Párate por un momento a pensar si le prestas a tu cerebro la atención que requiere. Si la respuesta es no, debes plantearte si deberías ponerte manos a la obra, pues conocer el funcionamiento de este órgano capital nos puede ayudar a vivir mejor y a gozar de armonía, salud y felicidad. Así lo plasma la doctora Sara Teller en su libro Neurocuídate. Conoce los secretos de tu cerebro para mejorar tu vida, publicado por Aguilar. En él, parte de una idea clave: cuando respiramos, amamos, sonreímos, corremos, nos enfadamos, dormimos o comemos estamos creando conexiones neuronales y liberando un sinfín de explosiones neuroquímicas en nuestro cerebro. "A nuestro cerebro le afecta todo", cuenta la doctora en Neurofísica por la Universidad de Barcelona. Sin embargo, tal vez no sepamos de él demasiado. Sobre todo ello hemos tenido ocasión de hablar con la autora, con motivo del lanzamiento de su libro.
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¿Por qué deberíamos prestar más atención a nuestro cerebro, tratar de conocerlo más y mejor?
Conocer mejor nuestro cerebro ¡lo es todo! En este órgano reside quienes somos, cómo pensamos o cómo nos sentimos. Entender mejor su funcionamiento nos abre la posibilidad de poder conocernos mejor a nosotros mismos, saber cuidar mejor de nuestra salud mental y emocional, potenciar nuestras capacidades cognitivas, incluso ¡puede mejorar la relación que tienes con tu mente! De ahí que tuviera tantas ganas de escribir este libro.
Tal y como reza la portada del libro, ¿si conocemos mejor nuestro cerebro podemos llegar a mejorar nuestra vida?
¡Exacto! Conocer mejor nuestro cerebro y conocer cómo cuidarlo, por todo lo visto en la respuesta anterior, nos ayuda a ganar en bienestar personal y calidad de vida. Sabemos mucho acerca de cómo cuidar nuestro cuerpo, pero muy poco acerca de cómo cuidar nuestro cerebro, cuando este es clave para poder sentirnos bien. Conocer los misterios del cerebro, sus limitaciones, y sus potencialidades, nos ayuda a saber hasta qué punto podemos mejorar y cómo hacerlo. Lo que allana mucho el camino para poder sentirte mejor en tu día a día.
¿Es el cuidado del cerebro especialmente importante en esta época en la que aumentan los problemas de salud mental?
Considero que sí. Hoy en día que las cifras de personas con enfermedades de salud mental son alarmantes, creo muy necesario saber acerca de este increíble órgano. Y sobre todo creo necesario que este conocimiento llegue a la gente de fuera del mundo científico. De ahí que quisiera que este libro fuera fácil de leer y comprender, para que fuera accesible a todo el mundo. Es cierto que todavía queda mucho por saber, pero estar informado/a de todo lo que la neurociencia va descubriendo puede ayudarnos no sólo a curar enfermedades sino también a saber cómo prevenirlas.
¿Cómo puede ayudarnos la neurociencia a conseguir una vida más plena y más feliz?
La neurociencia, la ciencia que estudia el cerebro, nos devela nuevas formas de cuidar nuestro cerebro que podemos aplicar en nuestro día a día. Por ejemplo, nos ayuda a saber cuál es la mejor dieta para mantener un cerebro sano, cómo debemos movernos para aumentar nuestras capacidades cognitivas o ganar en salud mental y emocional, o cómo debe ser nuestro descanso para ganar en rendimiento académico o para sabernos regular mejor emocionalmente. Nos avala técnicas como la meditación o el yoga, muy beneficiosas para nuestro cerebro. Pero lo que más me gusta es que sobre todo nos da las respuestas, nos dice los porqués realmente todo esto nos sirve. A veces sabemos que hay cosas que podemos hacer para ganar en salud, pero nos cuesta ponerlas en práctica. El cerebro necesita saber de forma clara todo lo que hay para motivarse y tomar acción. Gracias a la neurociencia y sus respuestas, este camino se ve facilitado, es mucho más fácil ponernos manos a la obra.
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¿A qué piensa que se debe el auge de la neurociencia?
Creo que es debido a que el cerebro es un órgano involucrado en muchísimos ámbitos diferentes. Por ejemplo, la neurociencia aporta mucha información de valor en el campo de la salud mental, de la psicología, de la medicina o incluso en el campo de la filosofía o de las matemáticas. El cerebro también está conectado con el resto del cuerpo, existe una comunicación bidireccional del cerebro con el cuerpo. Esto ha abierto un amplio campo de estudio. Gracias al estudio de la neurociencia se está dando muchas respuestas fascinantes y satisfactorias, lo que hace que sea un estudio muy agradecido y con mucho futuro por explorar.
El cerebro es, eso sí, un órgano muy complejo, ¿no es así?
Sí, el cerebro es un órgano muy complejo. Está constituido por 100.000 millones de neuronas, aproximadamente tantas como estrellas en la vía láctea, pero es que después cada neurona se conecta de promedio con 10.000 neuronas, lo que crea una red increíble con un tipo de circuito neuronal único, que es lo que cada uno sea como es. Me parece fascinante. Y a la vez ser capaces de desentrañar todo este cableado neuronal es algo que aún queda muy lejos de poderse hacer.
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¿Qué consejos daría para tratar de acercarnos a él, de comprender cómo funciona?
¡Leyendo! Hoy en día, aparte de mi libro hay muchísimos otros libros que hablan sobre neurociencia, e igual que en el mío, te enseñan de forma fácil y didáctica este maravilloso campo. También puedes encontrar charlas y podcasts sobre el tema que pueden motivarte a saber más acerca de este increíble órgano.
