La mente humana no deja de sorprendernos, por todo lo bueno que puede llegar a hacer, pero también por las enfermedades que la aquejan. Trastornos, síndromes o delirios que pueden hacer que una persona crea que está rodeada de impostores, dobles exactos que tienen la intención de hacerse pasar por los seres queridos. Estamos hablando del delirio de Sosias y para con el Dr. Sergio Oliveros Calvo, Director de Grupo Doctor Oliveros y miembro de Top Doctors para que nos hable de este síndrome.
¿Qué es el delirio de Sosias?
Se trata de una psicosis mono-sintomática, esto es, un trastorno en el que existe un único delirio y que no presenta más hallazgos psicopatológicos. Recibe muchas otras denominaciones comosíndrome de Capgras, falso reconocimiento, delirio de los dobles o de suplantación. Fue descrito por el psiquiatra francés Jean Marie Joseph Capgras en 1923. El delirio, en el caso que nos ocupa, consiste en una convicción firme e irreductible a la argumentación lógica sobre la sustitución de personas cercanas por dobles exactos. El paciente admite que las personas que le rodean son exactamente iguales a sus familiares o amigos, pero niega que sean ellos. Cree que son actores perfectamente caracterizados con el objeto de engañarle.
El enfermo no suele sistematizar el delirio (no lo encuadra dentro de una conspiración contra él) y no suele atribuir una intencionalidad concreta a la sustitución, se suele quedar en esa idea. Hay muchas otras psicosis mono-sintomáticas (celotipias, delirio erotomaníaco, etc.) pero ninguna es tan peculiar como esta. En medicina entendemos un síndrome como un conjunto de síntomas que suelen presentarse a la vez. Sin embargo, en este síndrome sólo hay un síntoma, el delirio de sustitución, por lo que el uso del término síndrome no es correcto aunque es universalmente aceptado. No hay alucinaciones ni otros síntomas.
Existe un cuadro muy similar, el síndrome de Frégoli, en el que el paciente identifica a un presunto perseguidor oculto tras la identidad de una persona de su entorno aun reconociendo su nulo parecido físico, como si la persona cercana estuviera “poseída” por el perseguidor.
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¿Cuáles son las causas de este trastorno?
Es mucho más frecuente en mujeres, aspecto que no ha podido ser explicado hasta la fecha. Puede ser primario (sin otra comorbilidad) o secundario a otra patología. Así, puede aparecer debido a una intoxicación/abstinencia por drogas, infecciones, enfermedades endocrinas, tumores cerebrales, traumatismos craneoencefálicos, epilepsia, demencia o mieloma múltiple, entre otros.
El 70% de los casos aparecen en el contexto de una depresión melancólica con síntomas psicóticos (en estos es mucho más frecuente el síndrome de Cotard o delirio nihilista) o en fases maniacas con síntomas psicóticos incongruentes con el estado de ánimo.
Los estudios de neuroimagen apuntan con frecuencia a alteraciones en el hemisferio cerebral derecho, especialmente en lóbulo frontal y lóbulo temporal, pero no se han podido identificar hasta la fecha lesiones específicas.
¿Existen factores de riesgo para desarrollarlo?
No se han identificado factores de vulnerabilidad salvo pertenecer al género femenino. Pero la frecuencia es escasísima y es un trastorno que carece de relevancia por sí mismo. Es decir, como síntoma, mejora al ser tratado y al tratar la causa subyacente cuando exista.
El tratamiento de primera línea consiste en la administración de neurolépticos de alta potencia siendo preferible el haloperidol, neuroléptico clásico muy específico y sin riesgos cardiovasculares o metabólicos, aspecto muy relevante.
En cualquier caso, se deben explorar las causas, pues su tratamiento específico, cuando sea posible, mejorará la expresión del síndrome. Con frecuencia es necesario el tratamiento hospitalario involuntario.
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¿Cómo puede afectar a la relación de una persona con sus seres queridos?
Su aparición crea una barrera infranqueable entre el paciente y sus seres allegados “sustituidos”, hay una ruptura total de la relación. El paciente puede negarse a colaborar por ese motivo. Crea graves disfunciones en el seno de la pareja o de la familia.
En cuanto a los familiares, es clave poner el caso en conocimiento de un especialista para su tratamiento. Ninguna aproximación psicoterapéutica va a obtener el más mínimo resultado. Las personas allegadas deben limitarse a alimentarle y cuidarle sin presionarle. El paciente nunca debe ser confrontado, todo intento de razonamiento contrario a su creencia lo interpretará como un intento de manipulación para perjudicarle y ampliará su hostilidad.
¿Es posible prevenir el síndrome de Capgras?
A diferencia de otras enfermedades como la viruela o las enfermedades de transmisión sexual, no cabe una prevención primaria de este síndrome. Pero sí podemos tratarlo (prevención secundaria) y reducir el daño que produce en la vida del paciente y en sus relaciones con sus allegados (prevención terciaria).
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