Tras muchas horas frente al ordenador en la oficina, es común que los hombros y el cuello acumulen tensiones. Pero no solo cuando pasamos mucho tiempo en la oficina padecemos este problema, y es que del mismo modo, aquellos que no trabajan en un entorno de oficina, pero utilizan frecuentemente el teléfono pueden experimentar esta misma molestia en esas zonas de nuestro cuerpo, ya que tendemos a usar nuestros teléfonos mirando hacia abajo. “Posturas como estas pueden causar malestar en el cuerpo en el largo plazo. La práctica de yoga ofrece asanas que nos ayudan a relajar el cuello y los hombros, entre otros muchos beneficios que nos aporta esta práctica”, nos sugiere Sara García (@sarayoga.journey), profesora de Vinyasa Yoga.
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Y es que cuando se realizan estos ejercicios de manera regular, los beneficios se reflejan rápidamente en nuestro cuerpo. Teniendo esto en cuenta, la experta nos sugiere algunas de esas asanas de yoga, en concreto tres que pueden sernos de gran utilidad en nuestro objetivo.
Postura de gato-vaca sentados
- Sara García sugiere que comencemos sentados en nuestra esterilla, encontrando una postura cómoda y estable.
- Una vez sentados, entrelazaremos nuestras manos llevando las palmas de las manos mirando hacia arriba, y comenzamos a estirar los brazos.
- Buscamos con la inhalación llevar los brazos estirados arriba, estirando nuestros brazos y nuestro pecho.
- Con la exhalación llevamos las manos aún entrelazadas y con los brazos estirados hacia delante, redondeando nuestra espalda.
- Trataremos de repetir este ejercicio al menos durante 10 o 20 repeticiones.
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Postura de la aguja
- Comenzaremos la postura en la postura de cuadrupedia, es decir con las rodillas y manos apoyadas en el suelo. Las rodillas estarán alineadas con nuestras caderas y las muñecas estarán alineadas con nuestros hombros.
- Elevaremos el brazo derecho hacia arriba y a continuación, llevaremos el hombro derecho hacia la esterilla (de ahí viene el nombre de la postura, porque este movimiento se asemeja a enhebrar una aguja).
- Buscaremos llevar la mirada hacia arriba para profundizar en esta torsión. Una vez realizado uno de los lados, realizaremos el mismo ejercicio hacia el otro lado para así liberar tensión en ambas partes del cuerpo por igual. Idealmente realizaremos entre 15 y 20 respiraciones en cada lado.
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Uttanasana pasivo
- En este caso, empezaremos de pie sobre nuestra esterilla, con los pies al ancho de nuestras caderas.
- Nos plegaremos hacia delante, doblando ligeramente nuestras rodillas y cogiendo nuestros codos contrarios.
- Por último, dejaremos caer la cabeza y nos moveremos despacio hacia un lado y hacia el otro, buscando una postura pasiva y agradable para liberar tensiones tanto en el cuello como en los hombros.
- Buscaremos mantener la postura durante 30 respiraciones aproximadamente.
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“El yoga nos ayuda a contrarrestar los efectos de la vida moderna en nuestro cuerpo. Idealmente combinaremos la práctica de yoga con un estilo de vida saludable, así como con una alimentación variada y equilibrada”, concluye recomendando la experta en yoga.