Dice que cuando una persona se encuentra en el estado de flow, el estado de rendimiento óptimo del cerebro, su creatividad puede incrementarse hasta un 700% y su productividad puede mejorar hasta un 500%. ¿Qué necesitamos hacer para llegar a ese estado?
Para entrar en este estado en el que estás tan inmerso en lo que haces que todo lo demás desaparece (incluso la concepción de uno mismo) y en el que disfrutas tanto que el tiempo vuela, primero de todo necesitamos sentir motivación. Necesitamos que la tarea que llevamos entre manos nos apasione de entrada, y después necesitamos que el grado de dificultad de ésta sea óptimo. Si la tarea es muy fácil de realizar hará que nos aburramos, no pongamos atención y entonces no podremos entrar en este estado de flow. Por el contrario, si el nivel de la tarea es muy complicado hará que nos frustremos y la abandonemos. Es importante que el grado de dificultad sea medio para que la atención nos acompañe durante todo el proceso.
El hecho de que haya personas más o menos creativas, ¿depende en parte de la estimulación de su cerebro?
Más que de la estimulación, diría que del descanso. Al menos para generar algo innovador y creativo se necesita de tiempo de “no hacer”. El cerebro necesita estar relajado para poder ver más “allá” de lo establecido, de lo rutinario. En un cerebro muy estimulado y/o estresado no cabe la creatividad.
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¿Se puede entrenar el cerebro para conseguir que sea más creativo?
Es cierto que se ha visto en estudios que la creatividad tiene un componente genético y que esta decrece con la edad, pero nunca es tarde para entrenarla gracias a la plasticidad neuronal. Mi recomendación sería sobre todo trabajar en dirección a abrir nuestra mirada, nuestra forma de ver el mundo a una más divergente, más abierta. Esto se puede conseguir de varias maneras, por ejemplo, mirando con curiosidad la vida (como si fueras un niño), incorporando más humor en nuestro día a día o incluso a través de practicar según qué tipo de meditación.
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Habla también en su libro de un aspecto tan actual como las redes sociales, ¿cómo cree que han conseguido acaparar de una forma tan evidente nuestras vidas?
Las redes esconden todo de algoritmos que las hacen muy adictivas para nuestro cerebro. Sí es cierto que la palabra adicción a veces suena muy fuerte, pero cuando entiendes cómo funciona el cerebro y cómo funcionan las redes sociales sí o sí ves claramente porque estas crean tanta dependencia. Por ejemplo, cuando recibes un “me gusta” en las RRSS se libera una neuroquímica en tu cerebro que hace que quieras más. Pero a la vez, el que recibas estas interacciones de forma variable (a veces recibes muchos me gustas y a veces puedes no recibir ninguno) hace que nos enganchemos aún más. Si siempre recibiéramos el mismo número de likes nos aburriríamos y no nos engancharíamos tanto. Es fuerte ¿verdad?
¿De qué manera pueden llegar a afectar a nuestra salud mental y nuestra conducta?
Los estudios que se han hecho hasta el momento no confirman que estas afecten a nuestra salud mental o a nuestra conducta de manera desfavorable a no ser que de entrada tengas un problema de salud mental. Por ejemplo, si eres una persona que sufre de ansiedad, lo más seguro es que las redes te estresen aún más, o si tienes problemas de autoestima, entonces las redes pueden fomentar más esta falta.
¿Podrían llegar las redes a cambiar el funcionamiento de nuestro cerebro?
Como explico en el libro, todo lo que hacemos en nuestro día a día cambia nuestro cerebro, y las redes no es la excepción. Sobre todo se está viendo que a nivel de atención esta se está viendo alterada por culpa de las redes. Las redes promueven la famosa “multitarea”. Mientras estoy estudiando o trabajando, por ejemplo, miro el móvil y contesto un whatsapp, luego vuelvo a lo que estaba haciendo. Esto hace que nuestra atención vaya de lado a lado, y ya se ha visto que aparte de estresar al cerebro, hace que baje nuestro rendimiento cognitivo y desgaste mucho al cerebro.
En el libro habla también del triángulo de la salud, formado por el ejercicio, el yoga y la nutrición. ¿De qué forma ayudan estos tres pilares a nuestro cerebro?
Si quieres mantener tu cerebro y tu salud mental y emocional en buen estado, tanto el ejercicio físico como el yoga pueden ayudarte muchísimo. Se ha visto en muchísimos estudios como mover el cuerpo nos ayuda a nivel cognitivo, ganamos en rendimiento, pero también a nivel emocional nos ayuda a poder regularnos mejor y tener mejor salud mental, a parte, de física, obviamente. Aparte, la gente que realiza ejercicio físico de manera diaria tiende a seguir mejores hábitos, a comer mejor y priorizar su descanso. Tanto la nutrición como un buen descanso son otros dos pilares fundamentales que nos ayudan a cuidar nuestro cerebro y, por lo tanto, a sentirnos mejor. Por ejemplo, la microbiota, ese mar de microorganismos que convive con nosotros, mayoritariamente en nuestro intestino, está conectada con nuestro cerebro. Darle de comer bien a esta microbiota es fundamental para crear una buena neuroquímica en nuestro cerebro o para que no se produzca una neuroinflamación, lo que garantizará que nos sintamos con buen estado de ánimo y ganemos en claridad mental. Aquello que comemos ya vemos que no sólo afecta a nuestro cuerpo sino también a nuestro estado mental y emocional.