ancianos felices

El secreto de las 'zonas azules', donde cumplir 100 años no es una excepción

Existen lugares del planeta donde sus habitantes son especialmente longevos y gozan, además, de una excelente calidad de vida. Viven más y mejor, ¿por qué?


Actualizado 5 de septiembre de 2023 - 17:12 CEST

Vivir 100 años y llevarlos con salud. ¿Un sueño? En algunos lugares del planeta no lo es. Hay determinadas zonas de la Tierra en las que sus habitantes son especialmente longevos, contándose un elevado número de centenarios, que disfrutan, además, de una buena salud o calidad de vida. Lugares en los que muchos ciudadanos llegan a soplar las 100 velas, territorios atípicos caracterizados por una población de una longevidad excepcional. Son las conocidas como 'zonas azules'.

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Dotadas de un ecosistema extraordinario, las 'zonas azules' tienen en común un modo de vida, una filosofía basada en cuatro factores principales: una alimentación sana y equilibrada, la práctica de una actividad física regular, una mejor gestión del estrés y una cultura de relaciones sociales. Concretamente, son cinco los sitios en los que esto sucede, que están en el punto de mira de muchos científicos y médicos que buscan su secreto para vivir tantos años. Hace tan solo unos días se ha estrenado un documental en Netflix, Vivir 100 años: Los secretos de las zonas azules, en el que se aborda el porqué de la longevidad en estas zonas.

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¿Cuáles son las cinco 'zonas azules'?

Tal y como explican desde el laboratorio español Ahora Health, el concepto de zonas azules surgió en el año 2006, cuando el explorador y escritor Dan Buettner publicó en la revista National Geographic el artículo Secrets of long life (secretos de una vida larga), que mostraba tres lugares del mundo donde la tasa de longevidad era más alta que en el resto y donde los índices de achaques asociados a la vejez eran de los más bajos del planeta: Nuoro (Cerdeña), Okinawa (Japón) y Loma Linda (California). Posteriormente, añadiría la Península de Nicoya (Costa Rica) e Icaria (Grecia), que compartían con las zonas anteriores algunos factores, como una vida activa, dieta equilibrada, buen descanso, niveles moderados de estrés, relaciones personales satisfactorias y un motivo por el que levantarse todas las mañanas.

Desde entonces, diferentes iniciativas tratan de replicar el modo de vida de los habitantes de las zonas azules en otros lugares del mundo preguntándose si este objetivo está a nuestro alcance.

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La influencia del estilo de vida

“La importancia de las 'zonas azules' es no solo que viven las personas más tiempo, sino que también viven bien, y gozando de buena salud física y mental. Es muy importante tener un estilo de vida en el que nos encontremos felices, está claro y lo sabemos que el estrés produce desgaste, que produce desequilibrios hormonales, nadie duda esto. El control del estrés viene unido la convivencia a la comunidad, es por ello no solo es la persona sino también las costumbres de la zona donde se vive”, nos comenta la farmacéutica Meritxell Martí cuando le preguntamos por estas zonas, en las que podemos encontrar, tal y como nos explica, características diferenciales muy concretas, que van desde la ceremonia del té en Japón a una costumbre tan nuestra como la siesta en el Mediterráneo.

La dieta, un factor fundamental

Lo que sí que podemos afirmar que está comprobado es que la dieta es un factor determinante para los habitantes de estas zonas del planeta. “Hay estudios que constatan que existen zonas en el mundo en las que la esperanza de vida es mayor, un hecho que se vincula, entre otros factores, con la dieta de los habitantes de esas zonas, como puede ser la isla de Okinawa, en Japón, o la isla de Cerdeña, en el Mediterráneo”, nos cuenta la doctora Marta Hermosín, especialista en Nutrición y Dermocosmética del Instituto de Dermatología Integral de Madrid. “La absorción de los nutrientes y su función a nivel orgánico y funcional es clave en la longevidad, pues es la responsable de evitar la oxidación, la función de los nutrientes como atrapadores de radicales libres, equilibrar el pH, reparar el daño tisular e, incluso, la función de los micronutrientes como antiinflamatorios en procesos donde interviene el sistema inmune como primera línea de defensa del organismo para evitar infecciones y patologías asociadas”, nos cuenta.

“Cabe destacar que, efectivamente, la esperanza de vida es más alta en Japón, pero la calidad de vida asociada a esta esperanza de vida es mayor en España. Se trata del concepto de salud no sólo como ausencia de enfermedad, sino de calidad de años vividos. Aquí entra el concepto de salud integral, donde la alimentación juega un papel fundamental”, apunta la doctora Hermosín.

Por eso, si tenemos en cuenta cómo es la dieta en estos países, deberíamos tomar nota y apostar también por una alimentación equilibrada, en la que se eviten los alimentos procesados, con un bajo contenido de alcohol, rica en frutas y verduras, y a ser posible de fácil acceso, que se convierta en una rutina y no algo excepcional. “Es imprescindible para una vejez saludable una dieta sana. Unido al mindfulness o relajación al alimentarse, comer despacio, masticar correctamente, sentado y tener el suficiente tiempo para hacerlo”, explica la farmacéutica.

