La hipertensión arterial es una enfermedad que afecta a un gran número de personas en todo el mundo. Más de mil millones de personas en el mundo la padecen y su prevalencia es superior al 40% en la población de más de 35 años. Otro dato preocupante es que, según la Organización Mundial de la Salud, la tensión alta es la primera causa de muerte en el mundo. El problema se debe a que el propio ciudadano hipertenso desconoce su enfermedad. Y es que la mayoría de las personas con hipertensión no experimentan síntomas evidentes o no asocian estas señales que lanza el cuerpo con esta enfermedad silenciosa que puede llegar a ser mortal.
Por ello hablamos con el Dr. Cabrera Bueno, cardiólogo y miembro de Top Doctors, quien nos explica cuáles son los síntomas más claros de la hipertensión y cuáles son aquellos a los que debemos prestar atención.
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¿Cuáles son los síntomas de la hipertensión?
"La hipertensión arterial puede generar dolor de cabeza, malestar, cansancio y diversos síntomas, sin haber uno específico o típico", señala el Dr. Cabrera Bueno. Sin embargo, es crucial destacar que estos síntomas pueden ser confusos y no exclusivos de la hipertensión. Por lo tanto, es esencial realizar un diagnóstico adecuado.
Ante la pregunta de si existen síntomas menos conocidos que indiquen la presencia de esta enfermedad, el Dr. Cabrera Bueno indica que "el problema precisamente es que en la mayor parte de los casos no produce síntomas, y pueden pasar años e incluso detectarse cuando ya ha generado una complicación". Esto enfatiza la importancia de realizar chequeos regulares y tomar medidas preventivas.
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Dolor de cabeza, mareos, pitidos en los oídos... ¿puede ser por la tensión?
En relación con el dolor de cabeza, Dr. Cabrera Bueno explica que "ni todos los pacientes con hipertensión no controlada tienen dolor de cabeza ni hay cefaleas específicas de la misma. No obstante, es relativamente frecuente que tensiones elevadas generen dolor de cabeza". Es importante destacar que el dolor de cabeza no siempre está asociado con la hipertensión y puede tener diversas causas.
Por otro lado, mareos, vértigos o pitidos en los oídos pueden ser generados por la tensión arterial elevada, pero no siempre aparecen, al igual que las cefaleas o dolor de cabeza. Estos síntomas pueden ser indicativos de la presencia de hipertensión, pero también pueden estar relacionados con otras afecciones. Por lo tanto, es fundamental consultar a un profesional médico para un diagnóstico preciso.
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¿Cómo se diagnostica la hipertensión?
El diagnóstico de la hipertensión, como nos cuenta el especialista en cardiología, se realiza mediante tomas con esfingomanómetro, dispositivo habitual para su medición. El experto nos advierte que no basta con hacer una sola medición. De hecho, recomienda que se tome varias veces para evitar el fenómeno “bata blanca” o hipertensión generada por la toma de la tensión. Asimismo, también señala que en el día a día son muchas las circunstancias que también no generan cierta inquietud y puede elevar igualmente la tensión como la propia estimación de la misma.
La presión arterial se expresa mediante dos cifras: la presión sistólica y la presión diastólica. Estas cifras se miden en milímetros de mercurio (mmHg). La sistólica es el valor más alto y se refiere a la presión en las arterias cuando el corazón se contrae y bombea sangre hacia el cuerpo. Se representa en la parte superior de la lectura de la presión arterial. La presión arterial diastólica es el valor más bajo y se refiere a la presión en las arterias cuando el corazón está en reposo entre latidos. Se representa en la parte inferior de la lectura de la presión arterial.
Un rango normal de presión arterial en adultos saludables es generalmente considerado como una presión sistólica de menos de 120 mmHg y una presión diastólica de menos de 80 mmHg. Este rango se expresa como "120/80" mmHg y se considera óptimo para la salud cardiovascular.
Si las cifras no son normales, hay que acudir al médico. Y es que una presión arterial alta mantenida puede dañar diversas partes del cuerpo. "Los órganos que más sufren son cerebro, corazón y riñones, si bien la retina del ojo es también afectada por ella. Ictus, angina de pecho o ataques al corazón, así como pérdida de visión o de la capacidad de funcionamiento del riñón son, por tanto, consecuencias de la hipertensión arterial", alerta el Dr. Cabrera.
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¿Se puede prevenir la hipertensión?
Para prevenir la hipertensión, es importante adoptar hábitos de vida saludables. En primer lugar, es fundamental mantener una alimentación equilibrada, baja en sodio y rica en frutas, verduras y alimentos bajos en grasas saturadas. Además, es necesario realizar ejercicio físico de forma regular, al menos 30 minutos al día. Evitar el consumo excesivo de alcohol y tabaco también es crucial para mantener una presión arterial saludable. Por último, controlar el estrés y mantener un peso adecuado son medidas adicionales que contribuyen a la prevención de la hipertensión.
Finalmente, no olvides acudir a tu médico con regularidad para que valore tus niveles de tensión arterial y decida si es necesario administrar cambiar hábitos de vida o administrar algún tratamiento. Como concluye el especialista, miembro de Top Doctors, "iniciar tratamiento con fármacos será indicado por el profesional que lo atiende. Son muchos los fármacos disponibles y deben individualizarse a las características de cada paciente".
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