Cuando hablamos de la celiaquía, son muchas las personas que vinculan esta enfermedad con síntomas digestivos: aparecen el vientre hinchado, la diarrea, los gases... Cuando se encuentran con este cuadro clínico, es cierto que los médicos pueden comenzar a sospechar de la existencia de este problema de salud, por lo que lo normal es que se pautara la realización de un análisis de marcadores serológicos y confirmar el diagnóstico, en el caso de que sea necesario, con una biopsia intestinal. Pero, ¿qué sucede cuando una persona celiaca es asintomática o tiene síntomas no digestivos? Es algo que sucede en no pocas ocasiones, lo que puede influir en que el diagnóstico se retrase. Es fundamental, por este motivo, que los profesionales reconozcan tanto los síntomas más habituales de la enfermedad celiaca, los digestivos, como los que no lo son. Sobre todo ello hemos hablado con el doctor Alberto Cerpa Arencibia, especialista en Aparato Digestivo del Centro Médico-Quirúrgico de Enfermedades Digestivas.
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Solemos relacionar la enfermedad celiaca con síntomas digestivos, pero, ¿se puede manifestar también con síntomas no digestivos?
La enfermedad celiaca es una enfermedad sistémica, lo que significa que puede afectar a cualquier parte del organismo, de base inmunológica, causado por la ingesta de gluten y otras proteínas afines que afecta a individuos genéticamente susceptibles. Se caracteriza por la presencia de una variedad de manifestaciones clínicas dependientes de la ingestión de gluten, autoanticuerpos circulantes específicos, haplotipos HLA y daño intestinal.
¿Cuáles son los más habituales?
Anemia o déficit de hierro, osteopenia, osteoporosis, síntomas neurológicos/psiquiátricos como alteración de la marcha o depresión, dermatitis herpetiforme, infertilidad, abortos prematuros o elevación de transaminasas.
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¿Podrían, de hecho, manifestarse en una persona solo esos síntomas que no son digestivos o no es lo más frecuente?
En ocasiones, el diagnóstico se realiza tras derivación por otros especialistas, como son reumatólogos, dermatólogos y ginecólogos, tras detectar alteraciones analíticas en pacientes sin síntomas digestivos.
¿Puede darse el caso de que haya personas celiacas asintomáticas?
La presentación clínica en el adulto no suele ser como el patrón clásico descrito en la infancia con diarrea y malabsorción. En algunos casos, pueden llegar a presentar sobrepeso y obesidad. La enfermedad se da con una edad media de presentación alrededor de los 40-45 años. En muchos casos, esta patología ya ha evolucionado de forma asintomática durante años y, algunas veces, los síntomas en la infancia no se consideraron suficientemente relevantes. En otros casos, la enfermedad ha permanecido latente sin ningún tipo de manifestación clínica hasta que aparece, sin razón aparente o tras un factor ambiental precipitante.
¿Es uno de los problemas de la celiaquía el hecho de que se presente con una variada sintomatología clínica?
Diagnosticar la enfermedad en el adulto requiere un profundo conocimiento de sus diferentes patrones de presentación y de los procedimientos que permiten asegurar el diagnóstico.
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¿Sigue siendo una enfermedad que se demora en el diagnóstico, especialmente en el caso de que los síntomas que aparezcan no sean digestivos?
A pesar de los avances en su conocimiento y el desarrollo y perfeccionamiento de las pruebas serológicas, la Enfermedad Celíaca (EC) sigue siendo una entidad infradiagnosticada, probablemente debido al carácter sistémico de la enfermedad con afectación de múltiples órganos y sistemas. Recientes informes sugieren que hasta un 25% de los nuevos diagnósticos de EC tienen más de 65 años.