El cáncer de vías biliares o colangiocarcinoma es un tipo de tumor que consiste en que las células que conforman los conductos biliares, por donde circula la bilis, se vuelven malignas. Así nos lo confirma la doctora Concepció Gómez-Gavara, cirujana general y miembro de Top Doctors, que nos aclara, además, que puede afectar a tres niveles: dentro del hígado (colangiocarcinoma intrahepático), a nivel de las arterias y venas del hígado (colangiocarcinoma perihiliar) o a nivel de la desembocadura del conducto biliar en el páncreas (colangiocarcinoma distal o pancreático). Le hemos preguntado a la especialista algunas de las dudas más habituales sobre esta enfermedad.
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¿Es un tipo de cáncer poco habitual?
Tal y como nos explica la doctora, se trata de tumores poco frecuentes, se engloban dentro de los tumores hepatobiliares que se corresponden globalmente con un 13% de los cánceres hepatobiliares. Su incidencia en Europa es en un rango entre 0.4/100,000 y 1.8/100,000.
Causas de su aparición
¿Cuáles son las causas de su aparición? “Existen factores de riesgo establecidos como son los pacientes que padecen enfermedad esclerosante primaria, enfermedad de Caroli, la presencia de quistes de los conductos hepáticos y la infección con determinados parásitos (Opisthorchis viverrini, Clonorchis sinensis). Asímismo, también se ha encontrado más presencia de este tipo de tumores en pacientes que padecen cirrosis hepática, infección por virus hepatitis B y C, diabetes y exceso de consumo de alcohol”, nos cuenta.
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¿Cuáles son sus síntomas?
La doctora nos confirma que en ocasiones puede tratarse de un hallazgo incidental en pruebas de imagen realizadas por otros motivos (alrededor del 40% de los casos). “Los pacientes que presentan síntomas generalmente en estadios de tumores más avanzados suelen tener historia de pérdida de peso, disconfor abdominal y en el 90% de los casos se trata de ictericia (coloración amarilla de piel y mucosas) sin asociarse con dolor abdominal. En algunos casos también puede presentarse en forma de infección, con fiebre y escalofríos, generando el cuadro que se conoce como colangitis”, explica.
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¿Cómo se llega a su diagnóstico?
Frente a la sospecha de colangiocarcinoma hay que realizar una tomografía computarizada con contraste y una resonancia magnética. “En ocasiones, para descartar la presencia de que el tumor haya podido ir a otros órganos hay que realizar un PET. Con las pruebas de imagen actuales en ocasiones suele ser suficiente para llegar al diagnóstico, aunque en ocasiones suele necesitarse de una biopsia. En función de la localización del tumor, principalmente en colangiocarcinomas distales se realiza una endoscopia (colangiopancreatografía retrógrado endoscópica) para visualizar la lesión y asociar una biopsia”, detalla la especialista.
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Así debe ser el tratamiento
Una vez que se confirma, ¿cuál es el tratamiento que se debe seguir? La doctora nos los detalla:
- Muchos de los pacientes que presentan este diagnóstico, al llegar con los niveles de bilirrubina altos, suelen necesitar de un drenaje del conducto biliar. El hecho de disminuir los niveles de bilirrubina antes de iniciar un tratamiento quirúrgico o quimioterápico es fundamental para obtener buenos resultados.
- En casos en que los pacientes presenten un tumor potencialmente resecable, la cirugía sigue siendo el tratamiento de elección, con mejores resultados de supervivencia a largo plazo.
- En caso de tumores más avanzados existen tratamientos quimioterápicos actuales que pueden administrarse junto con radioterapia para intentar un tratamiento quirúrgico posterior.
- En los tumores intrahepáticos y perihiliares existen protocolos en los que se incluye la posibilidad de tratamiento mediante trasplante hepático.