“Un día cualquiera no sabes qué hora es”, como en la canción de Antonio Vega, pero te miras al espejo y lo que te devuelve ese trozo de cristal, te guste o no, te dice claramente que no tienes 20 años, y te sitúa de golpe en los 50 “sin saber por qué”. Hay tantas formas de gestionar ese cambio como seres humanos hay en la tierra, pero hoy te quiero hablar de eso que llaman 'crisis de los 50' que no en vano tiene un montón de aristas que conviene gobernar y entender, para una rutina saludable de autoaceptación.
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La crisis de los 50 es un término que se utiliza para describir el período de transición que experimenta el ser humano en las sociedades modernas obligadas a un montón de rutinas y expectativas ante las que no tenemos mucho que decir. Simplemente están ahí. Nuestros cambios físicos, emocionales y sociales pueden generar una sensación de inquietud, ansiedad o confusión que a muchas personas les lleva a vestir camisas con estampados imposibles, conducir coches de dos plazas en los que te cuesta entrar o a presentarse en actos sociales con unas gafas de pasta de marca italiana.
Un ejercicio de autoaceptación
Desde la perspectiva de la psicología, esa crisis puede ser vista como una oportunidad para la introspección y la reflexión sobre la vida, que tiene muchos beneficios que afrontar. Se trata de un momento vital en el que comienzas a cuestionarte tus elecciones y decisiones, y a evaluar si has alcanzado tus metas y sueños. Por mucho que el tango diga que “20 años no es nada”, en el terreno del ejercicio profesional de la psicología, la experiencia acumulada en miles de horas de sesiones, acompañando a cincuentones (dicho con cariño) en su camino hacia la aceptación del paso del tiempo, he aprendido a que ese afrontamiento no es cosa menor.
Esta etapa de la vida puede estar asociada con la pérdida de seres queridos, la jubilación anticipada, el comienzo de problemas de salud y otros cambios vitales en los que conviene no ponerse de perfil. Y a menudo, estos cambios se producen rápido, sin un período de adaptación o tiempo para procesarlos. Esta crisis es un primer paso importante para dedicarte tiempo a ti mismo, donde empiezas a tomar consciencia de estos nuevos desafíos, de lo que sientes y va evolucionar.
-Aprende a afrontar los cambios de tu vida
Cómo encarar esta nueva etapa de la vida
Tener nuevos objetivos e ilusiones en esta nueva fase de la vida puede ser un segundo paso. ¿Qué te gustaría hacer que siempre has querido pero hasta ahora no has podido? Aprender algo nuevo tiene muchas ventajas. Puede mantener tu mente activa, encontrar nuevas motivaciones y proporcionarte una increíble sensación de orgullo y satisfacción.
Además, mantener,cuidar y fomentar nuevas relaciones sociales es importante para la salud mental. Tener personas con las que compartir buenos momentos, a las que llamar para mantener una buena conversación y con las que contar para recibir apoyo en los momentos difíciles supone una gran diferencia en la vida. Esta crisis es también un momento idóneo para incorporar nuevos hábitos saludables en tu alimentación y estilo de vida con los que puedas obtener enormes beneficios para tu bienestar.
La terapia también es una gran herramienta para los momentos de transición que te va a ayudar a ser más consciente y a gestionar mejor todos estos cambios que tenemos en la vida. Los beneficios de dedicarte tiempo a ti, tienen que ver con encontrar un sentido renovado, nuevos propósitos y bienestar emocional.
Es un buen momento de recuperar tu mejor versión, de reiniciar cosas que quizá se hayan estancado un poco en tu vida. Tanto si se trata de tus relaciones como de tu salud, ahora puedes tomar el control y hacer cambios positivos. Pasa algún tiempo al aire libre, llama a un amigo, vuelve a tocar la guitarra, aprende a cocinar, únete a un club de senderismo... La vida es un campo infinito de posibilidades y está en tu mano elegir el camino que más te beneficie.
-'Mens sana in corpore sano': el ejercicio, un gran aliado de tu salud mental
Como psicóloga, mi enfoque en el tratamiento de estas crisis se centra en ayudar a las personas a comprender y aceptar los cambios que están experimentando, a identificar sus necesidades, deseos y metas para el futuro. Es un proceso de acompañamiento que tiene una potencia sanadora estructural, una oportunidad estupenda para pararse a pensar y sacar lo que haga falta de la mochila vital. Te acompañamos en un camino saludable hacia eso que denominamos paz, o felicidad personal.