Es común escuchar los términos alergia e intolerancia cuando hablamos de reacciones adversas a ciertos alimentos. De hecho, en ocasiones se confunden. Y aunque pueden parecer similares, lo cierto es que son reacciones muy diferentes de nuestro organismo ante diversas sustancias. Es imprescindible conocer las diferencias fundamentales entre las alergias y las intolerancias alimentarias, ya que de ello no solo depende nuestro bienestar, sino incluso nuestra vida. Es el caso, por ejemplo, de la alergia al trigo y la intolerancia al gluten.
Alergia al trigo e intolerancia al gluten, parecidas pero no iguales
Como explica la Dra. Amparo Conde Alcañiz, de la Unidad de Alergología Conde-Hernández del Hospital Vithas Sevilla, la alergia es una respuesta exagerada y generalizada del organismo a un alimento mediada por el sistema inmunológico. Las personas alérgicas son aquellas con un sistema inmunológico sensible que, tras haber consumido en varias ocasiones un alimento, su organismo decide reconocerlo como extraño, manifestándose a nivel de todos los órganos y sistemas: cutáneo (urticaria), respiratorio (asma), digestivo (dolor, distensión abdominal, diarrea), cardiovascular (hipotensión), etc".
Respecto a la alergia al trigo, los síntomas son los mismos que otras alergias: "Tras consumirlo se activa la respuesta inmunológica y se producen manifestaciones como urticaria, rinoconjuntivitis, asma, hipotensión… que pueden poner en peligro la vida", aclara la Dra. Conde Alcañiz.
En cambio, una intolerancia "es un trastorno habitualmente digestivo en el que no se metabolizan determinadas sustancias, causando molestias abdominales, tales como dolor y distensión abdominal, flatulencia o diarrea tras ingerir un alimento, incluso la primera vez que se consume. Al contrario que la alergia, no necesita haberse consumido antes, ya que no es un proceso en el que participe el sistema inmunológico", añade la Dra. Mercedes Hernández Gómez, de la misma Unidad. "En el caso particular de la intolerancia al gluten, los síntomas son trastornos digestivos molestos, pero no amenazantes para la vida", añade esta experta.
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¿Es lo mismo la intolerancia al gluten que la enfermedad celíaca?
En ambos casos la persona no puede consumir alimentos con gluten porque no lo toleran a nivel digestivo. En la enfermedad celiaca existe un trastorno autoinmune en el que el organismo al consumir gluten reacciona contra el propio intestino, destruyendo las vellosidades intestinales, ocasionando lesiones que son reversibles si se elimina el gluten de la dieta y con las manifestaciones digestivas de una intolerancia alimentaria.
En la intolerancia, las manifestaciones clínicas son similares sin el daño a nivel de la mucosa digestiva.
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¿Cómo se realiza el diagnóstico?
Si hablamos de alergia al trigo, "es imprescindible acudir a un especialista en alergología que tras una historia clínica detallada realizará las pruebas cutáneas con trigo y la determinación en sangre de la inmunoglobulina E, anticuerpos específicos frente al trigo, diagnosticarán la alergia al trigo", comentan ambas especialistas.
En el caso de la celiaquía o la intolerancia, el diagnóstico se realiza con dietas que eviten el gluten durante un tiempo y posteriormente la reintroducción de alimentos con gluten.
En el caso de la enfermedad celiaca es necesario la determinación en sangre de anticuerpos IgA antitransglutaminasa y en determinados casos la toma de biopsias para demostrar el trastorno a nivel intestinal producido por el gluten. Mientras que en la intolerancia, como el trastorno no existe, la mejoría clínica tras la retirada del gluten de la dieta nos da el diagnóstico.
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¿Cuál es el tratamiento para estos trastornos?
En el caso de alergias alimentarias, como la alergia al trigo, se debe seguir una dieta libre de trigo. Esto implica evitar alimentos que contengan trigo como pan, pasta, galletas y productos de panadería. Es importante leer detenidamente las etiquetas de los alimentos para identificar posibles trazas de trigo o ingredientes derivados del trigo.
Además de seguir una dieta adecuada, es esencial tener en cuenta la posibilidad de una ingesta accidental del alérgeno. Para ello, se recomienda que las personas alérgicas al trigo o a otros alérgenos graves lleven consigo un autoinyector de adrenalina, aconsejan las expertas de la Unidad de Alergología Conde-Hernandez del Hospital Vithas Sevilla
El autoinyector de adrenalina es un dispositivo médico que administra una dosis de adrenalina, una hormona que puede ayudar a contrarrestar los síntomas de una reacción alérgica grave, como dificultad para respirar, hinchazón de la cara y la garganta, y disminución de la presión arterial. Ante cualquier signo de una reacción alérgica grave, es importante administrar la adrenalina de forma inmediata y buscar atención médica de emergencia.
En el caso de la enfermedad celiaca o la intolerancia al gluten, el tratamiento sería similar, es decir, evitar los alimentos con gluten y leer bien las etiquetas de los alimentos para evitar la contaminación cruzada.
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