Vivir en una gran ciudad en verano es sinónimo de llenar la agenda de eventos: desde festivales de música o fiestas de barrios, pasando por museos al aire libre hasta llegar a cine de verano. Vivir, en cambio, en un pueblo pequeño también significa disfrutar de las festividades que lo honran, moverse a terreno vecino, planificar viajes de fin de semana o, si vives junto a la costa, disfrutar de las jornadas bajo el sol y terminar el día cenando en el chiringuito mientras se divisa el atardecer. Dicen que la temporada estival está para disfrutarla, pero no siempre podemos hacerlo. Las vacaciones suman 22 días laborables al año, y otras fechas, como las navidades, se antojan como pretendientas para agendarles unos días libres.
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-La diferencia entre decirse "tengo que" o "quiero"
Puede que seas de los que estos meses de calor tienen que trabajar más de lo que les gustaría, de los que prefieren reservar sus vacaciones para septiembre o, simplemente, de los que lo pasan mal viendo cómo otras personas hacen planes mientras tú no puedes cumplir todas las tareas de tu agenda ni unirte a ellos (incluso aunque no te apetezca, el hecho de ver a otros disfrutar o saber que en ese momento se está desarrollando un plan mientras tú estás en casa ya te incita a ir). Si eres del último grupo, y sientes que quieres estar en todo, te anunciamos que tienes FOMO, o lo que es lo mismo, las siglas que designan el fenómeno apodado por la generacion Z, "fear of missing out", traducido como el "miedo a perderse algo".
Lo habrás escuchado ya en muchas conversaciones, y yo mientras escribo estas líneas en un día de sol lo estoy sintiendo. El FOMO designa a ese deseo constante de querer estar en todo, incluso, al mismo tiempo y hasta en eventos a los que jamás habría querido ir si no fuera porque ves a gente allí. Y las redes sociales, desde luego, tienen parte de culpa. Cuando en Instagram vemos las fotografías de lo que nuestros amigos están haciendo con su vida, resulta difícil pensar que no falta algo en la nuestra. Sucede, incluso, cuando sabemos que el trampantojo existe y que la imagen que acaban de publicar no pertenece al día en el que la vemos. ¿Tiene sentido? Si recurrimos a la psicología para explicarlo, sí. El FOMO guarda parte de razón en nuestro sentido de pertenencia, porque al ver que otros están haciendo planes, nosotros sentimos que queremos ser parte activa de ellos para integrarnos y no quedarnos excluidos del grupo, o lo que se supone que deberíamos hacer como parte de un círculo social.
-¿Qué efectos psicológicos tiene el verano en nosotros?
Cómo combatir el FOMO
Tenemos miedo a no estar siempre o saltarnos planes, pero lo podemos combatir. Hay varias pautas a seguir para hacerlo, y la primera, como siempre, consiste en aceptar tus emociones y saber que lo que te está pasando es cuestión de autoestima y ansiedad. Después, estaría bien que mientras haces tus tareas o practicas tus hobbies, desconectes de las redes sociales. Sé consciente de cómo te afectan a nivel emocional, convéncete de que no todo lo que vemos en ellas es real, y aprende a disfrutar el momento presente. Puede que uno de sus amigos esté de vacaciones en Maldivas, pero igual el resto del año no sale de la oficina. Recuerda que en estas plataformas enseñamos solo lo que queremos que los demás sepan de nosotros, no realmente lo que somos. Siempre hay momentos malos, y esos no suelen ser los que publicamos.
-Los beneficios de desconectar de las redes sociales
Es importante que también seas grato contigo mismo y sepas valorar cada una de las actividades y momentos que pasan por tu vida. Tenemos muchísimas razones por las que sentirnos agradecidos, así que piensa en ellas, analízalas, siente el calor de quiénes te rodean de verdad, cultiva la positividad y aprecia el carpe diem. Sí, aprovecha el momento. Nunca vuelve el mismo minuto a nuestra vida, y ningún segundo es igual a otro.
-¿En qué consiste la positividad tóxica en psicología y por qué es tan dañina?
Siguiendo esta estela de ser agradecido, deberás explicar a tu entorno lo que te sucede, para que no insistan en que te unas a demasiados planes y te sientas mal por no querer o poder hacerlos. Del mismo modo, resulta fundamental que dediques un tiempo a realizar actividades que te gustan. Es decir, puede que tu FOMO guarde parte de razón en que como no practicas lo que te gusta con frecuencia, busques la compañía de otros para hacerlo. Intenta reservar unas horas a la semana para ti, y llénalas con lo que realmente disfrutas. Aunque sea descansar: verás como todo mejora. El autocuidado es uno de los requisitos más necesarios para alcanzar una salud mental óptima.