isassaweis 4t© Javier Ocaña

Issasaweis te cuenta cómo 'ponerte las pilas' para una vida más saludable y feliz

La 'influencer' acaba de publicar su nuevo libro, 'Come de todo, entrena conmigo y cambia tu vida', en el que comparte ideas de alimentación, ejercicio y cambios de hábitos


Actualizado 15 de septiembre de 2023 - 16:39 CEST

Septiembre es un buen mes para los nuevos comienzos. Una etapa en la que podemos plantearnos un reseteo, un cambio que nos ayude a mejorar nuestros hábitos con el objetivo de mejorar, sobre todo, nuestra salud. No solo se trata de perder los kilos de más tras el verano, sino de encontrar una nueva motivación que nos haga adoptar nuevas rutinas más saludables. Así lo piensa también Isabel Llano, más conocida en redes sociales como Isasaweis, quien acaba de publicar su libro Come de todo, entrena conmigo y cambia tu vida (Planeta), una guía de estilo de vida cuyo objetivo es que recuperemos la motivación para comer bien, hacer deporte y, en definitiva, llevar una vida más saludable y feliz. Con motivo del lanzamiento de su libro, hemos tenido la ocasión de hablar con la influencer sobre su propia experiencia.

Para ti que te gusta

Lee 8 contenidos al mes solo con registrarte

Navega de forma ilimitada con nuestra oferta

1 año por 49€ 9,80€

Este contenido es solo para suscriptores.

Celebramoscon un 80% de descuento.

Suscríbete 1 año por 49€ 9,80€

TIENES ACCESO A 8 CONTENIDOS DE CADA MES POR ESTAR REGISTRADO.

Recuerda navegar siempre con tu sesión iniciada.

Lee también: La importancia de cuidarse y conocerse bien para vivir más y, sobre todo, mejor

© Javier Ocaña

¿Qué se va a encontrar el lector en este nuevo libro?

Es un libro que viene a completar de una forma íntegra, digamos, lo que es el libro anterior Come genial y no hagas dieta nunca más porque aporto nuevas recetas de mi estilo de nutrición, cocina sana, fácil y rica, muy rica, pero añadimos ese otro pilar muy importante que es el del deporte. Nos lo hemos trabajado mucho porque hemos hecho vídeos que se pueden ver a través de unos QRs de las rutinas deportivas reales que yo hago para haber conseguido este cambio físico. Y hay una tercera parte que es quizás, incluso, la más importante que es la parte de superación personal, la organización, trabajar en uno mismo, el autoconocimiento… Todo esto que es tan importante para llevar una vida plena y feliz.

Lee también: Por qué deberíamos dejar de obsesionarnos con la búsqueda de la felicidad, según un psiquiatra

Afirma que en un momento comenzó a hacer cambios en distintos ámbitos. ¿En qué momento uno se da cuenta y es consciente de que necesita parar y hacer cambios en varios aspectos de su vida?

A cada uno le llega el momento cuando sea, depende de tu vida, de la vida que hayas llevado, de las decisiones que hayas tomado… En mi caso, que es un tópico, fue cuando me separé. Cuando te separas te tienes que replantear tu vida, tienes que empezar a tomar otros caminos, a construir desde cero muchas cosas, y eso te hace pararte a pensar, digamos que ya que me han dado una segunda oportunidad de vivir una vida diferente pues voy a pensar, ahora que tengo la capacidad, la edad y la experiencia de saber que quiero y que no en mi vida, a qué voy a dedicar tiempo, a qué no, dónde quiero emplear todo mi esfuerzo, por dónde quiero pasar de puntillas… Todo esto te hace tomar unas decisiones bastante más conscientes de las que tomas cuando tienes veintipico años, que todavía no sabes muy bien qué quieres en la vida. Ese fue mi momento, pero para otros puedes ser en cualquier momento en el que te des cuenta que no eres feliz, o no todo lo que debieras, que no te levantas por las mañanas con motivación, que te acuestas por las noches diciendo “buff otro día más, a ver si llega el fin de semana, a ver si llega el verano”… Entonces algo estás haciendo con tu vida que no va en el sentido que tú quieres.

¿Por qué nos cuesta tanto asumir esos cambios, salir de nuestra zona de confort?

