¿Tienes ampollas o te pican las manos? Puedes tener dishidrosis palmar

Los problemas de la piel afectan no siempre tienen la atención que se merecen, pero, sin duda, afectan a la calidad de vida de quien los padece. Uno de ellos es la dishidrosis palmar, una afección de la piel que, tal y como nos cuenta la doctora Carmen Kannee, especialista del equipo de Dermatología del Instituto de Dermatología Integral, es producida por un estado de inflamación caracterizado por la aparición de pequeñas ampollas o vesículas llenas de líquido debajo de la piel, que provocan gran picor e irritación, seguidas de descamación. También pueden aparecer heridas y fisuras dolorosas que deben tratarse para evitar una infección bacteriana.

La especialista nos confirma que puede aparecer tanto en las palmas como en plantas, aunque es más habitual en las manos. “Inicialmente, las lesiones vesiculares aparecen en los laterales de los dedos, pero en crisis graves puede llegar a afectar a una gran parte de las palmas o plantas”, nos comenta. El curso clínico es variable, desde casos agudos autolimitados, hasta casos crónicos y recurrentes con severidad variable.

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Causas y factores de riesgo

“La causa exacta es aún desconocida y se cree que es multifactorial. Aunque anteriormente se planteaba que una disfunción de las glándulas del sudor que cursara con sudoración excesiva (hiperhidrosis) podría ser la causa, los estudios de biopsias de piel afectada demostraron que las vesículas de la dishidrosis no guardan relación con la glándula sudorípara, descartando esta hipótesis. Sí se observa que la hiperhidrosis puede ser un factor agravante de los brotes y está presente hasta en 40% de los pacientes afectados”, nos cuenta la especialista.

Pero hay más factores que pueden influir en su aparición. Así, es más habitual que se presente en personas con dermatitis atópica, o con historia familiar de atopia en piel o respiratoria. “Factores exógenos como la dermatitis por contacto alérgica a metales, pueden disparar un episodio, así como factores irritativos como contacto con detergentes. Otro factor de riesgo frecuente para la aparición y exacerbación de la dishidrosis son los picos de estrés. También se ha descrito que las infecciones por hongos a distancia, como micosis en la piel de los dedos de pies o en uñas, pueden desencadenar cuadros de dishidrosis palmar”, nos detalla la doctora.

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Qué tratamiento es el adecuado

Una vez que se diagnostica, ¿cuál es el tratamiento que debemos seguir? La especialista de IDEI aclara que el diagnóstico es netamente clínico mediante la evaluación física del especialista. “Se pueden solicitar pruebas especiales para descartar otros diagnósticos o la presencia de eventos desencadenantes o que compliquen el cuadro, como pruebas epicutáneas para descarte de dermatitis por contacto alérgica, examen directo y cultivo micológico para evaluar infección por hongos, y cultivo bacteriano”, comenta. Hay distintas alternativas de tratamiento:

• El tratamiento de primera línea son los corticoides tópicos de alta potencia y las compresas húmedas frías.
• En casos más severos que no responden a este tratamiento, se puede utilizar cursos cortos de corticoides orales.
• En caso de que se haya producido una infección bacteriana a causa de una herida o fisura, será necesario el uso de cremas u antibióticos orales.
• En los casos de hiperhidrosis asociada, el uso de tratamientos tópicos para controlar el sudor o la inyección de toxina botulínica pueden ser de utilidad para controlar los brotes.
• Otro tratamiento de aplicación en consulta dermatológica es la fototerapia, que ha reportado resultados variables de eficacia.

“La identificación de las causas de estrés y el uso de técnicas para controlarlo, a cargo de especialistas en el área, son fundamentales para el tratamiento integral del paciente”, comenta.

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Consejos para controlar el problema

La dermatóloga nos resume los consejos o hábitos que nos pueden ayudar a mantener controlado el problema.

• La hidratación es fundamental durante todo el año en los pacientes con dishidrosis palmar.
• Evitar que la zona afectada permanezca húmeda durante mucho tiempo.
• En las tareas del hogar, utilizar guantes (preferiblemente de vinilo) que minimicen el contacto con detergentes y productos de limpieza abrasivos.
• En la medida de lo posible, estar relajado para evitar el estrés.