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Las 5 claves para evitar las tendinitis y otras lesiones musculares de Semana Santa

Aunque los participantes de las procesiones se entrenen para evitar lesiones, el esfuerzo al que están sometidos las pueden provocar. Estos son los problemas más frecuentes


Actualizado 5 de abril de 2023 - 19:46 CEST

La Semana Santa es una época muy especial en la que miles de personas participan en las procesiones de las diferentes cofradías. Algunas de las personas clave de estos eventos son losportadores, costaleros y hombres de trono, que se encargan de llevar sobre sus hombros las imágenes religiosas que recorren las calles de la ciudad. Sin embargo, este esfuerzo físico puede tener consecuencias para la salud de los participantes. De hecho, puede sufrir lesiones que afecten a los músculos y a las articulaciones. Según el Dr. Ernesto Rivera, que dirige la Unidad para el Tratamiento Percutáneo de Lesiones Músculo-Esqueléticas de Quirónsalud Málaga, entre un 10 y un 15% de estos participantes pueden sufrir "tendinitis de hombro o tobillo, roturas musculares, hombro congelado o lesiones articulares".

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Qué son estas lesiones comunes en Semana Santa

  • Tendinitis de hombro o tobillo: consiste en la inflamación del tendón que conecta el músculo con el hueso. La causa de esta lesión típica en las procesiones de Semana Santa es el sobreesfuerzo que se realiza por los movimientos repetitivos o una lesión. Los síntomas incluyen dolor, rigidez y dificultad para mover la articulación afectada.
  • Roturas musculares: los síntomas de que se ha producido una rotura muscular son dolor agudo, hinchazón y pérdida de la función muscular. Estas lesiones está producidas la ruptura parcial o total de las fibras musculares debido a una fuerza externa o un movimiento brusco.
  • Hombro congelado: se trata de una afección en la que se produce una inflamación de la cápsula articular del hombro. Se conoce también con el nombre de capsulitis adhesiva. Los síntomas incluyen dolor, rigidez y dificultad para mover el hombro
  • Lesiones articulares: incluyen todo tipo de lesiones que afectan las articulaciones, como esguinces, luxaciones o fracturas. Los síntomas pueden variar dependiendo del tipo y la gravedad de la lesión, pero incluyen dolor, hinchazón y dificultad para mover la articulación afectada.

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Cómo prevenir estas lesiones

  1. Fortalecer en las semanas o días anteriores la musculatura que se vaya a ejercitar. Esto puede lograrse con ejercicios específicos para los músculos implicados en el esfuerzo de la procesión.
  2. Calentar antes de la procesión, especialmente para aquellos grupos musculares más involucrados en el esfuerzo posterior. Un calentamiento adecuado puede reducir el riesgo de lesiones musculares.
  3. Aprender y practicar la adopción de una correcta postura para la carga. Es importante llevar la carga de manera equilibrada y con una postura que evite lesiones en la espalda, los hombros o los tobillos.
  4. Elección de prendas y calzado cómodos. Lo ideal es utilizar ropa cómoda y no muy ajustada que facilite los esfuerzos y la respiración. Por otro lado, es importante elegir un calzado adecuado que proteja los pies y evite lesiones tendinosas en las semanas posteriores a la procesión.
  5. Hidratación adecuada durante el esfuerzo, en pequeñas cantidades, para evitar la deshidratación. Es importante mantener una hidratación adecuada durante la procesión para evitar la fatiga muscular y la deshidratación.

Siguiendo estos consejos, se puede reducir el riesgo de lesiones musculares y molestias durante la procesión religiosa. Además, permitirán a los participantes disfrutar de la experiencia de manera más segura y saludable.

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Tratamiento percutáneo de las lesiones músculo-esqueléticas

Como explica este especialista, si se producen estas lesiones, afortunadamente se pueden tratar de una forma mínimamente invasiva, con la ayuda de técnicas de imagen. Es lo que se denomina en medicina: tratamiento percutáneo de las lesiones músculo-esqueléticas. Este experto nos explica que “son sencillas pruebas practicadas bajo anestesia local con agujas finas que, guiadas con ecografía, tratan directamente la causa de los síntomas sin dañar estructuras vecinas y sin necesidad de intervenciones quirúrgicas”.

El especialista en Radiología y Diagnóstico por Imagen destaca varias ventajas del tratamiento percutáneo para estas lesiones. Entre ellas, destaca las altas tasas de éxito en el tratamiento, la ausencia de suturas y cicatrices quirúrgicas, la falta de necesidad de hospitalización, una rápida recuperación para volver a las actividades diarias o deportivas, una baja tasa de complicaciones y, además, un menor costo en comparación con la cirugía.

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