Bueno, pues porque los cambios, las metas y los objetivos siempre requieren un esfuerzo y es mucho más fácil estar tirado en el sofá no que levantarse para ir el gimnasio, eso está claro. ¡A mí también me lo resulta, no soy ningún bicho raro! Las cosas, metas u objetivos que normalmente nos ponemos no son cómodas, o por lo menos no tan cómodas como las cosas que están mal hechas, digamos. Al final siempre es más fácil comer algo de bollería que compras en el supermercado que comprar ingredientes para cocinar y comer sano. Es más fácil estar tumbado en el sofá que salir a hacer ejercicio, es más fácil no hacer nada y dejarte llevar por la vida que hacer el esfuerzo de llamar a un amigo, vestirse y bajar al centro para tomar un café. Pero, ¿cómo es de gratificante cuando hace ejercicio, por ejemplo, cuando llega a casa después de correr, se da una ducha y se siente que se come el mundo? ¿Cómo es de satisfactorio cuando uno ha hecho ese esfuerzo y ha quedado con un amigo y ha tenido una conversación que al llegar a casa hace que se sienta a gusto? Al final, las cosas que en la vida nos suponen un esfuerzo con las que más gratificación nos aportan, la compensación lo supera con creces.

¿Piensa que lo ideal es hacer pequeños cambios, con objetivos realistas, que podamos incorporar poco a poco en nuestro día a día?

Sí, totalmente, como explico en el libro, está muy bien que seas muy ambicioso en la vida (y yo lo soy), pero por muy ambicioso que tú seas y te propongas grandes cosas, para conseguir algo grande tienes que empezar por pequeños pasos porque si no, no lo vas a conseguir porque vas a abandonar. Si tú eres de no hacer nada de deporte y decides empezar a correr mañana 10 km, después llegarás a casa fatigadísimo, tardarás tres días en recuperarte y dirás que eso no es para mí. Pero si tú quieres correr 10km, hay que ser sensato y empezar por correr 1km. Yo, que llevo ya tiempo corriendo, a veces salgo sin ninguna gana y digo “pues venga, si corro uno, pues uno que corrí. Si corro dos, pues dos que corrí…” Y mientras voy corriendo a veces me lo voy recordando: “Venga que llevas dos y tú puedes tres” y al final igual acaba haciendo 10 o igual me planto a los tres. Pero salgo siempre con pequeños objetivos, porque si estoy en el sofá de mi casa y digo “venga, anda, sal a correr 10 km”, entonces no salgo ni la mitad de los días. Hasta en el día a día yo me pongo pequeños objetivos. Y cuando quieres hacer un cambio de hábitos en tu vida importante hay que hacerlo igual. No puedes decir “bueno, yo que como fatal, que todo el día como comida industrial, azúcar, voy a dejarlo todo y mañana todo súper sano”, porque normalmente a la semana volverás a comer lo antes.

Y a día de hoy, ¿cómo ha cambiado la vida de Isasaweis con respecto a la de hace unos años?

Pues ha cambiado mucho. Llevo 14 años en esta profesión, cambié mi profesión, que era mucho más normal y más tranquilita, por esta otra que es una vida un poco más de locura, además me separé durante este proceso… Han sido muchas cosas las que han puesto mi vida patas arriba y luego la he vuelto a poner ordenadita ya como la quería. En el plano más de mí misma, decidí que quería empezar a hacer ejercicio y encontrar eso que encontraba la gente que hacía ejercicio diariamente, encontrar esa motivación (¡y la he encontrado!), tomarme las cosas de otra forma (esto también me lo ha dado la edad), llevo una vida muy tranquila, me pase lo que me pase. Siempre digo esto con cautela, porque obviamente un problema de salud importante de alguien de un ser querido tuyo esto ya no es algo que me lo tomo la ligera, pero el resto de cosas, sí. Yo me aplico eso de “uy, qué disgusto me voy a llevar el lunes” y me preocupo de las cosas cuando toca. Todo esto lo he aprendido porque yo era muy dramas, soy muy intensa y yo me tomaba las cosas a la tremenda y les daba vueltas y vueltas… Ha sido un proceso de ir trabajando, de aprender de los que saben y nos dicen cómo hay que hacer las cosas. He conseguido llevar una vida muy feliz y muy tranquila, que yo creo que es el objetivo de la mayoría de las personas.

