La Agencia Española de Meteorología (AEMET) ha pronosticado para hoy la cuarta ola de calor que, probablemente, se prolongará hasta finales de semana. Dormir cuando sube tanto el mercurio puede convertirse en una pesadilla. Por ello, si carecemos de aire acondicionado o preferimos no ponerlo por la noche, tenemos que agudizar el ingenio para poder conciliar el sueño.
Según los expertos, nuestros hábitos influyen en el buen dormir. Es decir, todo aquello que hagamos durante el día puede tener una repercusión cuando nos acostamos. Y si no dormimos bien, nos afecta a la salud.
Los efectos de dormir mal por el calor “pueden ir más allá de la simple incomodidad y tener un impacto significativo en nuestra salud y bienestar”, asegura Vicente Javier Clemente Suárez, profesor titular y miembro del Grupo de Investigación en Psicofisiología Aplicada y del Centro de Excelencia en Salud, Deporte y Ciencias de la Vida de la Universidad Europea, quien advierte que “una privación del sueño afecta negativamente a nuestra función cognitiva y nuestro estado de ánimo”. Además, está asociada con un mayor riesgo de problemas cardiovasculares, como la hipertensión y enfermedades del corazón, así como también afecta al sistema inmunológico, debilitando nuestras defensas contra enfermedades.
Por este motivo, el profesor recomienda “mantener hábitos y rutinas durante las vacaciones” a la vez que propone una serie de medidas “simples pero efectivas” para combatir los efectos del calor nocturno en el sueño:
Ejercicio para estar más cansada
Si gastas energía durante el día estarás más cansado por la noche y lograrás conciliar el sueño con mayor facilidad. En verano, es recomendable realizar ejercicio físico durante las primeras horas de la mañana (entre las 7 y las 10) para no exponerse al sol en las horas más calurosas del día. No olvides beber agua durante el entrenamiento y a lo largo del día para evitar deshidratarte, recuerdan desde Emma y Durcal.
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Comida ligera para cenar
El proceso de digestión genera calor en el cuerpo, por lo que consumir comidas pesadas antes de acostarte puede aumentar la sensación de calor durante la noche. Optar por cenas ligeras y evitar alimentos picantes o ricos en grasas puede contribuir a un mejor descanso, ya que tu cuerpo no estará trabajando intensamente en la digestión mientras intentas dormir.
Ventila antes de dormir
Controla la entrada de luz solar durante las horas más calurosas del día, ayuda a prevenir el calentamiento excesivo de la habitación. Además, al abrir las ventanas por la noche, aprovechas la frescura del aire exterior para refrescar el ambiente interior. Asegúrate de tener una buena circulación de aire para maximizar este efecto.
Ducha tibia antes de dormir
Una ducha o baño con agua tibia puede reducir la temperatura corporal y eliminar el sudor acumulado. Esto proporciona una sensación de frescura y comodidad al acostarte, lo que puede facilitar el proceso de dormirse, especialmente en las noches calurosas. Eso sí, debe ser agua tibia, ya que permite que los vasos sanguíneos se dilaten y expulsen calor y, además, facilita las fases nocturnas del reloj circadiano, quien mide y regula el sueño. Al contrario de lo que podemos pensar, no es recomendable que el agua esté muy fría porque, de esta forma, nuestro cuerpo reaccionará generando más calor.
Ropa cómoda y tejidos naturales
Utiliza pijamas y sábanas hechos de materiales transpirables para ayudar a regular la temperatura corporal. Optar por telas naturales y transpirables, como el algodón o el lino, facilita la regulación de la temperatura del cuerpo al permitir que el calor y la humedad se evaporen. Esto previene la sudoración excesiva y la sensación pegajosa que puede dificultar conciliar el sueño en noches calurosas.
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Evita bebidas alcohólicas o excitantes
Podemos pensar que tomar una copa de vino antes de acostarnos nos ayudará a dormir mejor. Sin embargo, ocurre todo lo contrario. Las bebidas alcohólicas o las excitantes harán que nos despertamos con frecuencia y, por ser estimulantes, conciliar el sueño será casi imposible. Lo ideal es que consumas agua o infusiones frías relajantes
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Desconecta cualquier dispositivo electrónico
Generan calor mientras están en funcionamiento, lo que puede aumentar la temperatura de la habitación. Desconectarlos no solo ayuda a mantener la habitación más fresca, sino que también puede contribuir a un ambiente propicio para el descanso, ya que la luz azul emitida por las pantallas puede interferir con la calidad del sueño.
Refresca tu habitación sin aire acondicionado
Si usas ventilador, coloca una bolsa de hielo o una botella congelada frente al ventilador para ayudar a enfriar el aire que circula por el dormitorio. Esta técnica simple y económica puede proporcionar un alivio refrescante en las noches cálidas, en especial, en las zonas más secas. También puedes colgar una toalla empapada en la ventana o colocarte una toalla pequeña húmeda en la frente.