El mito de Narciso ha sido interpretado, desde sus orígenes, como una alegoría sobre la vanidad y el amor propio excesivo, así como sobre la incapacidad de amar a otros y la falta de empatía. El narcisismo es, por lo tanto, un término que, a menudo, se asocia con una personalidad egocéntrica, arrogante y excesivamente centrada en uno mismo. Va rodeado, en general, de una connotación negativa. “El narcisismo patológico es un trastorno psicológico, todos aquellos que usan este término de forma coloquial no se refieren al trastorno sino a las partes más conocidas de este. Por ejemplo, el enfoque que la persona tiene sobre sí misma, su forma de egocentrismo y competitividad”, explica Bianca Zerbini, psicóloga de Buencoco. Sin embargo, en psicología, se considera que el narcisismo existe continuamente, con el narcisismo sano en un extremo y el narcisismo patológico en el otro.
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Rasgos de un narcisismo sano
El narcisismo sano se refiere a un nivel saludable de autoestima y autoconfianza. Las personas con un grado adecuado de narcisismo sano tienen una actitud positiva hacia sí mismas y pueden reconocer y apreciar sus fortalezas y debilidades. Además, pueden alcanzar sus objetivos de crecimiento personal y establecer relaciones interpersonales saludables y satisfactorias respetando los límites de los demás. “El narcisismo sano está ligado con el tema de la autopreservación y un nivel de autoestima alto, y al mismo tiempo adecuado, para poder tener relaciones con otras personas, porque una persona con un narcisismo sano sí que tiene capacidad de empatía y compasión, y de hecho, a diferencia del trastorno narcisista, este narcisismo no es desadaptativo”, nos comenta la experta.
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¿Y cuando el narcisismo es patológico?
Por otro lado, el narcisismo patológico es un trastorno de personalidad caracterizado por los sentimientos, entre otros, de grandeza y prepotencia, fantasías de éxito y poder, junto con la sensación de ser especial y único, sentir una gran necesidad de atención excesiva y admiración explotando al mismo tiempo las relaciones interpersonales –con envidia y poca o nula empatía hacia los otros– para sus propios fines. “Según la forma en que se presente puede afectar de manera muy impactante en la vida diaria y las relaciones con otros, ya que son personas con comportamientos inadaptados que no permiten conectarse de forma empática con sus seres queridos y pueden sentirse desconectadas de los demás”, nos explica la psicóloga.
“La persona narcisista puede incluso sufrir depresión y ansiedad cuando no recibe la atención que esperaba o sentirse abrumada por la presión constante de mantener una imagen perfecta”, comenta por su parte Anna Valentina Caprioli, psicóloga de Buencoco. “Es importante tener en cuenta que no todas las personas con rasgos narcisistas experimentan estas dificultades en la misma medida: cada individuo es único”, subraya.
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Distinguir entre ambos perfiles
Bianca Zerbini comenta que no existe una categorización clara entre quién es un narcisista de forma sana y quién es francamente patológico, pero digamos que hay varios niveles que se mueven a lo largo de una línea continua en la que están los dos extremos. “Como decíamos, el narcisismo sano permite una cercanía justa y adaptativa con los demás. Por ejemplo, en personas adultas podemos ver a alguien que ha logrado un cierto nivel de éxito y reconocimiento de los demás por ciertas habilidades y competencias, y el reconocimiento que recibe lo motiva a mejorar, perono por mostrarse como mejor ante los demás, sino por superación personal”, nos explica.
Una fina línea
Por todo ello, la línea entre el narcisismo sano y patológico puede ser difícil de discernir, ya que ambos comparten características similares. Sin embargo, hay algunas diferencias clave. En el caso del narcisismo patológico, la persona tiene una necesidad constante de atención, aprobación y validación y puede ser muy defensiva cuando se cuestiona su autoimagen. En el caso del narcisismo sano, la persona puede reconocer sus limitaciones y estar dispuesta a recibir críticas constructivas. Es importante destacar que el narcisismo patológico puede tener graves consecuencias en las relaciones interpersonales (a menudo la persona no consigue amar ni amarse a sí misma), la vida profesional y la salud mental en general. No es fácil el diagnóstico y, a menudo, el término está sobre utilizado y banalizado. El tratamiento con un psicólogo especializado puede ser muy útil ya que no olvidemos que detrás de la imagen de una persona que parece muy egocéntrica puede haber un malestar interior profundo.
“Según el DSM-5 (Manual diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales) el narcisismo patológico es algo que se puede diagnosticar según unos criterios específicos de diagnóstico, entre estos, por ejemplo, está que los rasgos de este trastorno deben darse de forma continuada en el tiempo, y además se puede presentar un deterioro de las capacidades funcionales y el abuso está presente”, concluye Zerbini.