Lee también: ¡Este año sí! Estos son los 12 consejos para poder correr la San Silvestre o la Carrera de la Mujer

© Javier Ocaña

Habla de la importancia de superar miedos, de ganar confianza y autoestima, ¿cuáles han sido sus secretos para conseguirlo?

Los miedos se superan afrontándolos, no queda otra. Si tú tienes miedo a las arañas, a montar en avión, a hablar en público o a lo que sea, y nunca lo haces, no lo vas a conseguir. Para superarlo hay que afrontarlo. Yo he tenido varios miedos en mi vida que no era capaz de superar y he probado todo tipo de cosas: leer libros, técnicas… Normalmente, el miedo es un sentimiento irracional, no todos, pero muchos de ellos, sí.

Todos sabemos que las fobias son irracionales, cuando tantas personas en el mundo hacen esas cosas que a ti te dan pavor y las hacen con total tranquilidad es que tú estás teniendo un sentimiento que no es acorde a la realidad. Tienes que interiorizar esto, tienes que darte cuenta que ese pavor no es normal, y es tan frío como eso. Hay que decirse “pues lo voy a hacer, voy a ser consciente de que me estoy paralizando por algo que no es real”. Y ahí volvemos al poder de lo que nos decimos a uno mismo porque nos condicionan y, si nos abrimos, se nos abre un mundo grande. Es así de fácil la teoría, lo sé, es difícil, porque yo he estado al otro lado y me ha costado mucho afrontar ciertas cosas, pero se te abre un mundo de posibilidades.

Si empezamos por la primera parte del título, donde dice 'Come de todo', para los más escépticos, ¿se puede comer de todo y mantener la báscula bajo control?

Se puede comer de todo pero hay una máxima, no siempre y no muchísima cantidad. De todas formas, cuando dejas de prohibirte ciertas cosas y te permites comer tranquilamente lo que elijas, pues es todo mucho más natural. La idea es que en tu casa, en el día a día, tu alimentación se base sobre todo en verduras, legumbres, proteínas y después cuando salgas el fin de semana, a una comida familiar o con los amigos, disfrutes tranquilamente lo que puedas comer, iba a decir que de una forma moderada, pero es que “moderada” es una palabra que no me gusta nada porque me suena a restricción, pero sin querer el cuerpo te ayuda a ser moderado, porque cuando tú tienes prohibido, por ejemplo, comer una pizza (de las de siempre, que ahora las hay sanas) el día que la comes te comerías tres pizzas, pero cuando tú te permites comer pizza cuando te apetezca (sabiendo que no es lo mejor nutricionalmente), entonces descubres que no te apetece todos los días, ni a todas horas y que con dos trocitos te vale.

Lee también: Isasaweis nos da las claves para comer genial y no hacer dieta nunca más

De hecho, una de las cosas que apunta es que debemos dejar atrás el concepto de alimentos prohibidos, ¿no es así?

Es un poco efectivamente lo que os decía antes, es inherente al ser humano que lo que está prohibido parece que nos apetece el doble. Por ejemplo, a ti nunca te apetece comer un bollo de chocolate, pero basta que te pongas a dieta y que te digan expresamente que no puedes comer bollos de chocolate para que te apetezcan todo el rato.

En el momento en que dejan de prohibirte cosas y está en tu mano el elegir lo que puedes comer y saber que quieres sentirte bieny tener salud, ya sabes que debes alimentarte de una forma correcta, dar los nutrientes necesarios a tu cuerpo para tener energía, para poder afrontar el día a día, para tener un peso saludable para poder moverte o jugar con tus hijos… Tú sabes lo que debes hacer para comer así. Luego está en tu mano, obviamente, saber cuándo poder disfrutar de un postre o una comida no tan sana, o unas chuches en el cine… Ese día las disfrutas y ya. Ahí está un poco la clave: dejar de prohibirse cosas para el día que comemos algo no tan bueno no sentirse mal.

¿Cuáles son sus recomendaciones básicas para conseguir mejorar nuestra relación con la comida?

  • La primera: dejar de prohibirse cosas.
  • La segunda: dar a alimentación la importancia que tiene, es nuestra herramienta para tener en buen estado nuestro cuerpo. Leí una vez un ejemplo que me gustó mucho: si tú te compras un coche nuevo de alta gama maravilloso no vas a la gasolinera a echar el peor combustible sabiendo que probablemente lo destroce por dentro y arruiné el motor… Pues con la comida igual, ¿por qué le vas a dar chatarra al cuerpo que le ponga el colesterol y el azúcar por las nubes?

