Hay vivencias tan intensas que nos dejan en un estado que podríamos definir como resaca emocional, un estado producido por experiencias emocionales de gran intensidad que, eso sí, pueden ser negativas o positivas. “Una vez terminado el estímulo emocional suelen terminar también las emociones intensas asociadas como miedo, enfado, euforia o tristeza, entre otras. Después, queda un estado emocional que continúa hasta que asumimos la situación y nos recuperamos físicamente del impacto”, nos explica Rebeca Cáceres Alfonso, doctora en Psicología y psicóloga sanitaria y directora de Tribeca Psicólogos.
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Posibles síntomas
- Dolor de cabeza, de espalda, pesadez muscular…
- Agotamiento.
- Estado de alerta.
- Hipersomnia o insomnio.
- Falta de energía.
- Embotamiento mental.
- Alteración del estado de ánimo: tristeza, angustia, desmotivación, irritación...
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¿Cómo puede afectarnos este sentimiento?
La psicóloga nos explica que estos estados afectan a la manera en que la persona percibe la realidad en ese momento. “Por tanto, afecta a cómo las personas se relacionan con ellos mismos, con los demás y con el mundo. El impacto emocional sufrido por un determinado acontecimiento puede influir también en cómo las personas recuerdan esos eventos. Y en este sentido también puede afectar a nuestra memoria todo lo que pase en ese tiempo de resaca emocional, ya que como afirman algunos autores la forma en que recordamos lo vivido está relacionado con nuestros estados internos que permanecen en el tiempo y proyectan las experiencias futuras”, nos dice.
“Todos sufrimos en algún momento alguna situación para la que no estábamos preparados, algún acontecimiento no previsto que puede llevarnos a sufrir un estado emocional intenso y de ahí pasar a la resaca emocional. Además, como mencioné anteriormente también la resaca emocional puede venir después de una experiencia emocional fuerte que sea positiva”, nos dice Rebeca Cáceres, que considera que es inevitable que a lo largo de la vida todos estemos expuestos a experiencias emocionales intensas positivas y negativas ante las que reaccionemos de este modo descrito.
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Causas de la resaca emocional
Le preguntamos a la experta cuáles son las causas que pueden provocarnos esta resaca emocional, y nos las resume en las siguientes:
- Experiencias del día a día que nos desbordan emocionalmente. Cuando no somos conscientes de que hay experiencias que nos abruman, nos desbordan, suele darse la resaca emocional. También aquellas veces en las que se nos dan situaciones en la vida diaria en las que no sabemos qué hacer y son situaciones constantes, que se repiten una y otra vez.
- Experiencias inesperadas. Aquellos momentos en los que ocurre algo o recibes una noticia inesperada que genera un fuerte impacto emocional (por ejemplo, fuerte bronca de tu jefe, accidente de un ser querido, te enteras de que tu pareja te es infiel o te comunica que te quiere dejar, discusión con un familiar…).
- Acontecimientos vitales estresantes. Muerte del cónyuge, divorcio, embarazo, matrimonio, jubilación, juicio, mala relación con el cónyuge, paro, enfermedad, muerte de un familiar cercano, alcoholismo/drogadicción, cambio de ciudad, cambio de trabajo, vacaciones, reuniones familiares…
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Gestionar la resaca emocional
¿Qué podemos hacer para gestionarla, qué estrategias tenemos a nuestro alcance?
- Favorecer nuestro autoconocimiento. Es importante que seamos conscientes de haber pasado o estar pasando por una experiencia emocionalmente intensa. Si somos conscientes de esto, sabremos que tras esta experiencia puede venir “la resaca emocional”. Esto es importante para poner el estado anímico posterior “en su lugar”, para relacionar lo que nos ha pasado con lo que sentimos después. Para todo esto es fundamental que nos conozcamos.
- Mantener la calma haciendo una correcta atribución del estado emocional. También es importante que cuando estemos ante una resaca emocional intentemos mantener la calma dentro de lo posible. En estos momentos es fundamental saber qué está pasando, cómo está reaccionando mi cuerpo e intentar estar muy presente en la situación que está ocurriendo. Si no entendemos que este estado es la consecuencia de una experiencia emocional intensa podemos atribuirlo a otras causas y que esta situación sea aún más estresante si cabe.
- No tomar decisiones. Es fundamental no tomar decisiones importantes en estos estados.
- Tomarse tiempo. Sería recomendable que te tomaras un tiempo para que tu cuerpo se recupere. Si por causas de la vida esto no es posible, intentar descansar en cuanto te sea posible porque el cuerpo necesita recuperarse del estrés sufrido.
- Hacer ejercicios de conexión con uno mismo. Es recomendable hacer ejercicios que te conecten contigo mismo como por ejemplo meditación o yoga, entre otros.