Los problemas de tiroides tienen múltiples manifestaciones clínicas. Quien los padece lo sabe, por las consecuencias (muchas veces incómodas) que pueden tener en su día a día. Así, pueden aparecer, entre otros, alteraciones en el peso, cansancio, palpitaciones, sensación de intolerancia al frío… Incluso la hiperhidrosis o sudor excesivo puede ser un problema asociado a los trastornos de dicha glándula, tal y como nos confirma el doctor Carles Zafon, Endocrinólogo y Coordinador del Área de Tiroides de la Sociedad Española de Endocrinología y Nutrición (SEEN). “Efectivamente, dentro de las múltiples causas de la hiperhidrosis se encuentran las enfermedades endocrinas y de ellas, el trastorno de la glándula tiroides es uno de los más frecuentes”, constata, apuntando que la sudoración excesiva es uno de los múltiples síntomas asociados al hipertiroidismo, es decir la secreción excesiva de hormonas tiroideas. Por lo tanto, son problemas que pueden estar vinculados, y que deben ser abordados por un especialista, pues, sin duda, afectan al día a día del paciente que los padece.
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¿Por qué aumenta la sudoración?
Le preguntamos al doctor especialista en Endocrinología y Nutrición cuáles son las causas que pueden estar detrás de que un paciente con un problema de tiroides padezca una sudoración excesiva. “El hipertiroidismo conlleva un aumento del funcionamiento de múltiples órganos y sistemas. La hiperhidrosis es debida a la estimulación excesiva del sistema nervioso simpático que controla, a su vez, las glándulas sudoríparas”, nos explica. Coincide la farmacéutica Mar Sieira, que añade además que “el hipertiroidismo lleva consigo una serie de efectos sobre la temperatura del organismo, producida por un aumento del metabolismo, traduciéndose en un aumento de la sudoración nocturna, manos húmedas y una intolerancia al calor”.
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Cómo actuar ante una hiperhidrosis relacionada con problemas de tiroides
Una vez que se confirma la causa, ¿qué debemos hacer ante un problema de hiperhidrosis secundaria por hipertiroidismo? Los expertos coinciden en que es fundamental tratar la causa, el problema que origina ese sudor excesivo (además de, posiblemente, otra sintomatología asociada). “Cuando la causa de la hiperhidrosis es el hipertiroidismo el tratamiento debe ir enfocado a controlar la secreción de hormonas tiroideas. De esta manera, una vez solucionada la enfermedad de base desaparecerá la sudoración excesiva. Por otro lado, existen tratamientos sintomáticos que pueden utilizarse mientras no se controla la enfermedad tiroidea. Estos tratamientos actúan frenando la actividad del sistema simpático, es el caso de los fármacos denominados betabloqueantes”, comenta el doctor Zafon. Si el funcionamiento de la glándula tiroides del paciente se estabiliza y se controla, todo parece indicar que la sudoración excesiva desaparecerá también.
Hay que proceder, por tanto, a la búsqueda de soluciones porque estamos ante un problema que puede condicionar la calidad de vida de quien lo padece. “La hiperhidrosis es una alteración que afecta de manera muy importante la calidad de vida de quien la padece, ocasionando un profundo malestar tanto a nivel personal como en las relaciones sociales. Además, en el caso del hipertiroidismo, el resto de los síntomas presentes en esta enfermedad se añaden a la sudoración excesiva dando lugar a un cuadro clínico profundamente molesto”, concluye el especialista de la SEEN.