Reducir la huella ecológica es una necesidad urgente para dejar que nuestro planeta avance hacia un futuro más sostenible. Por ello, cada vez más personas impulsan iniciativas para dar a conocer todos aquellos gestos que pueden contribuir a proteger nuestro medio, dejar menos residuos y promover un consumo más responsable. Es el caso de Ana de Santos, que ha publicado el libro Vivir sin huella, Ed. Zenith. Ana nos invita a revisar nuestros hábitos y a cambiar todos aquellos que pueden dañar nuestro entorno, nos da ideas para reducir nuestro impacto y nos ofrece propuestas para compensar el daño. Para celebrar el Día Mundial del Medio Ambiente, que se celebra hoy 5 de junio, hemos hablado con ella para saber todo aquello que está en nuestras manos para un planeta más limpio y saludable.
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¿Cuáles son las principales áreas de nuestra vida en las que podemos hacer cambios para reducir nuestra huella ambiental?
Todas y cada una de ellas: el armario, la decoración, el neceser, la oficina, los viajes, las fiestas... En mi libro Vivir sin huella visibilizo la huella ecológica y ambiental que nos acompaña desde que nos levantamos con la taza de café hasta que nos acostamos en un almohada de algodón en todas las áreas de nuestra vida. (café -21.000 litros de huella hídrica por kilo; algodón 10.000 litros de huella hídrica por kilo). Una sombra invisible a la que pongo cara con números no para caer en el error de contar 'kilocalorías' sino saber lo que supone y encontrar soluciones, con una guía de cambios buenos para el planeta, nuestro bienestar y el de nuestro bolsillo.
¿Qué acciones podemos tomar en nuestro hogar para disminuir nuestra huella?
A veces pensamos que desde casa no podemos hacer nada y el hogar es clave para reducir nuestra energía, muy basada aún en el carbón en la mayoría de los hogares. Es muy importante aislar bien las casas. Un 33 por ciento del calor se pierde a través de las paredes, otro 33 por ciento se va por el tejado y cerca del 20 por ciento se escapa por las ventanas, las puertas y el suelo. También el agua caliente, los electrodomésticos, las luces y el aire acondicionado suman huella con su uso y sobre todo con su derroche. A través de pequeños cambios en el diseño y la decoración podemos reducir nuestra huella, sin renunciar al confort. ¿De qué sirve una casa si no tiene un planeta en el que situarse? De lo mismo que si no cuenta con materiales y mecanismos respetuosos para la salud del ser humano: de nada.
Algunos de los cambios que recojo en 'Vivir sin huella' tienen que ver con la eficiencia energética como instalar sensores y contadores, pero también hablo de nuevas pinturas que ayudan a compensar el co2, o de cómo viendo una película de Netflix con el cable se contamina menos que haciéndolo con wifi. También enseño a cómo construir de cero una vivienda para que sea totalmente sin huella.
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¿Cómo podemos reducir nuestra huella en relación con nuestras compras y consumo?
Como consumidores somos fundamentales. Donde ponemos nuestro dinero, ponemos nuestro voto. Podemos hacer cambios desde el supermercado apostando por el granel; en el armario, por ejemplo, con nuevos materiales como el cuero vegetal de la piña, el cactus o las setas, o desde la cosmética apostando por un bote para toda la vida y rellenándolo en casa o en las tiendas que ya ofrecen estas recargas..
¿Qué opciones existen para disminuir nuestra huella en el transporte que utilizamos?
El transporte conlleva una gran huella, lo ideal es caminar siempre y utilizar el transporte eléctrico y público para los trayectos largos. Nacen nuevas fórmulas como alternativa al coche tradicional en las ciudades como el car sharing eléctrico que permite, si no se tiene coche o si el que se tiene es de combustión fósil, hacer un cambio de una manera sencilla. Y para cuando toca ir en avión, también existen trucos para que nuestra huella se menor y que cuento en Vivir sin huella.
¿Cuál es el papel de la alimentación en nuestra huella ambiental y qué cambios podemos hacer en nuestra dieta para reducirla?
Tras la pandemia existe más conciencia. Un 45% de españoles ya compramos alimentos de forma más informada. A esta nueva tendencia de prestar más atención a los efectos que tiene lo que comemos en nuestra salud y la del planeta se le llama mindful eating.
Desde que empecé a compartir en redes mi mensaje sobre la sostenibilidad recibo comentarios acerca de cada paso que doy, de si es correcto o erróneo. Por ejemplo, si como carne, para muchos no soy todo lo sostenible que debería ser. Si como aguacate, tampoco lo soy para otros. ¿Qué es lo correcto y lo incorrecto? He aprendido que no hay nada mejor que vivir en consonancia con tus valores; nuestras elecciones no tienen que hacernos sentir que la vida es un compromiso imposible.
Yo soy flexitariana, es decir, mi dieta se basa en alimentos de origen vegetal, pero con excepciones. Fui vegetariana durante mucho tiempo y ahora apuesto por el consumo del mundo rural, que se encarga de mantener el campo en equilibrio y de que los animales vivan en granjas extensivas y ecológicas. Aunque en casa consumo muy rara vez alimentos de origen animal, cuando voy a casa de mis amigos o familiares, o cuando voy a un restaurante o a algún evento social, como de todo, incluyendo proteína de origen animal. Pienso que en la mesura está la clave de todo y, para mí, la sostenibilidad es una vuelta a los orígenes.
