Son muchos los beneficios que la práctica de Pilates puede proporcionarnos y uno de ellos es ganar flexibilidad. Así, no solo mejoramos nuestra fuerza, el control sobre nuestro movimiento, la coordinación o la respiración, sino que también sale ganando nuestra flexibilidad. Nos lo confirma Laura Cabral, directora del centro madrileño Corpora Pilates. “En varios estudios que realizamos y enseñamos en los Cursos que dirigimos en la Universidad de Alcalá para formar monitores con Certificado demostramos el aumento de la flexibilidad después de una sesión de Pilates, o de un ciclo de sesiones o incluso en una selección breve de ejercicios para variadas zonas del cuerpo o para gestos deportivos y para gestos del día a día”, nos detalla.
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¿De qué forma nos ayuda esta disciplina a conseguirlo?
Como decíamos, ganar flexibilidad es uno de los objetivos del Pilates, pero para ello hay que hacer una buena selección de los ejercicios y de la secuencia con la que practicamos los mismos para que el efecto durante la sesión sea progresivo, y con la correcta alternancia con los ejercicios de fuerza. “Iniciamos la sesión con una flexibilización pasiva y asistida de la columna y luego movilizando otras articulaciones principales: hombros, caderas y rodillas. De este modo, los ejercicios Pilates posteriores de fuerza se hacen más fluidos y consiguen que los músculos y articulaciones se alarguen suave y progresivamente”, nos detalla la experta.
Y añade que para trabajar la flexibilidad con Pilates son mejores las máquinas porque los muelles asisten y permiten aumentar el rango de movimiento articular y muscular sin tanta tensión como ocurre en el suelo y además se puede exigir un poco más el alargamiento muscular.
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Ejercicios de suelo recomendados
“Pero en el suelo también se puede conseguir una buena flexibilidad, como el ejercicio del Puente para la columna lumbar, el swan o Cisne para la extensión de la columna, y muchos otros. Lo importante es saber qué queremos hacer, y cuál es el plan personalizado de las sesiones”, nos detalla.
Laura Cabral nos habla también de otros muchos ejercicios que pueden sernos de utilidad, como el Spine SCH y el Gato para la columna, el RollDown de pie para la flexibilización de la cadena posterior, el foot work (trabajo de pies) con la barra de torre en el Cadillac… son numerosos, sin incluir las variaciones. “Podemos optar por un plan general de flexibilización o por diseñar sesiones dirigidas a zonas específicas con una planificación progresiva y fluida”, detalla.
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Cuándo se notan los resultados
¿En qué momento comenzaremos a notar que hemos ganado flexibilidad, cuándo se notan los resultados? En opinión de la experta, se notan durante la misma sesión, pero sobre todo al final de la sesión ya notas que tu cuerpo es más flexible. “Muchos clientes nos dicen que al subir al coche tras hacer Pilates han tenido que regular el retrovisor, pueden aparcar mejor girándose hacia atrás, que pueden agacharse a atarse los cordones o calzarse más cómodamente, que cuando se sientan a trabajar su espalda está más recta… O cuando se ponen de pie se notan más altos, pueden girar el cuello sin molestias”, nos detalla.
Así, nos explica que los deportistas lo notan en sus entrenamientos, y especialmente en momentos del juego en los que antes notaban cierta rigidez y tensión. Mientras, las personas poco activas lo perciben muy pronto en gestos del día a día como girarse o levantarse en la cama o de una silla, coger objetos en armarios altos… y muchos otros gestos funcionales.