A todos nos puede seducir en algún momento la idea de tener éxito en la vida. La explicación es bien sencilla, tal y como nos explica la doctora Angie Bru, médica y creadora de la academia Angie Bru: “Asociamos el éxito a la felicidad, y todos ansiamos una vida feliz, en la que nos sintamos realizados porque logramos las metas que nos proponemos. El ser humano busca la mejora continua por naturaleza y esto nos lleva a perseverar para conseguir resultados”.
Ahora bien, parece evidente que lo que para mí puede ser un éxito no lo es para otra persona... ¿qué es lo que entendemos realmente por éxito? “El éxito es algo realmente subjetivo y cada persona debe reflexionar internamente sobre lo que significa para uno mismo. Para mí, el éxito es ser capaz de vencer los miedos, salir de la zona de confort, empoderarse y cumplir con tu propósito de vida”, nos anticipa la experta, que pone un ejemplo muy cercano y personal para que lo entendamos mejor. “En mi situación actual, el mayor momento de éxito es cuando me siento a jugar con mi hijo de 2 años y puedo desconectar del mundo para solo establecer una conexión con él. Quizá porque con tantas ocupaciones no había logrado ese momento de plenitud que tanto anhelaba y ahora lo estoy consiguiendo. También amo ver la transformación en las personas. Poder ayudarles a descubrir su propio potencial y ver el cambio positivo en sus vidas me llena de felicidad”, nos detalla.
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¿Se puede realmente entrenar nuestra mente para el éxito?
Teniendo esto en cuenta, y partiendo de que el éxito es, sin duda, subjetivo, nos planteamos si es posible entrenar nuestra mente para el éxito. “La realidad es que nuestra mente se puede entrenar como cualquier otra parte del cuerpo. A mí me ha ayudado mucho el buscar expertos que me han dado un gran apoyo e impulso en cada una de las metas que me he propuesto a lo largo de mi vida”, comenta la experta, a la que le preguntamos qué consejos daría para conseguirlo.
“Recomiendo tomar un momento para pensar y analizar qué objetivos quieres alcanzar de forma realista. A partir de ahí, puedes establecer el plan de acción detallado que te va a llevar a conseguir pequeños objetivos en plazos determinados”, recomienda. Así, en su opinión, la clave es establecer hábitos y rutinas que te ayuden a lograr estos pequeños avances en tu día a día, gestionar tu tiempo de la forma más eficiente y evitar desviarte por los distractores que surgen a diario, aprendiendo a priorizar y eliminando todo lo que no aporte.
¿Es un proceso largo o depende de cada persona?
Tenemos que tener en cuenta algo importante: los grandes éxitos en la vida son una carrera de fondo, no llegan de la noche a la mañana, sino después de mucho perseverar, trabajar duro, fracasar y volver a intentarlo. “Eso es lo que va a marcar la diferencia: afrontar los obstáculos como oportunidades y no dejar nunca de aprender y mejorar. Pero lo bonito del camino es a la vez ser conscientes de que cada día está lleno de pequeños éxitos que también deben ser celebrados y disfrutados”, explica.
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Gestionar la frustración
Si no lo conseguimos, si esa meta se sigue viendo muy lejos, puede llegar la frustración, ¿qué hacemos para gestionarla? “El principal problema es cuando queremos la recompensa inmediata, de ahí la importancia de una buena planificación para gestionar las expectativas. Porque cuando establezcas tus objetivos y los desgloses en pequeños hitos que irás cumpliendo, ahí es cuando de verdad sentirás que avanzas”, nos explica.
Y añade que también es muy importante no ser demasiado duro contigo mismo. “Sobre todo hay que armarse de paciencia y entender que todos tenemos un ritmo de tiempo diferente. Lo importante es avanzar poco a poco en los objetivos. Hay personas que necesitan más tiempo y otras que necesitan menos tiempo, pero al final todos pueden llegar muy lejos. La diferencia la marcará el tener una disciplina constante y mantenerte enfocado en lo que quieres lograr y por qué lo quieres lograr”, nos comenta.
“Y si en algún momento pierdes la motivación, mi recomendación es visualizar tu éxito: imaginar cómo te sentirás cuando alcances tu meta te dará el empujón que necesitas para seguir adelante”, concluye.