Las relaciones de pareja pueden ser maravillosas, pero también un gran desafío. Y las razones que acaben con ellas pueden tener que ver con algunos gestos, costumbres o manías del otro que nos ocasionan cierto malestar o, incluso, repugnancia. Así lo ha puesto de manifiesto una encuesta encargada por Seeking.com.
Esta investigación, realizada por Onepoll, ha visto que la prepotencia o la mala educación, las faltas de higiene o las groserías son algunos de los defectos que pueden arruinar una cita. Pero también hay razones muy extrañas como que alguien aplauda cuando aterriza un avión, que tenga una cuenta para su mascota en Instagram, que lleve un reloj hortera o que pronuncie mal el nombre de un cantante famoso.
En ¡HOLA! hemos hecho un pequeño sondeo entre compañeros y nos hemos dado cuenta de que compartimos muchos de los motivos por los que los encuestados han decidido romper. ¿Quieres conocer algunos de ellos?
El mal olor
Esta ha sido el principal defecto que han mencionado la mayoría de las compañeras: no nos gusta que alguien huela mal, que le huela el aliento o que rezumen sus pies. No resulta nada agradable estar en compañía de una persona que no cuide su higiene.
Que viva con sus padres
Seamos sinceras, que nuestro chico siga viviendo con sus padres es un bajón. No nos gusta nada. Igual que suponemos que a ellos tampoco les encantará que no seamos mujeres independientes. No tiene nada de malo llevarse muy bien y querer mucho a tu familia, pero llegada cierta edad, conviene que cada cual busque su camino.
Que hable mientras coma
No es nada agradable estar en presencia de alguien que mientras come no para de hablar. Que sí, que se pueden hacer las dos cosas a la vez, pero una detrás de otra. O asistiremos a un lamentable espectáculo digno de olvidar.
Que no se cuide los dientes
Unos dientes desalineados, rotos, sucios pueden borrar de un plumazo lo que podía haber sido una bonita sonrisa. No vamos a decir que queramos que todos los hombres (y mujeres) lleven brackets, pero cuidar mínimamente la dentadura es muy deseable... ¡y saludable!
Que coma como si no hubiera un mañana
A todos nos encanta comer, pero quedar con tu chico y verle amorrado al plato que tiene delante, sin apenas prestarte atención y... ¡peor aún! que mastique con la boca abierta arruina lo que podría haber sido la cena perfecta.
Que respire demasiado fuerte
Otra de las 'peculiaridades' que pueden hacer que esa persona a la que acabas de conocer no quieras volverla a ver es su respiración. Si lo hace demasiado fuerte recordándote a cada paso que está ahí, si os vais al cine y sus inspiraciones y exhalaciones te taladren la cabeza hasta el punto de no poder escuchar los diálogos, entonces, probablemente, habrás dado por terminada esa aventura de amor.
Que no lleve calcetines con zapatos
¿Hay algo peor que llevar calcetines blancos? Para muchas de nosotras, sí: no llevarlos. Lo hemos comentado en la redacción y hemos llegado a la conclusión de que siempre es mejor vestir bien el zapato que llevarlo desnudo.
Llevar los vaqueros rotos
Que sí, que puede ser tendencia... o lo ha podido ser. Pero realmente no nos gusta. Al menos, no a las que formamos el equipo de ¡HOLA! Puede que haya fans de este estilo, pero nosotras los preferimos con los vaqueros bien cosidos.
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Que lleven los zapatos sucios
No, no lo hagáis. Ni ellos ni ellas conviene que lleven los zapatos sucios, gastados o viejos. De hecho, dicen que nuestro calzado habla de nuestra personalidad. Además, que el hecho de limpiar y dar lustre a nuestros zapatos, no solo prolonga su vida útil, también evita patógenos en el hogar.
Que lo comparta absolutamente todo en redes
Cualquiera puede aceptar que se compartan momentos muy significativos en las redes sociales. Pero hay ciertos límites. Y aquellas personas que parecen vivir más por lo que publican que por lo que realmente viven pueden acabar cansándonos.
