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mujer yoga© Getty Images

Entrevista

Así es como el yoga puede ayudarte a cambiar tu vida

Hablamos con Pati Galatas sobre su libro, en el que resume lo que ha supuesto para ella la práctica de esta disciplina milenaria


Actualizado 17 de mayo de 2023 - 15:02 CEST

Para muchas personas, el yoga se convierte en un aliado que se convierte en toda una filosofía de vida. Va mucho más allá de una disciplina física y puede conseguir, incluso, cambiar la vida. Es lo que le ha sucedido a Pati Galatas, quien ha plasmado su experiencia en su libro Yoga para cambiar tu vida (Lunwerg), donde comparte con los lectores su particicular viaje de crecimiento personal a través de la dedicación a esta disciplina milenaria. Hubo un momento que, sin duda, marcó todo su proceso: la pérdida repentina de su marido, que sin duda empujó a Pati a buscar otro sentido a su vida. A partir de entonces la práctica de yoga se convirtió en su refugio, pero también en una fuente de fuerza y en un revulsivo hacia el cambio. Hemos tenido la ocasión de hablar con ella sobre su experiencia y sobre lo que nos podemos encontrar en su libro.

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Yoga para cambiar tu vida© Lunwerg

 

Ya en el titular deja claro que el yoga puede cambiar la vida, pero ¿realmente puede esta disciplina tener un efecto tan intenso y profundo en nuestras vidas?

Tuvo ese efecto en la mía. Cuando murió mi marido me perdí totalmente. Fue como caer a toda velocidad por un precipicio. Lo que antes me servía para vivir ya no era suficiente. Era como un edificio, pero sin cimientos. Fue entonces cuando entendí el verdadero poder del yoga, lo que podía hacer por mí. Ya había practicado antes, tenía una formación de profesores y había hecho cambios importantes en mi alimentación, salud y hábitos. Pero después de aquel golpe vital, el yoga se convirtió en una forma de terapia. Cada día que pisaba la esterilla dejaba de correr, y podía mirar dentro de mí, sentir y enfrentarme a lo que de otra manera no quería ver: el dolor, la tristeza y un millón de emociones. El yoga me abrió un camino, me dio una estructura y me enseñó disciplina. Fue un paracaídas. Actuaba de maneras que no podía ver ni entender. El yoga me ayudó a salir de un lugar muy complicado y me trajo hoy hasta aquí. Puedo decir que el yoga me cambió la vida.

Sin embargo, no hace falta pasar por un momento tan duro para sentir el efecto transformador del yoga. Con la practica continuada te entran unas ganas irrefrenables de cambiar cosas que no funcionan en tu vida. Creo que todo empieza por entenderte y sentirte bien en tu propia piel. Los cambios pueden ser parciales o totales.

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Tanto es así que hay quien define el yoga no solo como una disciplina física y mental, sino como una forma de vida, ¿está de acuerdo?

Totalmente. Cuando comienzas a practicar yoga te empiezas a encontrar mejor y quieres potenciar esas buenas sensaciones en tu día a día. En la esterilla te haces muy consciente de lo que estás sintiendo gracias a la respiración, a las postura. Es como mirarte a través de una lupa. Te da claridad y te conecta con tu esencia. Y eso es lo que trasladas a tu vida. Luego vas a comer algo y tomas mejores decisiones a la hora de elegir lo que metes en tu cuerpo, no es una obligación, ni una doctrina, el cuerpo te lo pide. Empiezas a seleccionar mejor lo que quieres a tu alrededor, trabajo, personas, situaciones. Te haces más consciente de lo que pasa en tu vida y de lo que quieres. Los cambios se producen de forma natural. Tienes más ganas de salir a la naturaleza, de moverte, vives más el presente, estás más conectado. Es como enchufarte a la corriente de la vida.

¿De qué forma piensa que puede el yoga ayudarnos a cambiar nuestra vida?

El yoga es una herramienta de autoconocimiento y todo lo que nos ayuda a conocernos eleva nuestras vidas. Nos hemos acostumbrado a vivir en la superficie de lo que somos, de las cosas. Vamos a un ritmo tan desorbitado que nos olvidamos de sentir. Funcionamos por inercia, un poco como robots, reaccionando a lo que se nos pone delante. Llegamos a creer que eso es vivir, que en eso consiste la vida. Necesitamos parar, escucharnos y entendernos, saber lo que realmente queremos, lo que nos hace felices. Olvidamos que dentro de nosotros tenemos las herramientas para cambiar las cosas y vivir una vida con propósito. El yoga te da claridad y te conecta con esa sabiduría.

