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Desde hace ya un tiempo, los asuntos relacionados con la menstruación han dejado de ser un tema tabú para muchas mujeres y eso hace que, tal vez, en tu día a día, hablando por ejemplo con tus compañeras de oficina o con tu mejor amiga, te hayas encontrado con que llega justo en el mismo momento. Es la llamada sincronización de la menstruación con la de otras mujeres, que, tal y como nos explican desde Intimina, se produciría cuando el ciclo menstrual de dos o más mujeres que vivan o pasen mucho tiempo juntas se sincronizase con el tiempo, lo que significa que empezarían a menstruar aproximadamente en la misma semana del mes, incluso el mismo día.
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También se conoce este fenómeno como efecto McClintock, y ahí va la explicación del porqué: en 1971 se publicó en la revista Nature un estudio de Martha K. McClintock que afirmaba que la interacción social podría afectar al ciclo menstrual. Se basó en un estudio a 135 estudiantes que vivían juntas en una residencia universitaria, las dividió en parejas y grupos de amigas íntimas y les preguntó por su última y penúltima menstruación. ¿Cuáles fueron los resultados? La investigación concluyó que la relación estrecha entre mujeres influía mucho en su ciclo menstrual y que las feromonas que emitían desempeñaban un papel fundamental en la presunta sincronización de las reglas de aquéllas.
Tras este estudio, vinieron algunos más durante los años 80 y 90, y los resultados fueron diversos: algunos afirmaban que la sincronización menstrual se confirmaba, mientras que otros no encontraron ninguna prueba de la misma. Un estudio realizado en 2006 sobre una muestra de 186 mujeres no halló pruebas de sincronización menstrual, mientras que un artículo de Strassmann sugería que la sincronización se produciría, probablemente, por coincidencia estadística y no por las feromonas.
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¿Qué son las feromonas?
Lo cierto es que las feromonas se mencionan a menudo en estos estudios, pero, ¿qué son? Son sustancias químicas que segregamos los seres vivos con el objetivo de comunicarnos y provocar reacciones en otros individuos de la misma especie. McClintock afirmaba que eran la causa de la sincronización de la menstruación, pero hoy en día se cree que es muy poco probable. La razón es que no poseemos un órgano que capte estas señales, algo que sí que sucede, por ejemplo, en los animales. Es más, incluso si elimináramos el factor feromonas, el lavado y la higiene diarias hacen que nuestras feromonas se eliminen del cuerpo.
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Sin evidencias que lo confirmen
Por lo tanto, los expertos de Intimina explican que estos estudios no encontraron pruebas definitivas a favor o en contra de la sincronización de la menstruación. Sin embargo, por pura estadística, existe una gran probabilidad de que la sincronización ocurra por azar en algún momento de la vida menstrual.
Le hemos preguntado al doctor Bernat Serra, consultor del Servicio de Obstetricia de Dexeus Mujer, al respecto. "Si bien inicialmente un estudio ya antiguo parecía demostrar esta posibilidad, otros posteriores no han podido validarlo. Dado que este fenómeno no tiene implicaciones médicas, en los últimos años no se han realizado estudios adicionales para poder confirmar o descartar el fenómeno de la sincronización menstrual y, por tanto, seguimos sin disponer de evidencia clara que lo confirme. Pero que no haya evidencia que lo confirme no significa que la sincronización no exista y no es raro que mujeres puedan comentar que el fenómeno les haya llamado la atención", comenta al respecto.
“A pesar de que la creencia popular en la sincronía menstrual (ajuste de las menstruaciones) haya quedado desmontada por la lógica de los ciclos cortos, medianos y largos, llevar un seguimiento de nuestro ciclo es importante para saber cómo está funcionando", afirma Irene Aterido, sexóloga y experta en ciclo menstrual y colaboradora de INTIMINA.