su tratamiento general, junto con los fármacos y el ejercicio físico. Las diferentes sociedades científicas internacionales lo han llamado “tratamiento médico nutricional” para darle el énfasis que se merece. No solo interviene en el control glucémico, sino que afecta a todo el control metabólico, y además previene la aparición y progresión de la propia diabetes y de las complicaciones asociadas. La dieta debe ser siempre individualizada. Por una parte, la diabetes se asocia en un porcentaje muy importante de casos con obesidad, por lo que es frecuente que nos centremos en dietas restrictivas en calorías.
Por otra parte, la diabetes se considera un factor de riesgo de malnutrición y sarcopenia, por lo que en estos casos la dieta debe cubrir todas las necesidades energéticas y proteicas. Además de estos dos extremos, tenemos la entidad de la obesidad sarcopénica, que es más frecuente en la diabetes que en la población general. El patrón dietético recomendado es el más saludable posible. Se busca que no solo mejoren el control glucémico, sino también el del resto de factores de riesgo cardiovascular.
En este sentido, la dieta mediterránea ha demostrado una reducción de los episodios cardiovasculares con evidencia científica fuerte. Se caracteriza por potenciar el consumo de frutas, verduras, hortalizas y legumbres; priorizar el consumo de pescado y huevo frente a las carnes rojas; complementar el aporte calórico con pan integral, pasta, arroz y patata; consumo frecuente de yogur y utilizar aceite de oliva tanto para cocinar como para aliñar los platos. Se puede resumir en estos puntos concretos:
- Disminuir la ingesta de sal (< 6 g/día) quitando el salero de la mesa y reduciendo su uso para cocinar. Se pueden utilizar otras especias.
- Comer dos porciones de pescado azul a la semana.
- Elegir pan y pasta integrales en lugar de refinados.
- Comer verduras y frutas todos los días al menos 5 tomas al día (por ejemplo, puede tomar verduras en la comida y cena con frutas de postre en desayuno, comida y cena, por ejemplo).
- Comer nueces y legumbres tres veces por semana.
- Consumir menos carne roja y procesada como embutidos o alimentos precocinados, carbohidratos refinados como bollería industrial y bebidas endulzadas con azúcar como los refrescos.
- Reemplazar las grasas saturadas como el blanco de la carne, embutidos, mantequilla o quesos grasos con grasas insaturadas como aceite de oliva o pescados azules.
- Se recomienda limitar la ingesta de alcohol al mínimo posible.
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7. ¿Cuáles son las principales complicaciones que puede acarrear la enfermedad?
La diabetes puede dar lugar a diversas complicaciones que afectan diferentes partes del cuerpo. Estas complicaciones pueden desarrollarse con el tiempo si no se controlan adecuadamente los niveles de glucosa en sangre.
- Enfermedades cardiovasculares: Las personas con diabetes tienen un mayor riesgo de enfermedades cardíacas, como enfermedad coronaria, arteriopatía periférica y accidentes cerebrovasculares. El exceso de glucosa en sangre daña los vasos sanguíneos y aumenta el riesgo de acumulación de placas en las arterias.
- Enfermedad renal: La diabetes es una de las principales causas de enfermedad renal crónica. El daño a los pequeños vasos sanguíneos en los riñones puede llevar a la insuficiencia renal.
- Neuropatía diabética: La neuropatía es un daño a los nervios que puede causar entumecimiento, hormigueo o dolor en las extremidades. Puede afectar a los nervios en los pies, las piernas, las manos y los brazos.
- Retinopatía diabética: Esta complicación afecta a los ojos y puede dañar la retina, lo que puede llevar a la pérdida de visión o ceguera.
- Problemas en los pies: La diabetes puede causar daño en los nervios y mala circulación en los pies, lo que aumenta el riesgo de úlceras y amputaciones si no se controla adecuadamente.
- Infecciones: Las personas con diabetes son más propensas a infecciones, como infecciones del tracto urinario, infecciones de la piel y gingivitis. La alta glucosa en sangre debilita el sistema inmunológico.
- Problemas de la piel: La diabetes puede causar problemas cutáneos, como picazón, infecciones fúngicas y acantosis nigricans (engrosamiento y oscurecimiento de la piel en ciertas áreas).
- Problemas sexuales: Los hombres pueden experimentar disfunción eréctil, y las mujeres pueden tener problemas de lubricación y orgasmo. Estos problemas pueden ser causados por daño a los nervios y vasos sanguíneos.