He visto a alumnos hacer cambios radicales en su vida, lo cuento en el libro. He sido testigo de cómo han perdido hasta veinte kilos y han cambiado sus hábitos de vida, a deportistas de elite sudar hasta formar charcos en la esterilla y ser mejores en los deportes que practicaban, y a personas que llevaban años intentando dejar de fumar dejarlo para siempre. El yoga es un motor, una luz que se enciende dentro de ti. Si decides subirte a su tren no sabes hasta donde te puede llevar, y eso es maravilloso.

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¿Cómo fue su primera experiencia con el yoga, por qué eligió el yoga y no otra disciplina?

Siempre he sido muy deportista, desde muy pequeña. Me sigue encantando nadar, correr, entrenar la fuerza… todo lo que tenga que ver con el movimiento. Pero con el yoga fue amor a primera vista. Lo supe incluso antes de asistir a mi primera clase, cuando siendo muy joven paseaba por la calle y a través de una ventana vi como un profesor realizaba una secuencia de yoga delante de un pequeño grupo de alumnos. Me cautivó la fluidez con la que se movía y la concentración con la que lo hacía. Vi algo que no había visto antes. Me apunté, y ya desde la primera clase noté sus efectos. Me sentía más alegre, más tranquila, con más energía. Con el tiempo descubrí que ayudaba a tener más claridad, a estar más serena en mi día a día, a sentirme más conectada. Además, me mantenía en forma, y mi cuerpo cada vez estaba más fuerte y flexible.

"La parte física del yoga es muy potente; sin embargo, solo es la punta del iceberg", ha apuntado. ¿Es esta la clave que debemos comprender una vez que nos decidimos a incorporar el yoga a nuestras vidas, que no se trata solo de asanas?

Sí. En los yoga sutras de Patanjali, uno de los texto yóguicos más importantes, las asanas o posturas representan solo una de las ocho ramas del yoga, la más conocida en occidente. El objetivo de las posturas o asanas es fortalecer el cuerpo, liberarlo de tensiones, acceder a nuestras respiración, y mover energías. De esta manera creamos un espacio donde la relajación del cuerpo y la concentración de la mente puedan llegar a darse. Gracias a la práctica podemos llegar a sentarnos en una postura de meditación y mantener una posición firme durante más tiempo. Sin que los dolores o las tensiones nos estén sacando continuamente de ese espacio de concentración y desde ahí conseguir estados de meditación más profundos.

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mujer haciendo yoga al aire libre© Getty Images

 

¿Qué le diría a alguien que está pensando en iniciarse en el yoga para motivarle?

Le diría que deje los prejuicios y expectativas a un lado y que pruebe una clase. Que se dé un tiempo y deje que el yoga haga su función. No hago más que oír a personas que nunca han hecho yoga y que prueban una clase porque tienen ansiedad, insomnio o están pasando un mal momento. Después de una semana ya no pueden dejarlo de lo bien que les sienta.

¿Es el yoga una disciplina para todos?

Absolutamente. Pattabhi Jois decía: “Cualquier persona puede practicar. Un hombre joven puede practicar. Un anciano puede practicar. Un hombre muy anciano puede practicar. Un hombre que está enfermo puede practicar. Un hombre que no tiene fuerza puede practicar. Excepto los perezosos; los perezosos no pueden practicar”.

¿Qué debemos tener en cuenta antes de hacer yoga?

Diría que escuchar el cuerpo, estar atento a las sensaciones. No forzar, tener paciencia y entregarse al proceso.

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¿Por qué piensa que, pese a sus beneficios, hay personas que no son capaces de conectar con el yoga, que no acaban de sacarle partido a la disciplina, no notan resultados?

Puede que la mente de uno esté tan agitada que la práctica se convierta en una lucha. Lo sé por propia experiencia, y ese, es un muro bien alto. También puede ser que el yoga no sea para esa persona, al menos en ese momento de su vida. Respecto a los resultados diría que antes de abandonar busquen otro profesor, estudio o estilo de yoga.

¿Piensa que hay una asana para cada momento?

Las posturas o series de posturas tienen un efecto concreto. Las flexiones hacia atrás por ejemplo abren en corazón, y son muy útiles cuando tienes ansiedad y sientes que te falta la respiración. Si estas estás más introspectivas o tienes molestias en las lumbares, las flexiones hacia delante te pueden ayudar especialmente. Para las emociones bloqueadas las posturas de apertura de cadera van muy bien. Existen infinidad de posturas y muchas maneras de construir una práctica para cada momento.

¿Cuáles son las asanas indispensables para usted en su día a día?

Los saludos al sol, posturas de pie como triángulo (trikonasana), los guerreros (virabhadrasana), postura de la pinza (uttanasana), postura del gran ángulo (padottanasa), postura del ángulo lateral extendido (parsvakonasana), alguna torsión, la rueda (urdhva danurasana), inversiones como postura sobre la cabeza (sirsasana), postura sobre los hombros (sarvangasana) y para acabar una relajación final como la postura del cadáver (savasana).