Si eres miope sabes muy bien las complicaciones que este problema visual -el más habitual, de hecho, entre la población entre 18 y 24 años y que afecta al total del 39% de la población, según la última edición del Estudio de la Visión realizado por Clínica Baviera- puede causarte en tu día a día. Algo que no hace sino confirmar una investigación realizada por la Clínica en colaboración con la Universidad Complutense de Madrid (UCM), que ha permitido comprobar cómo las personas con miopía pueden sufrir una sobrecarga cognitiva a la hora de identificar determinados objetos o textos, lo que les puede generar consecuencias, entre las que se encuentran las siguientes:
- Frustración.
- Enfado.
- Falta de atención.
- Incluso puede derivar en un aumento de la frecuencia cardíaca.
- Al margen, las personas miopes se sienten más limitadas a la hora de conducir, en sus momentos de ocio, en el trabajo o al estudiar.
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Así reacciona tu cerebro
Volviendo al estudio, los expertos de Clínica Baviera ha analizado las respuestas que se producen en el cerebro de una persona con visión borrosa, principal característica de la miopía. Por ello, junto al laboratorio de neuromarketing NeuroLabCenter, de la Facultad de Ciencias de la Información de la UCM, han dado a conocer los resultados del estudio Análisis del esfuerzo neurocognitivo de la visión borrosa en miopía. “Las personas que tienen este defecto visual ven borrosos los objetos lejanos y pueden necesitar entornar los ojos para verlos, acercarse a ellos, además de generarles fatiga visual, dolores de cabeza o migraña”, subraya la doctora Clara Martín, oftalmóloga de Clínica Baviera. Por estos motivos, el análisis realizado ha tenido como objetivo ver qué implica ese sobreesfuerzo que tienen que hacer en el sistema neurocoginitivo.
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Principales resultados
“Hemos podido comprobar qué sucede a nivel cognitivo en nuestro cerebro cuando vemos de forma borrosa como los miopes. Para ello, hemos empleado determinadas herramientas como el eye-tracking con la que hemos evaluado, entre otras variables, la atención. También hemos analizado emociones como el enfado o la alegría a través de la medición de las expresiones faciales. Con la herramienta GSR, que mide la respuesta dermoeléctrica, hemos evaluado la excitación y la frecuencia cardíaca. Y, por último, con la asimetría prefrontal, vemos el grado de rechazo o aceptación”, cuenta con detalle Luz Martínez, subdirectora del laboratorio de la UCM y coordinadora de la investigación.
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Pérdida de interés y de atención
Uno de los problemas llega, además, cuando, a la hora de leer letras, la persona pierde interés por aquello que no puede identificar. Esto hace que desvíe su atención cuando estas están borrosas, ya que experimenta un esfuerzo emocional negativo y siente frustración ante la dificultad, incluso una menor atracción y motivación, lo que le puede llevar a enfado y confusión. “Esto podría dar lugar a que se pierda información importante y valiosa de su entorno y podría ayudarnos a explicar por qué hay casos en los que la miopía se asocia al fracaso escolar. Los niños y adolescentes que empiezan a manifestar problemas visuales de este tipo, sienten a menudo dificultades para prestar atención en clase, se frustran, tienen más problemas para continuar su aprendizaje…y suele pasar, incluso, que se confunda con otras causas no relacionadas con la visión”, apunta la doctora Clara Martín.
Hay más consecuencias: se puede observar que ante estas imágenes borrosas en las que hay que identificar letras, se frunce más el ceño y se aprietan más los labios, hasta el doble que con las imágenes nítidas, y hay incluso un incremento de la frecuencia cardíaca.
En el otro extremo, ante una imagen nítida, la reacción cambia. “Vemos cómo hay una mayor manifestación de alegría, una mayor atención y apertura de ojos, la atracción por ella es hasta tres veces mayor en la imagen bien enfocada”, resalta la profesora Martínez.
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Soluciones a la miopía
Si tenemos todo esto en cuenta, no es extraño que sea importante plantearse soluciones para este problema visual, con el objetivo de mejorar todas estas situaciones y, por extensión, la calidad de vida. La solución más inmediata es el uso de gafas y de lentillas adaptadas a nuestra situación. Pero otra de las soluciones a la miopía es la cirugía refractiva, que permite al paciente desarrollar su vida normal sin la necesidad de usarlas y sin necesidad de verse limitado en determinadas situaciones. “Con la cirugía refractiva ayudamos a las personas con miopía a mejorar su vida diaria, las libramos del sobreesfuerzo que supone ver borroso y de las dificultades que todo esto conlleva, según hemos comprobado en nuestro análisis”, concluye.