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¿Qué importancia tiene el uso de energía renovable y cómo podemos incorporarla en nuestra vida diaria?
Los combustibles fósiles usados en casa suponen un impacto enorme para el medio ambiente; en invierno dejan una gran huella de CO2 con la calefacción y, además, existe mucho desperdicio. Si tienes la posibilidad de instalar paneles solares, no lo dudes, pues reducen drásticamente la factura de la luz y las emisiones. Esto es relativamente fácil si vives en una casa independiente, aunque también se pueden instalar en los bloques de viviendas y actualmente hay subvenciones para todo el territorio. También es interesante instalar un calentador solar de agua para reducir consumo.
Los paneles solares portátiles no son solo para acampar o viajar en caravana, sino que funcionan como baterías de carga para suministrar alimentación sin necesidad de realizar reformas o una instalación. A estos paneles les puedes conectar tus electrodomésticos para ahorrar en tu recibo de la luz y dejar de impactar con tu huella energética al medio ambiente. Además, en caso de apagón eléctrico no te verás afectado, pues estarás conectado a tu propio suministro.
También existen las 'minieólicas' para utilizar el viento como energía limpia dentro de casa. Se trata de aerogeneradores de uso particular que pueden ponerse en el tejado para dejar de usar petróleo y gas.
¿Cómo podemos reducir nuestra huella en relación con el uso del agua?
La huella hídrica de lo que comemos es mayor que la de aquello que vestimos, bebemos o tocamos. No la vemos, pero el cultivo de patatas, pepinos o aguacates, o la cría de pollos, vacas o cerdos en las granjas necesitan agua para crecer. También la que usamos para nuestro ritual de belleza es considerable. Una ducha por corta que sea, en tan solo 5 minutos gastas 100 litros por persona. Así dicho no impresiona, pero si te digo que es el mismo agua que bebe una persona en 50 días, seguro que te hago pensar.
Desde la alimentación podemos apostar por alimentos con menor huella y valorar la que tiene una gran huella para no dejarla estropear ni tirar la comida. Y desde nuestro aseo te diría que no dejes correr el agua caliente para igualarla luego con agua fría y que pongas fija la temperatura.
También que no dejes correr el agua cuando no te estés enjuagando, algo que nos llevan diciendo toda la vida, que coloques los nuevos reductores de caudal de los que acabamos de hablar y que uses el sentido común. En internet hay muchas ideas un poco locas de cómo ahorrar agua como por ejemplo aprovechar la espera hasta que el agua sale caliente para lavar unos platos, o meter una botella de agua en el depósito del wc, pero creo que si tomamos conciencia de nuestros actos no hace falta llegar a estos extremos. Más que un toc o una obsesión debe ser una responsabilidad.
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¿Cuál es la importancia de reducir los residuos que generamos y qué acciones podemos tomar al respecto?
Siempre digo que el mejor residuo es el que no se genera. Muchas veces pensamos que el problema de la basura se acaba cuando la metemos en el contenedor, pero es al revés: en ese momento es cuando empieza el problema. Somos muchas personas produciendo basura en este planeta y todos debemos comprender que no desaparece por arte de magia ni es posible su reciclaje de forma óptima. Generar menos residuos pasa por evitar envases innecesarios, apostar por la compra a granel, los botes de refill cosmético, la cosmética biodegradable, no comprar si no se necesita, incluso animarnos con el compostaje...No sirve de nada que pongan bolsas biodegradables sustituyendo las de plástico tradicional. Lo que hace falta es que directamente las quiten y peguemos la pegatina en la fruta…en el libro Vivir sin huella recojo más de 100 ideas de cómo evitar generar residuos, incluso recetas de cómo no desperdiciar alimentos o crear tus propios productos de limpieza del hogar.
¿Cómo podemos contribuir a la conservación de la biodiversidad y reducir nuestra huella en términos de impacto sobre la naturaleza?
Remángate y únete a los profesionales para reforestar con plantas autóctonas y mediante un sistema que respete la tierra para compensar tu huella. Una vez se planta, empieza la vida. En la propia acción encontrarás felicidad. Hay muchos estudios que relacionan nuestro bienestar mental y físico con el contacto con la naturaleza. Estamos más felices y menos estresados cuando pasamos tiempo en ella, pues la naturaleza no es un lugar para visitar, es nuestro hogar. Yo desde mis redes @anadesantosg promuevo caminar todos los días en ella ya sea un parque, jardín o monte. Lo que tengas cerca. Y también promuevo la conservación de los fondos marinos a través de mi proyecto medioambiental Oxígeno azul con el que quiero visibilizar el oxígeno del mar.
¿Qué otros aspectos relevantes debemos tener en cuenta para reducir nuestra huella y vivir de manera más sostenible?
Que lo que hoy es sostenible, mañana puede que ya no lo sea. Me explico, estamos en un nuevo renacimiento con ideas a veces novedosas que necesitan tiempo para asentarse y ver si realmente son buenas como por ejemplo los cepillos de dientes de bambú que para que realmente fueran una solución deberían ser enteros de bambú, pero dañan el esmalte de nuestros dientes y se ponen cerdas de tynex que dificulta su reciclaje; o las prendas que nacen de plástico de botellas recicladas que si no se tiene la tecnología precisa para que no liberen microplásticos terminan siendo un problema. En este libro precisamente he querido compartir que si alguna vez fallamos no caigamos en ecoansiedades o tocs y que avancemos mejorando cada día.