Si te pedimos que nos nombres uno de los beneficios que aporta la práctica de una disciplina como el yoga, seguro que entre los primeros que te vienen a la mente está el hecho de que te ayuda a estirar. Es, sin duda, una de sus ventajas más reconocidas. De hecho, tal y como nos confirma Sara García (@sarayoga.journey), Profesora de Vinyasa Yoga, muchas personas comienzan a practicar yoga precisamente para estirar su cuerpo tras largas jornadas de estudio o de trabajo.
“Dedicar unos minutos cada día a estirar nuestro cuerpo no solo nos permite ganar flexibilidad, sino también nos permite mejorar nuestra postura corporal a lo largo del tiempo”, nos explica la experta, que añade que prácticamente todas las posturas de yoga nos ayudan a estirar el cuerpo. Pero ha seleccionado tres en concreto que nos son muy útiles si queremos conseguir este objetivo.
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'Anjaneyasana'
- Esta postura tan completa nos ayuda a estirar los flexores de cadera, el cuádriceps, el psoas, los brazos y los tobillos. Al mismo tiempo, se trata de una extensión de columna, lo que nos ayuda también a abrir el pecho, ganando así fuerza y flexibilidad en la espalda.
- Existen diferentes variantes de la postura, por ejemplo, en la colocación de los brazos. Esto no resulta tan importante como encontrar la comodidad en el tren inferior del cuerpo. La experta nos cuenta que, aparte de ayudarnos a estirar, otro de sus importantes beneficios es que puede ayudar a aliviar tensiones acumuladas en la zona lumbar.
- Lo ideal es entrar en la postura sin demasiado esfuerzo al principio, para así profundizar en la postura a medida que aumenten el número de respiraciones manteniendo la postura.
- A la vez que mantenemos nuestras caderas paralelas mirando hacia delante, el ombligo lo mantendremos activo durante la postura, lo que nos ayudará a evitar colapsar el peso hacia delante y proteger nuestra columna vertebral.
- Si es la primera vez que realizas esta postura, primero asegúrate de que ambas rodillas van a estar cómodas manteniendo la postura durante unas 20 respiraciones.
- En caso de que cuentes con alguna lesión, modifica la postura para evitar dolor.
- En caso de no poder apoyar la rodilla de la pierna de atrás sobre la esterilla por molestia, te recomiendo poner un cojín o una superficie blanda para evitar que esta postura le cause molestia a tu rodilla.
- Si incluso con el apoyo de la superficie blanda esta postura causa molestia a la rodilla, sal con cuidado de la postura y busca practicar otra postura de yoga que no involucre tanto a tu rodilla.
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Estiramiento lateral
“Con muchas posturas de yoga puedes realizar un buen estiramiento lateral. Hoy te proponemos un estiramiento lateral desde la postura de la plancha lateral en variación, con una de las rodillas apoyada sobre la esterilla. Recuerda que puedes apoyar tu rodilla sobre una superficie más blanda que la esterilla, como por ejemplo un bolster o un cojín, si sobre la esterilla te causa algún tipo de molestia”, nos cuenta
- Tras colocar las piernas como base, apoyaremos la misma mano de la rodilla que está doblada en la esterilla, y el mismo brazo de la pierna que está estirada, lo llevaremos estirado hacia arriba.
- Es bastante común cerrar el cuerpo, cuando lo que en realidad buscamos es crear más espacio entre nuestras vértebras, alargar nuestro costado y por lo tanto, abrir el pecho en la medida que nos sea posible, en vez de cerrarlo.
- Relajar los músculos de la cara ayuda a relajar la postura completa, ya que cualquier tipo de tensión en la cara, por ejemplo, en la mandíbula, se verá reflejada en nuestro cuerpo.
- Puedes mantener esta postura de 15 a 20 respiraciones. Recuerda siempre realizar el estiramiento hacia el otro lado.
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Postura de la sirena
- En este caso, la experta nos detalla que se trata de una postura de nivel medio, ya que requiere de flexibilidad de cadera y de espalda. No se recomienda realizar esta postura sin haber realizado un calentamiento previo con otros ejercicios que favorezcan la apertura de cadera, hombros y, sobre todo, espalda.
- Para hacer la postura completa comenzamos desde la postura de la paloma, con una pierna doblada llevando nuestro talón hacia la pelvis, y la otra pierna estirada hacia atrás.
- Un truco para saber si estás realizando correctamente la postura de paloma con las caderas paralelas al suelo, es mirar que el empeine del pie de atrás esté apoyado recto y no torcido.
- Una de las modificaciones que se pueden realizar para quienes están trabajando su flexibilidad, es la de colocar un bloque de yoga debajo del glúteo que está levantado del suelo, lo que hará de soporte para poder mantener la postura de manera más cómoda y las caderas paralelas a la esterilla.
- Si estamos cómodos en la postura de la paloma, manteniendo nuestro cuello relajado buscaremos flexionar la pierna de atrás, llevando el pie hacia arriba. Al mismo tiempo, nuestros brazos se flexionarán hacia atrás, hasta entrelazar nuestras manos. Esto abrirá nuestro pecho.
- El pie de la pierna que tenemos doblada queda a la altura del codo del brazo que se encuentra más bajo, por lo que descansaremos aquí nuestro pie.
- Esta postura estira los músculos de los glúteos, abre el pecho, mejora la flexibilidad en la columna, en las caderas y en los hombros.
- Recuerda realizar el estiramiento hacia el otro lado. Por lo general, un lado del cuerpo es más flexible que el otro, por lo que no te asombres si con un lado puedes mantener la postura sin problema, y con el otro necesitas hacer uso de un cinturón de yoga para poder entrelazar tus manos.