Estamos ante un problema de salud grave, que requiere de asistencia médica, en ocasiones, urgente. “La isquemia intestinal se produce cuando hay una disminución del paso de sangre en los vasos que la transportan al intestino. Puede pasar a nivel del intestino delgado o grueso”, nos cuenta el doctor José María Alberdi, jefe de servicio de Aparato Digestivo de los hospitales universitarios Sanitas La Moraleja y Virgen del Mar.
“La gravedad del caso la va a determinar el tamaño del vaso sanguíneo afectado y el tiempo que pase sin circular la sangre por un territorio intestinal. En cualquier caso, siempre se considera grave y si se sospecha, se debe acudir a un hospital para su valoración”, nos detalla el especialista.
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Tipos de isquemias
Tal y como nos detalla el doctor, la isquemia intestinal se puede dividir según diferentes criterios:
- Aguda o crónica, dependiendo de la velocidad a la que se obstruye el vaso afectado.
- Según la zona de intestino afectado, de intestino delgado o de intestino grueso.
- Según el tipo de vaso afectado, en arterial o venosa.
¿Cuáles son sus síntomas?
Para saber si estamos padeciendo este problema, tenemos que tener claros cuáles son los síntomas.
- Uno de los principales síntomas es el dolor abdominal, que puede ir desde leve hasta severo. Con frecuencia aparece de forma repentina en los casos agudos y, sobre, todo tras una comida, ya que esto aumenta la necesidad de oxígeno y por tanto la cantidad de sangre necesaria.
- Otros síntomas son náuseas y vómito y la presencia de sangre en las deposiciones que, en muchas ocasiones, aparecen asociadas a diarrea.
- En los casos crónicos, los síntomas predominantes son el dolor durante 1-2 horas tras la comida y en ocasiones la pérdida de peso, ya que se produce “miedo a comer” al relacionarlo con la aparición del dolor.
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¿Cuáles son sus causas?
El doctor nos confirma que hay múltiples causas que pueden estar implicadas en la aparición de este problema de salud, y las resume en la siguientes: “El tabaco, las enfermedades que favorecen la obstrucción de vasos sanguíneos como la diabetes o la hipercolesterolemia, las que favorecen la salida de coágulos desde el corazón como las arritmias, las que favorecen un exceso de coagulación sanguínea como algunas enfermedades hematológicas o tumorales, las drogas, sobre todo las que tiene efectos vasoconstrictores, como la cocaína o las anfetaminas”.
Así se diagnostica
¿Cómo se llega al diagnóstico de esta enfermedad? El especialista en Aparato Digestivo nos confirma que lo más importante es la sospecha clínica, ya que en muchas ocasiones ni los análisis ni las pruebas de imagen pueden confirmar el diagnóstico. “El TAC con contraste puede ser de utilidad. Si hay una sospecha importante y hay datos de gravedad el uso de la radiología intervencionista o la cirugía exploratoria pueden ser necesarias”, nos detalla.
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Tratamiento del problema
Una vez que se confirma, ¿cuáles son los pasos a seguir? “Lo más importante es valorar la gravedad del caso. Se deben iniciar medidas de soporte de forma precoz como son la hidratación endovenosa y la utilización de antibióticos. La utilización de fármacos anticoagulantes como la heparina es habitual. En ocasiones, si el paciente está grave, puede necesitar la desobstrucción de los vasos afectados y la extirpación quirúrgica de las zonas intestinales afectadas”, comenta el doctor Alberdi.
¿Es una enfermedad que se puede prevenir?
Al plantearnos si las medidas de prevención pueden ser eficaces en un problema de salud como este, el doctor nos confirma que es importante un buen control de las enfermedades que la favorecen como la diabetes, la hipercolesterolemia o las arritmias cardiacas. “El abandono del hábito tabáquico es muy importante. También lo es, sobre todo en personas de edad avanzada, una buena hidratación”, recomienda.