Lee también: Meriendas y cenas saludables: estos son los alimentos que deberías evitar

¿Qué opina de las tendencias nutricionales que se ponen de actualidad, como por ejemplo el ayuno intermitente?

Son realmente modas que suenan muy bien porque son motivadoras y porque al final nos cuentan cosas nuevas que parece que es lo que estamos deseando oír. Quien tiene la sensación de que ha probado todo y no le funciona nada, si sale algo nuevo es una motivación, pero son cosas que, normalmente, son insostenibles, que no se pueden mantener y que, sobre todo, no son flexibles. Tú puedes hacer el ayuno intermitente porque por tu estilo de vida te vaya bien, pero de repente se encuentra que su empresa organiza un desayuno de trabajo y no puedes tomar nada porque no puedes comer hasta las 18h. O cuando haces una dieta hiperproteica y vas a un cumpleaños y solo hay empanadas, tortillas.. y tú no puedes comer de nada. No es flexible y siempre tienes esa sensación de restricción y es algo no sostenible y adaptable a ninguna vida. Con el tiempo vas a terminar dejándolo, el fracaso está implícito.

Ahora que empieza el otoño, ¿cuáles son los alimentos que no pueden faltar en su cesta de la compra en esta temporada?

En la cesta de la compra nunca pueden faltar verduras, me da igual que sean de temporada o no, por ejemplo, siempre compro calabacín. Pero en otoño en mi casa lo que no pueden faltar, porque la recibimos por la puerta grande, son las sopas, nos encantan y hago muchísimas diferentes, no me reduzco a las tres sopas conocidas, hago muchísimas, voy inventando. De hecho, en este nuevo libro os recomiendo muy mucho la sección de sopas porque me han quedado unas alucinantes, muy ricas. Dejamos para el verano las sopas frías como el gazpacho, pero estamos deseando que llegue un poco el frío para para empezar otra vez con las sopas calientes.

Lee también: ¿Has decidido seguir una dieta vegetal? Estos son sus beneficios

© Javier Ocaña

El segundo pilar del que habla en el libro es el ejercicio, que explica que debe suponer un esfuerzo, pero no un sacrificio, ¿cómo lo conseguimos?

Hay que empezar por elegir un deporte que te guste. El ejercicio físico hay que hacerlo, sin pararse a dudar, igual que uno come todos los días o va a trabajar todos días y no se plantea “no, hoy no me apetece ir”. Tienes que pensar que el deporte es trabajar en tu salud y en tu cuerpo, hay que hacerlo todos los días un poquito, de lunes a viernes, tu horita o 45 minutos, luego el fin de semana descansas o te das un paseíto y poco más.

Y te lo tienes que poner fácil, elegir el mejor momento del día para ti y no ponerte palitos en la rueda, no digas "venga, paso por casa, me tomo un café y luego ya si eso voy al gimnasio”, porque la mitad de los días no irás. Así que cógete la mochila del gimnasio, la metes en tu coche y cuando salgas de trabajar pones el piloto automático, sin pensarlo, y tiras para el gimnasio. Yo digo muchas veces que hay que hacer el esfuerzo mínimo de vestirse con ropa de deporte e ir al gimnasio y si una vez que llegas no te apetece entrar, te das la vuelta, ¡pero ya que estás allí vas a entrar! Oye, a mí me ha funcionado hasta el día de hoy, solamente un día me di la vuelta porque me dije que realmente no quería ir.

Lee también: Vuelta al gimnasio: rompe con la pereza

Usted misma se ha declarado antigimnasios en alguna etapa de su vida, ¿en qué momento eso cambió?

Yo quería ir al gimnasio porque quería hacer ejercicio, pero no me gustaba nada, y fui, una, dos, tres veces y no me gustaba, lo dejaba, incluso engrosé la lista de esas personas que nos apuntamos al gimnasio y no lo pisamos en 10 meses.

