Susana Molina, la influencer ganadora de GH 14 ha revelado que sufre una fobia que es común al 22% de los conductores. Se trata de la amaxofobia, comúnmente conocida como 'miedo a conducir'. Afortunadamente, la murciana ha superado este problema. Pero muchas otras personas no lo hacen porque no saben que tiene tratamiento. Y es que las fobias son miedos irracionales que suelen tener un buen pronóstico si se tratan adecuadamente por expertos en salud mental. Superar el miedo a conducir, de hecho, puede cambiar la vida de los que padecen esta fobia.
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¿Por qué se produce la fobia?
Las fobias son miedos exagerados, irracionales, que si se tratan de forma adecuada, pueden desaparecer. Nacen del asco, del miedo, de un estado de ansiedad y de la rumiación anteponiendo el accidente o un final catastrófico. Producen malestar clínico y pueden desencadenar un ataque de pánico. Generalmente, este tipo de miedos no responden a los tratamientos farmacológicos sino a una terapia conductivo-conductual en el que se haga ver lo ilógico e irracional del miedo.
Existe un porcentaje muy alto de la población que tiene miedo a conducir, es decir, que sufre amaxofobia, y a la vez desconocen su problema o intentan evitarlo. El 22% de los conductores españoles sufre ansiedad cuando conduce, el 19% abandona la conducción al no poder controlar el miedo que les genera. Esto, evidentemente, altera su rutina y normalidad.
Ana Arrechavaleta, psicóloga del Hospital Vithas Castellón, explica que el miedo a conducir “se trata de una fobia que tiene lugar antes y durante la conducción. Se basa en una desconfianza a la conducción propia en carretera, autopista o en la ciudad, en ir marcha atrás, adelantar a un camión, a tomar una cuesta o una rotonda e, incluso, a pasar por una determinada calle; pero también se teme a los comportamientos de otros conductores, incluso es un miedo muy ligado a determinadas situaciones como por ejemplo llevar a tus hijos al colegio y plantearte la posibilidad de tener un accidente con ellos a bordo, el miedo de sufrir un infarto en la carretera si ya hemos tenido un episodio cardiovascular o volver a sufrir un accidente si ya se ha pasado por esa situación traumática”.
Estas situaciones afectan desde a conductores que se acaban de sacar el carné hasta a conductores experimentados. ”En cuanto al perfil -detalla Ana Arrechavaleta- suelen ser personas mayores de 40 años, normalmente mujeres, aunque los hombres también la sufren pero no la reconocen por vergüenza ya que conducir todavía se considera un acto muy masculino en nuestra sociedad”.
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La fobia a conducir se puede tratar
Debido a que en la aparición de la amaxofobia Influye en una grandísima medida el plano psicológico, existen muchas vías para atajar el problema. Así, se trata en tres niveles: atajar los pensamientos que te bloquean antes de conducir, las técnicas que permiten controlar la ansiedad y una programación de enfrentamiento a la conducción que sea gradual. Lo que es importante es que se pida ayuda pronto, puesto que al principio el miedo puede ser controlable. Sin embargo, si se deja pasar mucho tiempo y se buscan excusas de evitación, esta aprensión se convertirá en terror y, después, vendrá la fobia.
“Lo primero que hacemos es hablar con los afectados para conocer su problema. Una vez identificado, vemos cómo se manifiesta, y en qué nivel de fobia está el paciente”, comenta Arrechavaleta. “Después, vamos al coche y comenzamos trabajando en lugares donde ellos no conciben ningún tipo de peligro. Y vamos poquito a poco aproximándonos a lo que produce el miedo para poder afrontarlo. Todo esto lo combinamos con técnicas de relajación para evitar el estrés y la tensión que al paciente le produce el verse dentro del vehículo”.
Así se consigue ganar la confianza en uno mismo y el nerviosismo y ansiedad desaparecen dando paso al autocontrol y la seguridad en uno mismo. El último paso es conducir en carretera o ciudad e ir afrontando nuevos retos y metas.
Por último, es importante resaltar que las clases de reciclaje en la conducción que se ofrecen en las autoescuelas no son la solución para superar esta fobia. Estos cursos están dirigidos a personas que no han conducido durante mucho tiempo y necesitan volver a recuperar el hábito. Pero el tratamiento de la amaxofobia debe ser dirigido por especialistas en psicología.