Cuando en la película 500 días juntos (avisamos: ¡spoilers!) Summer decide dejar a Tom, ella ya llevaba un mes fingiendo sentirse bien junto a él. En The Holiday, Iris pronuncia, literalmente, un “no me pasa nada” a Jasper a pesar de estar dolida por su ruptura. La misma frase la repite también Mia, en La La Land, a Sebastian tras sentirse frustrada y perturbada por una cita mala y muy desagradable con un actor arrogante. Los tres comportamientos de las protagonistas de estas películas románticas puede que te resulten familiares, pues definen un patrón conductual que muchas veces adoptamos algunas personas cuandoalgún acontecimiento o actitud nos ha generado malestar y no queremos (o no sabemos), afrontarlos.
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-Ideas para afrontar una ruptura de pareja: así lo hacen las 'celebrities'
Hacer ver que estamos bien cuando realmente algo nos afecta es muy común, pero nunca es la mejor estrategia para evitar o superar un problema. Si bien puede que nuestra primera intención sea la de evitar una discusión por temor a generar una situación incómoda o hacer frente a una delicada, detrás de este comportamiento se esconden varios motivos que excusan su puesta en escena. La psicóloga Ainhoa Plata (www.psicologabcn.es), así nos lo cuenta: “En cierto modo sí sería un escudo para protegernos de un posible rechazo o de la posibilidad de ser juzgados o de que manifestar lo que sentimos desate un conflicto”.
Recurrir a esta armadura es muy frecuente. Es posible que no queramos, o no seamos capaces de compartir nuestros sentimientos, porque no sabemos explicar lo que estamos sintiendo y nos surja miedo a parecer débiles o no nos guste sentirnos vulnerables. Puede que también, en ocasiones, no queramos preocupar a la otra persona con nuestras cargas. Que sea la exulansis (la tendencia a renunciar a hablar sobre algo pormiedo a no sentirse comprendido) la que nos lo impida. Y es posible que a vecessea la vergüenza o la culpa la que nos empuja a negar lo que nos sucede. Sin embargo, como dice la experta en psicología, en numerosos momentos y, sobre todo, en pareja, tenemos “la creencia equivocada de que la otra personaya tendría que saber qué nos pasa aunque no se lo digamos”.
-Vulnerabilidad emocional: qué es y cómo gestionarla
Piensa en las veces que has tenido la expectativa de que otra persona se diera cuenta de que estabas mal o te pasaba algo sin comunicárselo. Piensa también en las veces que, ese pensamiento o esa esperanza ha surgido efecto sin que te enfadaras o molestaras (incluso más de lo que ya lo estabas). Para resolver un problema, queda claro queel mejor camino es la honestidad y la comunicación. Por este motivoresulta importante aprender a comunicarse, dejar el orgullo, o las ganas de protagonismo a un lado, y, aunque no siempre resulte fácil, hablar sobre lo que estás pensando.
¿Cómo aprender a comunicar nuestras emociones?
Hay personas que tienen mayor capacidad para hablar de sí mismos que otras, pero para este último grupo, Ainhoa Plata nos ayuda a identificar algunas pautas. “El primer paso para expresar tus sentimientos es identificarlos correctamente, porque si no lo entiendes ni tú ¿cómo vas a expresarlo a los demás?”. Nos cuenta también lo difícil que puede resultar para muchas personas ya que nos encontramos en un contexto donde al bienestar emocional nunca se le ha dado demasiado importancia. De hecho, ni siquiera parece haber estado sobre la mesa hasta ahora. Pero ya es hora de darle su lugar y ponerle, no solo nombre, sino también remedio: “Cada persona tiene una serie de emociones permitidas y otras no permitidas, y de forma automática e inconsciente, podemos manifestar una emoción (por ejemplo, la rabia), pero puede que en realidad lo que haya detrás sea una profunda tristeza. Lo que ocurre es que esa persona no se permite experimentar la tristeza y sí la rabia. No obstante, si no se identifica cuál es la emoción primaria real que le está generando ese malestar, no podría acabar con ello. Esto es un trabajo común en terapia”.
Al igual que sucedecuando se produce una ruptura de pareja, otro de los pasos que se antojan como necesarios en este proceso de aprender a comunicarnos esaceptar las emociones negativas. “Son desagradables de sentir, pero pueden ser muy sanas, ya que nos invitan a trabajar y a evolucionar. No debemos de rechazarlas ni debemos de esconderlas, ya que, trabajar con las emociones desagradables, si se hace correctamente, no solo no nos aleja de nuestros seres queridos, sino que fortalece nuestros vínculos”, manifiesta Plata.
-Rechaza ser emocionalmente independiente con estas ideas
Una vez que acojamos nuestra manera de ser y, por lo tanto, de sentir, también pueden llevarse a cabo diferentes técnicas que se realizan en terapia y que ayudan a romper el miedo al rechazo a la hora de expresar cualquier sentimiento. Desde su experiencia como profesional, la psicóloga explica: “Trabajamos estrategias de asertividad para aprender a comunicarnos de forma que la otra persona no se sienta atacada y reciba de forma constructiva nuestro mensaje”. Resalta también la relevancia que tiene para cada individuo el hecho de, no solo sentirse comprendido, sino también el de sentirse mejor: “Se trata de comprobar cómo el hecho de expresar lo que siente o lo que desea no sólo no tiene porqué ser una fuente de conflicto, sino que además le impulsa a una mejora personal enorme. De este modo esos escudos se van rompiendo y será más probable que en la siguiente situación nos sintamos cómodos expresando cómo nos sentimos”.
-Cómo aprender a decir "no", por Raquel Perera
¿Y si queremos a ayudar a alguien que no expresa sus emociones?
Puede ser realmente incómodo tratar con alguien que no es capaz de manifestar su desagrado ante ciertas situaciones o que no quiere contar las experiencias que están afectando a su vida. Más aún si se trata de una persona cercana, como puede ser un amigo, un familiar o una pareja. Ante estos casostodo lo que se puede hacer es ofrecerle apoyo, informarle de tu intención de escucharle y de hablar sobre sus sentimientos y, como Ainhoa Plata concluye, “hacerle sentir en confianza, que vas a escuchar sin juzgar y que tu deseo es ayudar en lo que sea posible. Si la dificultad es de la otra persona, será ella quién debe de trabajar o pedir ayuda para abordarlo. No podremos hacerlo por ella, ni podemos ni debemos. Cada uno/a tiene que ser responsable de sus limitaciones, nadie debe de actuar de salvador/a de nadie, no es sano”.