Que ponga voz de bebé
Otra de las manías o defectos o malas costumbres que pueden desquiciar a más de uno y de una es escuchar a alguien poniendo constantemente voz de bebé. Puede resultar tierno en algún momento, pero si se convierte en una rutina, es empalagoso.
Vivir desordenadamente
En la adolescencia, no nos preocupaban esas cosas. Es decir, llegar a la casa de tu cita y tener que apartar ropa, trastos, revistas del sofá en el que te vas a sentar era algo habitual. Pero llega un momento en el que el desorden puede denotar rasgos de la personalidad de esa persona que no lleguen a agradarte.
Que lleve gafas de sol en el interior
Mirar a los ojos de alguien que lleva gafas de sol y no saber exactamente qué dice su mirada sino adivinarla resulta molesto. Pero si ni siquiera se quita esas gafas en el interior puede convertirse en una falta de educación.
Que hable a voces
No nos gustan las personas que chillan, que gritan a la mínima, que hablen a voces, que llamen la atención de otras que viajen en el mismo vagón de metro por el tono elevado de la conversación o que tengas que repetir constantemente: ¿por favor, podrías hablar más bajo?
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Que se pase el día hablando de horóscopo
Que si eres compatible con libra, que si hoy será un día de suerte para aries, que si cuidado con cruzarte con un piscis o déjame que te cuente qué dice el horóscopo de hoy. ¿De verdad?
Que lleve demasiado maquillaje
Les hemos preguntado a los chicos de la redacción que nos digan, a bote pronto, qué cosas no les agrandan demasiado de las chicas. Una de ellas ha sido esta: que lleven mucho maquillaje.
Que sus uñas estén sucias
Otra de las manías que menos nos gustan es que alguien acuda a una cita con las uñas sucias. No es agradable verlo y resulta bastante turbador compartir mesa con alguien que no ha dedicado unos minutos a lavar bien sus manos.
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Que sea demasiado empalagoso
O empalagosa. A todos nos gustan los mimos. Son agradables y además hacen que liberemos unas sustancias relacionadas con el bienestar. Pero los arrumacos también tienen un límite y saltárselo puede resultar abrumador.
Que no pague en la primera cita
No hace falta que acabe haciéndose cargo de la factura. Y lo que realmente nos gusta es pagar a medias. Pero a nadie le desagrada que la otra persona haga el gesto o tenga la cortesía de querer invitar a una copa o a una cena.
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Llevar las uñas demasiado largas
Esta ha sido otra de las manías que no acaban de gustarles a la mayoría de nuestros compañeros. Nos dicen que les gustan las uñas cuidadas y bonitas, pero no cuando son excesivamente largas. ¿Les darán miedo?
La prepotencia y la grosería
Puede resultar gracioso (para un rato) que alguien muestre delirios de grandeza. Sin embargo, cuando se muestra prepotente nos echa hacia atrás. Es una de las características que, sin duda, pueden acabar arruinando una posible relación de pareja.
Que utilicen demasiados emojis en sus mensajes de texto
Uno vale, pero diez emojis en un párrafo es pasarse. Es cierto que estos iconitos pueden expresar muy bien un estado de ánimo, una emoción o pueden quitarle hierro a una frase. Pero abusar de ellos nos parece un tanto infantil.
Hablar de sí mismo en tercera persona
Pero a ver. ¿Me estás hablando de ti o hay otro Pablo? No, no nos gustan las personas que hablan de sí mismas en tercera persona. ¿Qué sentido tiene hacerlo? Nos confunde y nos aleja de una buena conversación.
Que sea excesivamente fanático del futbol
Si tú también lo eres, seguro que lo podrás soportar. Pero si ver fútbol o hablar de él no es, precisamente, tu plan favorito, probablemente no te gustará nada que tu chico se pase el día comentando el último partido o que hable de su equipo como 'nosotros'. ¿Habrá hecho él algo para ganar la competición?