- Problemas dentales: Las personas con diabetes tienen un mayor riesgo de enfermedades de las encías y caries dentales.
- Problemas de salud mental: La diabetes puede aumentar el riesgo de depresión y ansiedad debido a las demandas emocionales y físicas del manejo de la enfermedad.
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8. ¿Hay pacientes que pueden ser diabéticos sin saberlo?
Actualmente se calcula que casi un 14% de la población española presenta diabetes, un dato que se eleva al 25% en los mayores de 75 años. Uno de los datos más preocupantes es el del infradiagnóstico, es decir, población que tiene la enfermedad, pero no lo sabe, y se calcula que en esta situación está una de cada dos personas con diabetes. En consecuencia, el 6,7% de la población global española tiene diabetes sin saberlo.
9. ¿En qué casos se emplean las llamadas bombas de insulina?
Las bombas de insulina, también conocidas como bombas de infusión continua de insulina, se emplean en el tratamiento de la diabetes, principalmente en personas con diabetes tipo 1. Estas bombas son dispositivos electrónicos que administran insulina de manera continua y personalizada a lo largo del día.
Las bombas de insulina son una opción de tratamiento estándar para muchas personas con diabetes tipo 1 cuando no se consigue un buen control de la glucosa a pesar de estar ya en terapéutica intensiva.
Las bombas de insulina ofrecen un control muy preciso de la administración de insulina. Esto es especialmente útil para aquellos que buscan un control minucioso de los niveles de glucosa en sangre y desean evitar las fluctuaciones y puede ser muy útil en personas que requieren poca dosis de insulina. Además, el tratamiento con bomba de insulina es de elección para aquellas personas que requieran flexibilidad en su rutina. Las bombas de insulina pueden administrar insulina en incrementos muy pequeños, lo que es beneficioso para aquellos que requieren dosis precisas. Las bombas de insulina permiten un control continuo durante la noche, lo que puede ser esencial para evitar hipoglucemias nocturnas y mantener la estabilidad de los niveles de glucosa. También son una opción para niños con diabetes tipo 1, ya que pueden ser más convenientes y menos intrusivas que las inyecciones múltiples.
Es importante destacar que el uso de bombas de insulina requiere capacitación y seguimiento por parte de un equipo médico, que incluye un endocrinólogo y un educador en diabetes. El tratamiento con bombas de insulina se adapta a las necesidades individuales de cada persona y puede ser una herramienta valiosa para mejorar el control de la glucosa en sangre en aquellos que lo necesitan.
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10. ¿Es la diabetes una enfermedad genética, que pueden heredar nuestros hijos?
La diabetes puede tener una base genética, lo que significa que existe una predisposición hereditaria para la enfermedad. Sin embargo, no es una enfermedad heredada de manera simple como algunas enfermedades genéticas específicas. La diabetes es el resultado de la interacción de múltiples factores genéticos y ambientales.
La diabetes tipo 1 tiene una fuerte influencia genética, pero su aparición es compleja. Se ha observado que las personas con antecedentes familiares de diabetes tipo 1 tienen un mayor riesgo, y algunos genes específicos se han relacionado con un mayor riesgo de desarrollar esta forma de diabetes. Sin embargo, no es una enfermedad heredada de forma sencilla y directa. La genética solo es uno de los factores involucrados, y los desencadenantes ambientales, como infecciones virales, también desempeñan un papel importante en su desarrollo.
La diabetes tipo 2 también tiene una base genética, y se ha identificado una serie de genes que pueden aumentar el riesgo de desarrollarla. Las personas con familiares de primer grado con diabetes tipo 2 tienen un mayor riesgo de desarrollarla. Sin embargo, la diabetes tipo 2 está fuertemente influenciada por factores de estilo de vida, como la dieta, el ejercicio y la obesidad. Estos factores pueden desencadenar el desarrollo de la diabetes en personas con predisposición genética.
En resumen, la genética desempeña un papel en la predisposición a la diabetes, pero la aparición de la enfermedad generalmente involucra una combinación de factores genéticos y ambientales. Esto significa que, si tienes antecedentes familiares de diabetes, es importante estar consciente de tu riesgo y tomar medidas para mantener un estilo de vida saludable que incluya una alimentación equilibrada y actividad física. Esto puede ayudar a reducir el riesgo de desarrollar diabetes y, al mismo tiempo, establecer un ejemplo saludable para tus hijos en términos de prevención.
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