Cada vez son más las mujeres que desean someterse a una intervención de mama, ya sea por cambios en su cuerpo tras embarazos, fluctuaciones de peso, el paso del tiempo o, simplemente, por razones estéticas. Esta importante decisión debe ir siempre acompañada de un asesoramiento médico exhaustivo que les ayude a determinar, en primer lugar, si una operación de este tipo es adecuada para ellas y, en segundo lugar, cuál es el procedimiento más indicado para lograr los resultados deseados.
La especialista en aumento de pecho, Elena Jordán, de Clínicas Dorsia y miembro de la SECPRE (Sociedad Española de Cirugía Plástica, Reparadora y Estética), nos revela las claves de las cirugías de pecho más demandadas. Además, el cirujano Franco Góngora nos explicará cuáles son las técnicas más utilizadas para reconstruir el pecho tras una cirugía por cáncer de mama.
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Mastopexia o elevación de pecho
La finalidad de la mastopexia es la de remodelar y elevar el pecho, y el procedimiento que se elija dependerá del resultado que se quiera conseguir y del estudio previo que se realice. La cirujana Elena Jordán nos explica que "existen varios tipos de mastopexia según el resultado deseado". Aquellas que quieran recuperar la firmeza y elasticidad de sus senos sin aumentar el volumen pueden optar por mastopexias sin prótesis, un procedimiento que apenas deja cicatrices. "Es un procedimiento sencillo que apenas deja cicatrices en la zona", enfatiza.
Por otro lado, una mastopexia con implantes está destinada a pacientes con pecho caído y/o falta de volumen, que desean un pecho más redondeado y con mayor proyección. Según la especialista "generalmente se utilizan implantes ergonómicos para asegurar un movimiento natural de los senos. De hecho, la cirugía es similar a la de un aumento de pecho".
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Mamoplastia o aumento de pecho
Es quizá la técnica más conocida y la escogida si la paciente busca aumentar el tamaño de sus senos. Una de las técnicas más recomendadas es el aumento de pecho con técnica AMI. Consiste en el implante de las prótesis de una forma muy precisa, a través de una incisión más pequeña y con gran control sobre todo el proceso quirúrgico. Permite el uso de cualquier tipo de prótesis -redondas, ergonómicas, anatómicas…- y deja una cicatriz diminuta.
"Las prótesis ergonómicas han aportado un gran margen de maniobra en estas cirugías, ya que consiguen un resultado tan natural o voluminoso como la paciente quiera, incluso en aquellas con poco pecho de base", afirma la cirujana.
'Lipofilling'
También existe la posibilidad de aumentar el pecho pero sin prótesis. En estos casos se utiliza la propia grasa de la paciente para aportar volumen. Este tratamiento está enfocado a las mujeres con un índice de grasa corporal moderado que buscan un aumento sin excesivo volumen.
La especialista especifica que hay que tener en cuenta que este tipo de 'implantes' son células vivas y deben recuperarse. Dependiendo del volumen de pecho que la paciente tenga de base, habrá más espacio, o menos, donde colocar la grasa”.
También existe una técnica híbrida con la que el implante es menos evidente: “Con esta técnica se aporta una capa extra de grasa en la zona superficial del pecho, mientras que el volumen en sí lo aporta el implante”.
Cambio o extracción de prótesis
Por último, también existe la extracción de las prótesis, ya sea para retirarlas por completo o para reemplazarlas. El procedimiento varía dependiendo de la causa de esta cirugía, por lo que el asesoramiento de un profesional es fundamental para conseguir que los resultados sean los deseados.
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Reconstrucción mamaria tras un cáncer de mama
La intervención de reconstrucción mamaria tiene como principal fin restituir, no solo el órgano arrebatado por la enfermedad, sino también el equilibrio psicológico. Así, el objeto de la intervención consiste en restituir parcial o totalmente la mama, dependiendo de si la mastectomía es conservadora o radical, con el fin de recuperar el volumen y la anatomía propia de la mama intervenida, así como posteriormente devolverle su identidad mediante la reconstrucción de pezón y areola. La cirugía estará condicionada por las circunstancias de la mastectomía pudiendo abordarse en el mismo tiempo quirúrgico o de forma diferida.
Según nos explica el Dr. Franco Góngora, cirujano plástico de la SECPRE y director de Clínica FG, "hay tener en cuenta que la elección de un método de reconstrucción u otro estará condicionado por las características propias de la enfermedad y de la paciente. Además, hoy en día con las técnicas quirúrgicas disponibles, es posible, en muchos casos, conseguir una reconstrucción de la mama con un resultado óptimo y duradero con la mínima cicatriz posible.
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Estas son las técnicas que se utilizan:
Reconstrucción a través de implantes o prótesis mamarias
Esta reconstrucción puede llevarse a cabo directamente, generalmente cuando se realiza de inmediato, o a veces requerir un paso previo, que consiste en la colocación de un expansor. El propósito del expansor es crear el espacio necesario debajo de la piel y el músculo para permitir la colocación de la prótesis mamaria en una cirugía posterior. El expansor se coloca a través de la misma incisión de la mastectomía y debajo del músculo pectoral. Inicialmente, el dispositivo se coloca total o parcialmente desinflado y se va llenando gradualmente con suero en consultas posteriores, cada dos o tres semanas, hasta lograr el espacio deseado para la prótesis. La duración de la intervención para la colocación del expansor es de aproximadamente 45 minutos y se realiza bajo anestesia general.
Reconstrucción mediante colgajo
En este método, se reconstruye la mama utilizando tejidos obtenidos del propio cuerpo de la paciente. Pueden utilizarse tejidos de la región abdominal, espalda, glúteos o miembros inferiores. Este procedimiento se divide principalmente en dos tipos de técnicas:
- Reconstrucción mediante colgajo pediculado, que emplea tejido de la región subescapular (piel, músculo y grasa). Esta técnica se conoce como reconstrucción con dorsal ancho.
- Reconstrucción mediante colgajo libre, que utiliza tejido abdominal para la reconstrucción. Implica trasladar piel y tejido adiposo de la región inferior del abdomen al área de la mastectomía para crear la futura mama. Esta técnica se conoce como DIEP y se realiza mediante microcirugía, lo que la convierte en un procedimiento más complejo pero con resultados naturales y duraderos.
Reconstrucción mediante tejido graso
Esta técnica implica el uso de tejido graso de la propia paciente para la reconstrucción de la mama. Se realiza mediante liposucción para obtener tejido adiposo que, una vez procesado (lavado, filtrado y centrifugado), se inyecta en el lecho de la mastectomía. Esta intervención es especialmente adecuada para pacientes con mastectomías parciales o tumorectomías, donde se restaura el volumen perdido de la mama mediante un injerto graso. A veces, también se utiliza como técnica complementaria para mejorar los resultados de otras reconstrucciones con implantes o colgajos. Numerosos estudios han demostrado que el tejido graso injertado mejora la vascularización del área quirúrgica, lo que no solo restablece el volumen perdido, sino también mejora la calidad de la piel irradiada y reduce el dolor en la zona previamente intervenida.
La duración de la intervención generalmente varía de 1 a 2 horas, dependiendo del volumen a restaurar. Puede realizarse como procedimiento ambulatorio o requerir una estancia hospitalaria breve, y la recuperación completa suele ocurrir en un período de 48 a 72 horas.
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