Partimos de que nos encontramos ante un nutriente fundamental para el buen funcionamiento del organismo. Tal y como nos comenta la especialista en nutrición y dietética María del Mar Silva Rivera, miembro de Top Doctors, la vitamina C participa en procesos importantes, como pueden ser la cicatrización de las heridas, es antioxidante, mejora la función inmunitaria, facilita la absorción del hierro... “Es una vitamina fundamental”, nos dice.
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Causas que pueden motivar un déficit de vitamina C
Tal y como nos cuenta la experta, la primera causa que puede motivar un déficit de esta vitamina es nutricional, es decir, no consumir suficiente vitamina C en nuestra dieta. “Hay que tener en cuenta que la vitamina C es una vitamina termolábil, es decir, que se destruye con el calor. Por eso, si comemos alimentos, como por ejemplo hortalizas o frutas, que estén siempre cocinados, lo que va a producir es una disminución en la presencia de vitamina C y por tanto, una disminución de la absorción”, matiza la experta.
También nos explica que podemos tener unas necesidades aumentadas de esta vitamina, como por ejemplo cuando tenemos una enfermedad en la que hay activación del sistema inmune y aparece fiebre, así como en trastornos inflamatorios. También, por ejemplo, aquellas personas que tienen problemas digestivos con diarrea suelen tener suelen tener problemas en la absorción de vitamina C, también cuando tenemos hipoclorhidria en el estómago, es decir, niveles bajos de ácido clorhídrico, porque se absorbe mucho menos, cuando fumamos, cuando hay hipertiroidismo, deficiencia de proteínas o de hierro, cuando hay estrés, por frío o por calor, o por quemaduras... “Entonces ahí hay una necesidad aumentada de vitamina C y puede ser que consumamos las reservas que tenemos de vitamina en el organismo y haya necesidad de aumentar el consumo. O incluso de suplementar”, nos detalla la especialista.
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Suplementar ¿sí o no?
La doctora es clara al respecto: no se debe suplementar porque sí. “Normalmente, una ensalada o una naranja tienen muchísima más vitamina C que un suplemento vitamínico. Pero a veces podemos tener unas necesidades aumentadas que hagan necesario el uso de suplementos. Eso lo tiene que determinar siempre un médico, un nutricionista, un farmacéutico que, con la información adecuada, pueda valorar la necesidad de que esa persona tome vitamina C en suplemento”, nos detalla.
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Síntomas de una carencia de vitamina C
Podemos encontrarnos con que con que hay deficiencia de vitamina C y eso genera una enfermedad que se llama escorbuto. Al participar en la formación de tejidos conectivos, pueden aparecer problemas en la cicatrización de heridas, se puede producir inflamación de las encías... “Eso es muy característico del escorbuto, de tal manera que se pueden incluso llegar a perder piezas dentales”, nos explica la doctora.
Podemos tener también unas bajadas de actividad de nuestro sistema inmune. Nos acatarramos y nos enfermamos con más facilidad o podemos tener déficit de hierro. Entonces se pueden producir debilidad en los capilares y que nos salgan moratones con facilidad, e incluso hemorragias. “Es interesante porque en el caso de los niños provocaría lesiones óseas y que no crecieran sus huesos lo suficiente. Se produce debilidad de los huesos, tanto en niños como en adultos, . Y pueden aparecer dolores musculares y de articulaciones”, nos cuenta, y matiza que, al principio, se pueden notar, sobre todo, bajones en el sistema inmune y notar que nos acatarrarnos con mucha facilidad. “Suele ser lo que nos indica que a lo mejor andamos un poco cortos de vitamina C, especialmente después de haber pasado algún proceso infeccioso”, detalla.
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Conseguir la dosis adecuada de vitamina C
La doctora nos explica que la mejor forma de conseguir la dosis adecuada de vitamina C es comer alimentos ricos en vitamina C. Y se puede ser crudos, mejor. Las fuentes dietéticas de vitamina C son todas las frutas, especialmente los cítricos, los tomates, los pimientos, el brócoli también tiene un montón de vitamina C.
Nos menciona el caso concreto de las patatas, que también tienen mucha vitamina C, pero es cierto que hay que cocinarlas, porque la patata no se puede comer cruda debido a la presencia de antinutrientes. “Así que la patata, aunque son una fuente dietética probable de vitamina C, no se suele considerar dentro de una dieta como realmente fuente de vitamina C, debido al tratamiento de calor que se le que se le tiene que hacer”, matiza.
Cómo actuar si tenemos déficit de esta vitamina
La doctora nos aclara que lo que hay que hacer en primer lugar es que un especialista de a salud nos confirme que tenemos ese déficit de esta vitamina. No vale pensar que llevamos una época que nos resfriamos mucho, por lo que puede ser que nos falte vitamina C y, por tanto, decidimos tomarnos un suplemento. “Eso no tiene ningún sentido. Si tenemos déficit de vitamina C, lo que hay que hacer es comprobarlo con el médico. Y cuando se confirma el déficit, el tratamiento que hay que seguir es el que nos indique el médico, que normalmente es comer frutas y hortalizas ricas en vitamina C. Solamente cuando hay un déficit muy agudo se aconseja el consumo de suplementos”, nos detalla.
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¿Puede haber un exceso de vitamina C?
“Es muy difícil. La vitamina C es una vitamina hidrosoluble, por lo que la eliminamos. Pero sí que es verdad que se ha observado intoxicación por vitamina C para ingestas de más de dos gramos de vitamina C al día o por ejemplo, en pacientes con hemocromatosis, por ejemplo, puede estimular la sobrecarga de hierro. El límite superior para la ingestión de vitamina C es 2.000 miligramos al día, es decir, dos gramos al día. Y dosis superiores pueden causar náuseas o diarrea. Normalmente la ingestión por debajo de ese límite de esos dos gramos al día no tiene efectos tóxicos en adultos sanos”, nos apunta.
El problema, según la doctora, es que es muy difícil para una persona no especialista comprobar que efectivamente está por debajo del límite superior de ingesta de vitamina C. ¿Por qué? “Porque si yo estoy comiendo ensaladas con un montón de pimientos y tomate, y además como naranjas, y además añado patatas en mi dieta o brócoli, y además me tomo un suplemento, pues casi con toda seguridad estoy yéndome muy por encima de esos 2.000 miligramos al día de vitamina C. Por eso, el consumo de suplementos no es aconsejable a menos que un especialista lo indique”, detalla.
“Hay gente que puede llegar a tomar hasta diez gramos al día de vitamina C para obtener determinados beneficios de salud, como puede ser prevenir infecciones o acortar la duración de las mismas. Pero no hay evidencia científica de que ese beneficio en la salud se pueda demostrar. Normalmente, con la vitamina C de una dieta normal es más que suficiente para que el cuerpo funcione correctamente”, concluye.