Ya sea a los 40, a los 50 o a los 60, aceptar el paso del tiempo no es fácil. Los años impactan en nuestra salud y en nuestro aspecto. Incluso puede deteriorar las funciones cognitivas. Tareas que antes nos resultaban sencillas ahora nos cuestan un mundo. Pero se puede lograr retrasar la edad cronológica del cerebro. Es más, rejuvenecer el cerebro es más fácil de lo que puedes creer y para lograr una edad biológica de 20 aunque tengas 50 años solo tienes que seguir algunos consejos muy sencillos avalados por la neurociencia. En el Día Mundial del Alzheimer, te damos las claves para una mente más despierta y ágil, propia de una persona más joven, a cualquier edad.
La clave para restar años a tu cerebro
"A partir de los 40, surgen nuevas preocupaciones. El cuerpo cambia, la energía disminuye y nuestras metas y deseos también evolucionan. Aparecen nuevas tensiones sociales, como el temor a perder el trabajo, la presión de cumplir con estándares sociales o familiares y la preocupación por la salud. Pero aquí está el reto: aprender a abrazar los cambios. Porque envejecer es natural e inevitable. Necesitamos entrenar nuestro cuerpo y mente para sacar el máximo provecho de cada etapa y adoptar una actitud positiva", indica la psicóloga y experta en mindfulness, Belén Colomina, colaboradora de Petit Bambou.
En este contexto, Colomina enfatiza la importancia de la aceptación como primer paso hacia un "rejuvenecimiento cerebral" sin estrés. Reconocer que envejecer forma parte de la vida es esencial para liberarnos de la presión de mantenernos eternamente jóvenes. La psicóloga sugiere que desarrollar una actitud positiva hacia el proceso de envejecimiento puede tener un impacto profundo en nuestra salud mental y emocional.
Otro aspecto clave para restar años y tener una mente más joven es la práctica del mindfulness, una técnica que, según la neurocencia, te ayuda a centrarte en el presente, reducir el estrés y potenciar tu concentración. Colomina sugiere que la meditación y la atención plena pueden ser herramientas valiosas para mantener tu mente ágil y flexible a medida que envejeces. Pero hay más aspectos que nos pueden ayudar a que la edad biológica de nuestro cerebro sea menor que la edad cronológica.
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8 claves para rejuvenecer tu cerebro
Como decíamos, no es necesario llevar a cabo acciones complicadas para conseguir un cerebro más joven. Además de llevar una dieta sana y proporcionar a este órgano los alimentos que necesita, y hacer ejercicio físico, ya que es básico para la buena salud cerebral, podemos poner en práctica algunos hábitos diarios que impactan positivamente en nuestra mente.
- Sigue con una mente curiosa. Continuar cultivando deseos y proyectos que estén alineados con nuestros valores nos permite mantener un rumbo claro en la vida. También es esencial para mantener una mente despierta.
- Sorpréndete. Entrenar la ilusión y el asombro por las pequeñas cosas nos ayuda a encontrar alegría en los detalles cotidianos y mantener una actitud positiva.
- Sal más. Disfrutar de los vínculos sociales consolidados fortalece nuestro sentido de pertenencia y supone un gran apoyo en momentos difíciles, algo que ayuda a mantener una buena salud mental.
- Estudia, conócete. Seguir creciendo interiormente, aplicando lo aprendido sobre atención y reflexión, nos acerca a la verdadera felicidad y plenitud.
- Muéstrate. No debemos temer a la vulnerabilidad; buscar apoyo cuando lo necesitamos es un signo de fortaleza y autenticidad.
- Sé agradecida. Practicar la gratitud nos permite valorar cada instante presente, fomentando la apreciación de la vida en su totalidad.
- Sé generosa. Colaborar en nuestra comunidad nos conecta con un propósito mayor, contribuyendo a construir un camino significativo en el presente y fortaleciendo nuestra sensación de pertenencia.
- Medita. El último consejo que la ciencia avala para rejuvenecer nuestro cerebro es la meditación. Meditar, de hecho, provoca unos cambios muy significativos en el cerebro.
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Por qué la neurociencia avala la meditación para un cerebro más sano y joven
En los últimos años, los principales centros de investigación han llevado a cabo sobre cómo la concentración y el control de la atención pueden esculpir nuestro cerebro. No es algo nuevo, ya en 1973, la Universidad de Harvard analizaba qué sucede en el cerebro de aquellos que meditan.
Se ha demostrado, de hecho, que la práctica de la meditación puede conducir a un engrosamiento de ciertas áreas cerebrales, mientras que otras disminuyen en tamaño. Específicamente, se ha observado que la parte frontal del cerebro, que desempeña un papel crucial en la gestión del comportamiento, se vuelve más activa en aquellos que meditan de forma regular. Este aumento en la actividad cerebral podría estar relacionado con la toma de decisiones más conscientes y la capacidad de gestionar el comportamiento de manera más eficiente.
La Universidad de Texas también ha arrojado luz sobre los efectos de la meditación al descubrir que esta práctica estimula el crecimiento de la corteza cingulada, una región cerebral responsable de convertir lo inconsciente en consciente, lo que fortalece nuestra capacidad de tomar decisiones informadas. Además, se ha notado una reducción en una red cerebral que tiende a activarse cuando estamos distraídos y no vivimos el presente, lo que suele ser una fuente de frustración en nuestras vidas.
Otro de los aspectos más destacados de cómo la meditación actúa sobre nuestro cerebro se relaciona con la inteligencia emocional. Un estudio conjunto realizado por las Universidades de Munich y Harvard observó que aquellos que practican la meditación tienden a tener una mayor inteligencia emocional. Este fenómeno se asocia a una reducción en la amígdala, una estructura cerebral implicada en emociones como la ansiedad, el miedo y la falta de control emocional.
Por último, un cerebro que pueda mantener la atención es un cerebro más sano y centrado. La meditación también ayuda a ello. Como indica Teo Luna (@teolunajarillo) Co-Fundador de Sukha Mindfulness y colaborador de la app de meditación Petit BamBou “si nuestra atención no está entrenada es fácil que cualquier evento pueda captarla y sacarnos de aquello en lo que queremos estar o sentir”. Además de que la constante 'mente del mono' nos afecta a nuestra memoria y a nuestro bienestar.
Este experto añade que “no es un error que nuestra atención se marche, de hecho, es un proceso adaptativo que la mente lleva a cabo para protegernos y mantenernos en alerta. La dificultad surge cuando este proceso es demasiado recurrente porque está sometido a numerosos estímulos, de forma que estar en el presente de forma intencionada o fijar la atención en una actividad o experiencia concreta, se vuelve una difícil tarea”. En este aspecto también la meditación nos puede ayudar.
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