Hoy celebramos el Día Mundial del Corazón, motivo por el cual hemos querido hablar con uno de los expertos más influyentes en este campo, el Dr. Andrés Íñiguez, presidente de la Fundación Española del Corazón. A este especialista, que ha participado en un evento en el que Hombres G han sido los protagonistas y los prescriptores de la importancia que tiene conservar la salud de nuestro corazón desde la infancia, le hemos preguntado qué funciona de verdad a la hora de gozar de una buena salud cardiovascular. ¿Es la dieta? ¿Hay alimentos que cuidan especialmente nuestro corazón? ¿Hay algún tipo de ejercicio? Su respuesta ha sido rotunda: todo en conjunto lo protege y evita que enfermemos. Es decir, si nuestros hábitos son saludables tenemos una mayor garantía de que este órgano indispensable que bombea la sangre a todo nuestro cuerpo funcione correctamente. Pero, sorprendentemente, ha insistido en dos puntos clave que son, quizá, cruciales: el manejo del estrés y la prevención de la soledad. En estos dos factores ha insistido a la hora de evitar que nuestro corazón se resienta. Pero repasemos todos aquellos otros hábitos que lo pueden cuidar.
Los alimentos que cuidan de tu corazón
Según este experto, no hay uno, ni dos, ni tres alimentos que jueguen un papel indiscutible a la hora de preservar la salud del corazón. No hay milagros ni recetas mágicas que lo protejan. Pero la dieta es uno de los primeros factores que debemos cuidar si no queremos enfermar. En este sentido, nuestra alimentación debe ser variada, equilibrada y, a poder ser, lo más natural posible. Es decir, debemos inclinarnos por aquellos alimentos que no lleven aditivos, ni azúcares, ni sales ni otros componentes.
Por otro lado, la moderación es clave. No debemos pasarnos con la comida. Esto nos permitirá conservar un peso saludable y evitar la grasa corporal, sobre todo, la del perímetro abdominal, la más peligrosa, ya que aumenta el riesgo de sufrir enfermedades metabólicas.
El ejercicio físico es fundamental
La actividad física regular es clave para fortalecer el corazón y mantener un peso corporal saludable. Se recomienda al menos 150 minutos de actividad moderada o 75 minutos de actividad intensa por semana. El ejercicio debe ser adaptado a la edad y a la condición física de la persona. Obviamente, las personas jóvenes sin ninguna enfermedad que lo impidan, pueden realizar un ejercicio más intenso. Las mayores deben adaptar la actividad a sus posibilidades. En este sentido, es conveniente realizarse un chequeo médico del corazón, con una prueba de esfuerzo, antes de someterse a un programa de entrenamiento moderado o intenso.
Adiós a la copa de vino diaria
Cuando le preguntamos al presidente de la Fundación Española del Corazón si desterramos entonces el mito de beber una copa todos los días, su respuesta es clara: "cada vez hay más evidencia de que el alcohol es un tóxico para el cuerpo. Esta sustancia hace que la capacidad de fuerza del músculo disminuya y el corazón empieza a bombear con más dificultad y con menos sangre. Obviamente, dependerá de la cantidad, de los grados de alcohol que contenga la bebida y de la sensibilidad individual, es decir, cómo lo metaboliza cada persona. Pero en términos generales, el alcohol es una bebida que puede ser perfectamente evitable".
Visita a tu médico
Fundamentalmente, para mantener un control regular de tu presión arterial y tus niveles de colesterol. La presión arterial elevada y los niveles elevados de colesterol LDL ("colesterol malo") son factores de riesgo significativos para enfermedades cardíacas. Como nos advierte el especialista, "existen circunstancias que pueden desencadenar un daño irreversible en el corazón, como es el caso de la obstrucción de una arteria coronaria que suministra sangre a un área específica del músculo cardíaco. Cuando esta arteria permanece bloqueada durante un periodo prolongado, las células que dependen de ese suministro de oxígeno vital, inevitablemente, llegan a sufrir un proceso de necrosis. Estas células no tienen la capacidad de recuperarse, y el tejido afectado se convierte en una cicatriz. Como resultado, el tejido cicatrizado pierde su funcionalidad de bombeo y reduce la fuerza del corazón. En consecuencia, algunas situaciones tienen la posibilidad de revertirse con la atención y el tratamiento adecuados, mientras que otras, si no se abordan de manera oportuna y eficaz, pueden llevar a daños irreversibles en una parte del corazón y a causar una enfermedad". De ahí que sea crucial la visita y el control médico.
Control del estrés
Como nos explica el Dr. Andrés Íñiguez, "el cerebro ejerce un dominio completo sobre todo el cuerpo humano, y su influencia se extiende a la regulación de nuestras emociones. Mantener una salud emocional sólida es la clave para garantizar una alta calidad de vida y una longevidad saludable". y es que cada vez se acumula más evidencia de que lo que ocurre en nuestra mente, particularmente en nuestro estado emocional y nuestra capacidad para manejar el estrés, ejerce una influencia significativa en todo el organismo, especialmente en el corazón.
En la actualidad, "existe una creciente certeza de que el estrés puede perjudicar seriamente la salud cardíaca. El estrés desencadena una respuesta del sistema simpático, aumentando la presión arterial y estrechando las arterias. Esto actúa como un detonante de problemas cardíacos agudos en personas que pueden tener una enfermedad cardíaca subyacente latente o silente. Además, las emociones tienen un papel importante en la regulación de nuestro sistema nervioso autónomo, influenciando una serie de funciones neuroendocrinas cruciales para el funcionamiento de nuestro organismo"
Este especialista recomienda, por tanto, que llevemos a cabo todas esas técnicas que nos puedan ayudar al control emocional y la gestión del estrés: meditación, yoga, taichí, paseos por el campo, etc.
Rodéate de familiares, de amigos
Por otro lado, la soledad y la depresión son situaciones altamente perjudiciales, ya que pueden situar al corazón y al organismo en general en una condición delicada, incluso afectando la inmunidad y debilitando la capacidad de enfrentar situaciones adversas de manera adecuada. Por lo tanto, además de las prácticas habituales como mantener una dieta equilibrada, hacer ejercicio y evitar sustancias tóxicas, y llevar a cabo actividades que nos conduzcan a tener más calma, mantener una vida social activa y rodearse de amigos también es beneficioso para la salud emocional y la salud del corazón.