“Sabemos también que todos los excesos son negativos para la salud, y si queremos tener una vida longeva deberíamos reducir el contenido calórico, pues está demostrado que las personas que comen menos viven más años. Hemos de evitar la inflamación crónica, que es el principio del envejecimiento y una de las maneras de hacerlo es con la dieta”, nos comenta la farmacéutica.

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© Adobe Stock

 

La dieta Okinawa

Una de las zonas más estudiadas es el archipiélago japonés de Okinawa, donde es bastante habitual encontrar habitantes centenarios que, además, han llegado a esa edad en un estado de salud óptimo: no tienen obesidad, muestran un aspecto juvenil, mucha energía y fuerza y, además, tienen una incidencia muy baja de enfermedades cardiovasculares y de cáncer hormonodependiente, como pueden ser los de mama, ovario, útero y próstata.

No es extraño que se haya estudiado durante años la forma de vida de estos lugareños y los del resto de 'zonas azules' y se sabe que existe una base genética que explica más o menos un 25% de su longevidad pero que el resto se debe a la dieta. De hecho, cuando emigran y dejan esos hábitos viven lo mismo que el resto y además tienen las mismas enfermedades. Por ese motivo, su forma de alimentarse ha sido analizada al detalle como elemento diferencial, la ya bautizada como dieta Okinawa

“Todo ello es debido una inteligente mezcla de comida sana, en pocas cantidades y de actividad física. La dieta Okinawa es un concepto de estilo de vida que va más allá de los alimentos”, nos explica la Dra. Olga Hernández, Licenciada en Medicina y Cirugía, Especialista en Medicina Estética y Antienvejecimiento y experta en Nutrición y Micronutrición de la Clínica Tufet en Barcelona. La doctora nos explica a grandes rasgos algunos principios de la dieta Okinawa:

  • Es variada.
  • Comen diariamente mucha variedad de vegetales, incluidas las algas marinas.
  • La proteína que más abunda es el pescado y marisco (poca carne).
  • Comen pocas cantidades.
  • Cocinan sencillo: vapor y wok.
  • Consumen mucho té.
  • Comen despacio.

“La dieta de los habitantes de Okinawa se basa en alimentos de origen vegetal, incluidas las algas, y su fuente básica de proteínas es de origen marino, comen abundante pescado y mariscos, pero lo más importante es que comen pequeñas cantidades y se mueven mucho. Y según estudios occidentales los factores que nos permiten vivir más años y mejor, es comer poco y moverse”, añade la doctora Hernández, quien nos da una clave que puede relacionar esta dieta y la nuestra: “Nuestra dieta es también muy saludable, el problema es que comemos raciones abundantes y nos movemos poco. Así podríamos hacer una dieta tipo Okinawa con nuestra dieta mediterránea, tomando raciones más pequeñas y moviéndonos más”.

“La dieta de los habitantes de la zona contiene como mínimo 400 g de vegetales diarios, normalmente cultivados en suelo volcánico rico en vitamina C (lo cual hace que los vegetales sean más ricos en vitamina C, este dato es importante porque algunos terrenos son pobres en minerales y eso hace que las frutas y las verduras no contentan tantos antioxidantes)”, añade por su parte María Real Capell, (@mariarealcapell), farmacéutica, nutricionista y psiconeuroinmunoendocrina.

"Lo importante de esta dieta no es sólo lo que comen sino cómo lo comen y cómo está cocinado. La actitud que tienen cuando se sientan a la mesa en cuanto a tranquilidad y ambiente", nos explica la doctora Mar Mira, médico estético, nutricionista y co-directora de la Clínica Mira+Cueto.

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Mantenerse activo

Mantenerse vital, activo, es otro aspecto fundamental, que no podemos perder de vista. “Hay que evitar el sedentarismo, es lógico pensar entonces que en las poblaciones en las que es agradable pasear, la población vivirá más años. La clave es que sean personas activas y felices. El ejercicio moderado sabemos que estimula el organismo, mejora el estado de ánimo. Pero un ejercicio exagerado puede del mismo modo producir estrés”, nos cuenta Meritxell Martí.

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¿No sufren enfermedades?

Evidentemente como en todas partes se pueden sufrir enfermedades, pero la propietaria de Farmacia Meritxell nos detalla que cuando hablamos de enfermedades crónicas o no transmisibles, en las 'zonas azules' se sufren menos. "Debemos tener también en cuenta, además, el componente genético. Las personas que viven más tiempo y están en las zonas azules, los lugareños, tienen arraigadas las costumbres a su vida y a su herencia”, comenta.

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¿Influye el clima?

Meritxell Martí nos explica que en las llamadas 'zonas azules', el clima, claro está, puede llegar a influir. “Un sitio en el que la temperatura sea agradable permite más cercanía con los demás, más cercanía con la naturaleza y el aire libre. Además, la dieta es mucho más moderada, los climas extremos provocan excesos alimenticios en muchos casos. Por ejemplo, sabemos que cuando pasamos frio sentimos más hambre, un clima benévolo aporta mayor facilidad de alimentos frescos de la tierra. Por lo que, aunque no es determinante, sí es otro de los factores importantes de las 'zonas azules'. Los climas extremos durante largo tiempo también pueden ocasionar estrés (viento o lluvias constantes)”, detalla la experta, que añade que la calidad del aire ambiental y evitar la contaminación es otro de los factores que van a influir en las 'zonas azules', esos lugares donde parece que sus habitantes guardan el elixir de la eterna juventud.