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"Existen varias maneras de envejecer. Aceptar y sufrir un deterioro generalizado o aportar soluciones fisiológicas que mejoren nuestra calidad de vida actual y que limiten la aparición de enfermedades", señala la Dra. Celia Gonzalo, especialista en Endocrinología y Nutrición en Neolife Medical Group. Y es que, nos cuenta, los mecanismos del envejecimiento son múltiples: la pérdida o la disminución de la secreción hormonal ocurre con el envejecimiento y a su vez este proceso favorece la aparición de enfermedades típicas de la edad. ¿Podemos frenarlo? La experta afirma que sí.
Esta especialista en medicina antiaging explica que existen tratamientos eficaces para prevenir enfermedades como la osteoporosis, la enfermedad cardiovascular, el deterioro cognitivo y el cáncer más allá de la dieta y del ejercicio. Se basan en restaurar la microbiota, frenar el estrés oxidativo, el exceso de tóxicos o la terapia de reemplazo hormonal bioidéntico. "Todos ellos consisten en volver a equilibrar nuestro sistema metabólico y hormonal y disminuir la inflamación y el estrés oxidativo", indica Gonzalo.
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Terapia de reemplazo, una manera de luchar contra el envejecimiento
Si nos centramos en las hormonas, la caída hormonal es más brusca en la mujer con la llegada de la menopausia, pero el varón también la va a sufrir, aunque de forma más paulatina. Esta caída brusca es la que nos puede predisponer al aumento del riesgo de sufrir algunas enfermedades.
Otros de los síntomas que podemos sufrir debido a esta caída brusca es la alteración de nuestro estado de ánimo y la pérdida de energía. "Nos sentimos más cansados y tristes. Nuestro deseo sexual a veces se desvanece. A nivel mental la alteración de la memoria es evidente. El insomnio aparece y nos impide regenerarnos. Además, nuestro aspecto físico experimentará cambios: piel seca, más tendencia a desarrollar arrugas, ganancia de peso (con aumento del perímetro abdominal) y pérdida de músculo", insiste esta especialista.
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¿De qué hormonas estamos hablando?
Las protagonistas de este declive son el estradiol, la testosterona, la DHEA, la progesterona, las hormonas tiroideas, la pregnenolona, la hormona de crecimiento y la melatonina. Cada una de ellas va a tener diferentes funciones y en ocasiones actúan de manera sinérgica.
De ahí que uno de los pilares de la medicina antiaging sea la recuperación de estas hormonas mediante la suplementación. Se trata de la conocida como terapia de reemplazo y, como nos asegura la Dra. Celia gonzález, "en manos de especialistas que dominan el arte del equilibrio hormonal esta terapia es segura y eficaz a lo largo del tiempo. El tratamiento se ajusta a cada paciente, ya que existen diferentes formas de administración".
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¿La terapia de reemplazo es suficiente como herramienta antiaging?
Como nos aclara el Dr. Alfonso Galán, médico especialista en medicina preventiva y antienvejecimiento, de Neolife,"podemos llevar nuestras hormonas a los niveles que teníamos cuando éramos jóvenes utilizando las mismas hormonas que nuestro cuerpo ya no produce adecuadamente. Esto tiene un beneficio muy importante para nuestros sistemas nervioso, musculoesquelético, vascular y nuestro metabolismo. Sin embargo, dependiendo de cuándo comencemos el tratamiento, puede haber daño acumulado que en ocasiones no se puede revertir por completo, aunque casi siempre se puede mejorar o prevenir su progresión".
Asimismo, el experto en antiaging indica que, aunque la terapia de reemplazo es un pilar fundamental dentro de un programa completo de manejo médico de la edad, no es el único. "La nutrición, el ejercicio, la suplementación, el manejo del estrés, el descanso adecuado y la eliminación de toxinas también son importantes para tener un proceso de envejecimiento más saludable".
Para concluir, el Dr. Alfonso Galán aclara uno de los miedos más extendidos a esta terapia por asociarla a un mayor riesgo de cáncer. "Esto es completamente falso. La terapia hormonal ayuda enormemente a los pacientes a perder grasa y ganar masa muscular y ósea. En cuanto al riesgo de cáncer en las mujeres, a pesar de la mala reputación que tuvo esta terapia hace 20 o 30 años, las evidencias actuales son contundentes al afirmar que la terapia de reemplazo hormonal bien ejecutada no aumenta el riesgo de cáncer de mama o de endometrio en las mujeres".
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