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La hipófisis es una glándula alojada en la cavidad craneal y en relación íntima con el cerebro a través de la región hipotalámica, que formando parte del sistema endocrinológico se encarga de la secreción de diferentes hormonas, tales como la hormona tiroidea o la hormona del crecimiento.
Así, "los adenomas hipofisarios son tumores, normalmente de carácter benigno, que nacen de esta glándula", nos indica el Dr. Jesús Merino, neurocirujano del Hospital Vithas Castellón.
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Tumor con escasa incidencia
Actualmente, en España, los adenomas hipofisarios constituyen entre el 10 y el 15 % de las neoplasias intracraneales, con una incidencia anual aproximada de 25 casos por millón de habitantes.
Este tipo de tumor, cuando crece, puede afectar a los nervios ópticos y alterar de este modo los campos visuales provocando dolor de cabeza.
Asimismo, "en función de si hay una línea hormonal alterada, dan efectos sobre el sistema endocrino, por ejemplo, los prolactinomas (tumores que aumentan la prolactina, provocan habitualmente esterilidaden la mujer (motivo de consulta en consultas de ginecología), o los tumores que aumenta la hormona de crecimiento y dan síntomas de gigantismo en niños", indica el experto en neurocirugía.
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Causas del adenoma de hipófisis
En cuanto a las causas de los adenomas de hipófisis, la mayoría de los casos no tienen una causa conocida, aunque la investigación en este campo continúa. Solo se ha identificado con certeza una predisposición genética en el llamado Síndrome de Neoplasia Endocrina Múltiple Tipo 1 (MEN-1), que está relacionado con una alteración del cromosoma número 11. Sin embargo, "estos casos son raros", señala el Dr. Merino.
En cuanto al diagnóstico, se detectan mediante la resonancia magnética, pero pueden precisar de otros estudios como el TAC. Los estudios de niveles hormonales y de función visual también son necesarios para la categorización de estos tumores.
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¿Tiene alguna relación con el cáncer?
Afortunadamente, existen casos excepcionales de adenomas de hipófisis con características agresivas y/o malignas. Los tumores malignos de la región selar tienen un comportamiento mucho más rápido y con peor pronóstico en cuanto a la calidad y esperanza de vida.
Tratamiento
"Entre las opciones se encuentra el tratamiento quirúrgico, antiguamente se hacían abordajes a través del tabique nasal o por la encía superior asistido con microscopio. Actualmente, los operamos por vía endoscópica a través de las fosas nasales, lo cual ha demostrado beneficios en varios aspectos", nos explica el Dr. Pedro González Vargas, neurocirujano del Hospital Vithas Vigo.
Si el tumor fuera un productor de prolactina se trataría con medicamentos con respuestas muy favorables. En algunos casos se puede vigilar radiológicamente el tumor hipofisario.
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Pronóstico del adenoma de hipófisis
"En la mayoría de los casos el pronóstico es bueno, son tumores benignos que producen síntomas por la compresión a estructuras adyacentes como son la propia glándula hipófisis, los nervios ópticos, las arterias carótidas, entre otros. Al intervenirse pueden recuperar una funcionalidad normal", indica el Dr. Pedro González.
"La mayor parte de los tumores y sus síntomas se llegan a controlar, ya sea por controles médicos y tratamiento adecuado y supervisado por especialistas o porque puedan requerir cirugía para extraerlos", agrega por su parte el Dr. Merino.
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¿Cuáles son las recomendaciones y cuidados posteriores al tratamiento?
Inicialmente, el paciente llevará un taponamiento nasal que se mantendrá por 48-72 horas, luego debe realizarse lavados nasales continuos para limpiar restos de sangre y costras que tiene en la cavidad nasal
Generalmente, debe estar con precauciones y cuidados de la región nasal durante un mes.
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¿Qué avances se han realizado en esta enfermedad?
Se están mejorando y progresando en las técnicas y abordajes endoscópicos a la región hipofisaria y cada vez somos más capaces de llegar a sitios más recónditos por la nariz.
Recientemente, "se han actualizado las clasificaciones patológicas de los tumores de la región hipofisaria lo cual permite diferenciar unos de otros y plantear tratamientos alternativos más específicos", concluye el Dr. Pedro González.
