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Estos 11 consejos te serán muy útiles para tratar con personas difíciles

Hay personas con las que es complicada la relación o la convivencia, por lo que es importante saber cómo gestionar esta situación


Actualizado 26 de junio de 2023 - 10:28 CEST

Lo primero que tenemos que tratar de hacer es definir qué es lo que podemos llamar una persona difícil. En opinión de Pilar Guerra Escudero, psicóloga clínica y coach ejecutivo, es alguien que cursa con múltiples rarezas: dificultad en el trato, poca gestión emocional y carácter enrarecido. “Como personas difíciles todos tenemos algún rasgo que pertenece a lo que llamamos defectos o áreas de mejora. En algún momento podemos ser impulsivos, incoherentes, intensos, no saber gestionar la ira o tener fases ligeramente bipolares. Sin embargo, cuando se dan todas y cada una de estas características e incluso alguna más estamos hablando de personas difíciles y, por lo tanto, complicadas de convivir”, nos cuenta la experta, a quien le hemos preguntado cuáles pueden ser los consejos que nos ayuden a tratar con este tipo de personas.

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Evitar vivir situaciones incómodas

“A lo largo de nuestra existencia nos encontramos en nuestro camino con algún amigo, pareja, hermano, jefe o padres con personalidad irascible y violenta. Estas personas suelen ser provocadores de discusiones y de situaciones incómodas. Lo que más esfuerzo supone es evitar este conflicto, ya que son individuos con dificultad para hacerse cargo de este carácter suyo”, nos comenta la psicóloga, que añade que las personas difíciles suelen tener pensamientos o ideas extremas e irracionales.

“Al estar en contacto con estas personas y observar su modus operandi nos alertamos y utilizamos el miedo como mecanismo defensivo, ya que el estar programados la mayoría de nosotros para vivir en un mundo de estabilidad y serenidad, esta situación es fuera de tono nos producen altas dosis de cortisol y necesitamos ponerlas fin”, nos dice. Y nos resume, a continuación, una serie de consejos útiles para intentar sobrellevar el trato con estas personas.

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  • Comunicación no violenta. Estar entrenados en comunicación no violenta para identificar si la persona difícil utiliza comunicación violenta para relacionarse con los demás es una herramienta eficaz.
  • La escucha activa también es una buena forma para hacer frente a estas personas difíciles de tratar. Escuchar de manera activa tiene que ver con no escuchar para contestarles, sino escucharles para intentar entenderles. Detrás de sus formas inadecuadas hay o puede haber algún mensaje con lógica, por lo que si no tenemos más remedio que tratar con alguien difícil, será mejor que nos centremos en él contenido de su mensaje y no en la forma con que lo dice.
  • La personalización. “El grito es de quien lo emite y no de quien lo escucha”. A menudo ante alguien con carácter complicado hacemos nuestras sus opiniones, de tal manera que personalizamos lo que hace o dice, es decir, lo hacemos personal nuestro. Lo que una persona dice son sus opiniones, pero en ningún caso son sus hechos, por lo que engancharse con lo que piensa no tiene ningún fundamento para nosotros. Mantener la calma ante una situación de alta carga emocional hará que no nos mimeticemos con el difícil.
  • Diferencia entre ser y hacer. Omitir juicios hacia su hacer y no hacia su ser es otra herramienta. Ante personas que provocan situaciones difíciles tendemos mucho utilizar frases como: “es un agresor” por ejemplo; en vez de decir: “está siendo agresivo”. Esto hace que opinemos sobre su ser y lo veamos como un todo difícil de modificar. Si observamos de manera prioritaria su hacer, seguramente veamos la situación de una manera menos densa y no dramaticemos lo acontecido.
  • Rodearse de personas funcionales. Buscar un botiquín de ayuda social es un buen antídoto para no sentirse solo ante estas personas complicadas. Generalmente, estas personas difíciles tienen alta carga de conductas de manipulación y esto hace que en muchas ocasiones nos dejen en duda o disonancia frente a lo que debemos de hacer cuando estamos en su compañía. Rodearse de personas funcionales para comentar acerca de las personas complicadas sirve para no perder nuestras referencias.
  • ¿Qué te entiendan? No siempre es posible. La mayoría de las personas difíciles no tienen una buena capacidad de comprensión, por lo que en muchas situaciones es imposible pretender que cambien de opinión ya que no saben escuchar. Empecinarse en hacerles entrar en razón es un objetivo perdido, por lo que es aconsejable hacer retirada de atención con el fin de no reforzarles positivamente su conducta inadecuada y de esta manera extinguirle la intención de seguir siendo un disfuncional con nosotros.
  • Identificar su manipulación. Devolver con lo mismo que te hace a ti la persona difícil te posiciona en el mismo lugar de incoherencia con el que ésta se comporta. Estas personas se alimentan de la reacción de las otras personas, ya que necesitan suministro o chivos expiatorios donde canalizar sus frustraciones. Mantenernos posicionados en nuestro foco se convierte en un repelente para ellos.
  • Cuidado con responsabilizarte y culparte de sus actos. Evitar decir “lo siento” asumiendo tu responsabilidad cuando no es tuya. La persona difícil tiende a transferir la culpa, es decir, para hacerte responsable de sus reacciones cuando la única responsable de estas salidas de tono es ella misma. Nuestra firmeza hará que no parezcamos victimistas, pero sí víctimas de una persona inadecuada que hace cosas inadecuadas.

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  • El arte de hacer difícil lo sencillo. Estas personas difíciles tienen el don de hacer difícil lo sencillo, por lo que detrás de lo que muestra puede haber un mundo de fantasmas y sombras hasta llegar a la psicopatología. "No olvidemos que psicólogos somos los que hemos estudiado psicología, por lo que al lidiar con este tipo de personas es mejor dejar a un lado el intentar ser un profesional de la mente y tener la intención de cambiarle y remodelarle. Más que dejarnos la piel en descubrir lo que le pasa, es infinitamente más sencillo darnos cuenta de que lo que le les pasa es difícil de descubrir, por lo que una distancia emocional con ellos es una buena forma de elegir seguir teniendo serenidad para nosotros", matiza.
  • Tener la certeza de que estamos tratando con alguien inestable. Estas personas pueden cursar con trastornos afectivos y de carácter por lo que el trato es difícil. Sin embargo, para no adoptar una posición sumisa, ya que ellos cursan con dominancia, hay que saber emplear las habilidades sociales, en este caso la asertividad, no evitando conversaciones, pero sí haciendo declaraciones en donde quede constancia de que su comportamiento es inadecuado y de que se aleja muy mucho de una conducta que ni tan siquiera roza el insuficiente, sino que puntúa con el muy deficiente.
  • Diferenciar entre persona difícil y persona violenta. Las personas difíciles pueden cursar con varios grados. Es fácil confundir a una persona complicada de lo que es un agresor o agresora. Hay una línea muy fina entre conductas que provocan contrariedad en nosotros versus las que provocan agresiones morales, psicológicas y físicas. La línea fina es saber identificar el abuso y no justificar bajo ningún concepto aquellas conductas de los demás que nos provocan ansiedad depresión e incluso trauma. Estar informado sobre el acoso a niveles de familia, pareja, amistad, laboral y académico es un buen antídoto para discernir entre lo que tenemos que normalizar y entender, y lo que debemos de denunciar.

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