Un día escuché a dos amigos hablar del deporte, de lo bien que le sentaba, lo fastidiado que estaba uno de ellos porque estaba lesionado y no podía hacer deporte, y yo les preguntaba “¿pero qué os da el deporte que yo no he conseguido encontrarlo?”. A raíz de ahí, y yo que soy bastante luchadora y no dejo de probar cosas, me dije "voy a volver a intentarlo y a ver qué pasa aquí con el deporte". Volví al gimnasio y corroboré que no me gustaba, pero me obligué a a ir. Ahora también hay muchas veces que no me apetece, no digo “qué guay voy a hacer deporte a las 7 de la mañana”, pero me esfuerzo en ir. Y lo hago porque recuerdo qué es lo que me hace volver cada día y lo que me a mi ha enganchado al deporte, y es cómo me siento después, lo bien que me viene, no solo físicamente sino también mentalmente.

De nuevo, nos encontramos con la importancia de fijar objetivos realistas, ¿fue ese uno de sus secretos para incorporar el ejercicio a su vida?

Yo sí que aconsejo fijarse objetivos realistas. Veo personas que no hacen nada de deporte y de repente quieren empezar a correr 10 km, pues ahí vas a fracasar porque no te va a ser posible y a los tres días, o al primero, vas a decir "esto no es para mí". Hay que empezar poco a poco. Y lo sigo haciendo porque si me propongo correr 10 km antes de salir de casa ya me da pereza. Así que me digo, voy a salir a correr dos o tres (que si luego es uno, no pasa nada), parece me voy sintiendo bien, vamos a hacer cuatro, y cuando llego pienso que mejor cinco que es un número más redondo, y cuando llego me digo que mejor seis que yo soy de pares… Y cuando me doy cuenta he corrido 10 o 12 km y eso que salí con cero.

En mi caso, lo que me enganchó al deporte fue cambiar la actividad. Yo empecé yendo al gimnasio y yo sola, me bajaba las típicas rutinas de Internet… Pero cuando realmente me empezó a gustar ir al gimnasio fue cuando empecé a apuntarme actividades de grupo. Yo trabajo sola las 24 horas del día y entonces pensé que no quería hacer deporte sola, sino tener amigos. El hecho de entrar con unos compañeros a una clase, la música, el entrenador… Siempre motiva más.

En relación a cambiar la vida, la tercera pata del libro, habla del arcoíris de la felicidad, ¿qué esconde este concepto?

Pues mira esto nació al revés, para esta tercera parte del libro me paré a pensar en mi plano personal. Yo ahora me siento más a gusto que nunca en mis zapatos, en mí mi forma de ver la vida, en cómo afronto las cosas, los problemas… En este estado de tranquilidad he aprendido a tomarme las cosas de otra manera y todo esto ha sido un proceso de muchas cosas. Empecé a pensar en qué áreas yo he trabajado para sentirme así hoy y me salieron 7 grupos, pensé en el arcoíris que tiene siete colores y que lo tenemos asociado a un momento bonito, de tranquilidad, y por eso lo llamé el arcoíris de la felicidad. Al final yo creo que la felicidad está en la tranquilidad, esto es algo que aprendes con la edad o, por lo menos, ha sido mi conclusión en estos casi 47 años.

¿Son las 7 zonas de ese arcoíris igualmente importantes, todas tienen el mismo peso?

Yo creo que cada uno debe responder esta pregunta a si mismo, quiero decir, hay personas que quizás son más independientes y quizás les aporten menos las relaciones personales

Para mí, la primera, la más importante, la de más peso es estar bien contigo mismo. Eres el pilar de tu vida. Si tú cuando estás a solas tienes malos pensamientos, no deseas el bien a los demás, no te alegras por éxito de los demás, haces cosas para molestar o para perjudicar a alguien… Todo esto está en tu conciencia, cuando te acuestas por la noche, tu juez más importante que eres tú, sabe quién eres en realidad y esto no puede hacer que seas una persona feliz, que tengas la conciencia tranquila y que vivas tranquilo. Me gusta mucho una frase que me enseñó mi abuelita de pequeña “no la hagas y no la temas”.

Después, a mí, por ejemplo, me aportan mucho las relaciones personales porque las personas que quiero, las personas de mi entorno, mi familia, mis amigos, me aportan muchas cosas buenas. Y me gusta conocer a gente nueva porque creo que de todo el mundo aprendo y todo el mundo me aporta. Pero hay otras personas que son más de sí mismas y de no compartir tanto. Quizás este pilar que para mí es muy importante para ellos lo es menos, pero sí creo que las siete áreas que os presento se deben trabajar.